Capítulo 21|"Las señoritas de la mafia"

5.1K 261 60
                                    

Baje del avión sintiendo unas ganas inmensas de vomitar, me sentí inestable un momento, Damian tomo mi cintura para evitar que cayera.

-Ya estoy mejor- Aviso luego de un momento.

Damian asiente y me suelta, aprovecho a caminar hacia el auto que nos espera. Miro de reojo a Damian hablar con el encargado de el lugar, y como no podía faltar un fajo de billetes esta presente enmedio de ambos.

-¿Te sientes mejor ya?- Habla Mike caminando a mi lado.

Me sonrojo sólo con ver sus ojos hazel, ¡enserio, qué me pasa!

-Sí, fue un simple mareo. Suele pasarme- Le respondo apartando mi mirada.

Evitó que mire mi sonrojo tapando disimuladamente mi cara con mi cabello.
Seguimos bromeando hasta llegar al carro donde él abre la puerta para que yo ingrese.

Agradezco secamente al ver a Damian venir.

-Bueno, nos vemos luego-murmura alejándose.

Ingresa a un auto diferente, quiero seguir viendo pero Damian se interpone en mi campo de visión.

-Ahora te gusta la servidumbre- Espeta ingresando- Vaya puta saliste- Me giro a verlo indignada.

¡Pero qué se cree! Apretó mis manos en puños resistiendome a pegarle una bofetada, probablemente me la regrese y será peor.

-Y tú vaya que saliste estúpido- Me alejo de él- Seguro lo heredaste de él imbécil de tu padre.

Enseguida siento mi cabeza golpear con el asiento de el carro, respiro irregular al igual que Damian, acerca su boca a mi cara.

- En tu puta vida vuelvas a mencionar a mi padre, zorra- Mi mejía arde al instante que el deja de hablar.

Las lágrimas comienzan a salir de manera silenciosa.

-¡Sueltame!- Me remueve asustada.

Se queda un momento en silencio, me hace sentarme en sus piernas y tiemblo del miedo.Me quita mi camisa luego de mucho forcejeo de mi parte, se dirige a mí cuello y sin pensarlo comienza a succionar esa parte.

-M-me duele- Susurro pero él aprieta mi cintura para que me calle.

Sigue dejando un camino de besos (aunque duelen demasiado para serlo) por todo mi cuello, clavícula y senos por encima del braiser.

El chofer avisa que llegamos luego de lo que yo sentí fue una eternidad, Damian sin mucho esfuerzo me aparta, con lágrimas en los ojos me dedico a ponerme mi camisa de nuevo.

Salgo de el auto, todos me miran y no entiendo porqué, mi cara se tiñe de rojo, ¿Porqué todos miran mi cuello?.

-¿Porqué todos me miran?- le susurró de manera disimulada a Regina.

-Tienes unos increíbles chupetones por todo el cuello- Murmura ella con pena en su voz.

La vergüenza se apodera de mi cara, trata de disimular con mi cabello, Mike trata de alcanzarme pero lo esquivó rápidamente.

¡Maldito seas Damian!

Me odio a mi misma al descubrirme llegar a la habitación que compartía aquí en Francia con Damian, no quiero acostumbrarme a este lugar, pero me doy cuenta como cada vez estoy más familiarizada con esta casa.

Paso el pasillo con las estúpidas pinturas que no entiendo, cierro la puerta tras mi espalda, y comienzo a desnudarme hasta llegar a la ducha, un segundo fue suficiente para poder apreciar mi cuello.

Trago saliva con fuerza, los chupetones son visibles, muerdo mi labio con fuerza mientras siento un lágrima resbalar por mi cara.

Porqué me pasa esto a mí.

AlessiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora