El romance, la reina y el retorno

577 56 45
                                    

La sublime musica embeleso con su suave caricia a la corte, la atención estaba sobre una hermosa bailarina, quien dibujaba en el aire las formas del viento. La aurora Elebesa interpretaba la ancestral danza de Sirbil, la aurora que danzo para calmar la ira de un dragón.

Su delicado cuerpo se veía a través de la etérea tela transparente, su hermoso cabello dorado vibraba a cada movimiento, sus alas resplandecían con los colores del alba y sus ojos recreaban la valentía del hada de leyenda.

Elebesa reverencio a los reyes y descendió entre lluvias de aplausos y flores. Finalizo su acto con un aria en honor al príncipe heredero de Gratexia, un muchacho que acababa de cumplir trece años y un genio prodigio de la magia.

El joven príncipe aplaudía fascinado, las hadas siempre le robaban el aliento, sobre todo por que su bisabuela había sido una y él la recordaba como una hermosa inmortal de asombrosos poderes de oscuridad.

La hada oscura Girx er Gratexia era una elegante dama de ciencia,su vida ejemplar daba el firme dictamen de que una nación dedicada al estudio era una nación prospera y pacifica. Gratexia era el único gran reino  neutral en el continente Erestus, ubicado al sur de Obrenia, la irónica capital militar de los reinos aliados.

Girx fundó universidades y academias de arte e instruyo a su nieto favorito Grimtel en las artes mágicas desde muy temprana edad.

La honorable mujer alada reconoció de inmediato el talento y potencial del niño y los resultados de un arduo entrenamiento rindieron sus frutos, afortunadamente antes de que ella falleciera a los ciento treinta y dos años.

Grimtel aprendió magia de transformación, una de las cinco magias mas complejas de todas. A los doce  ya había perfeccionado su técnica y se había graduado de  Grexvard, la escuela mas importante de su reino. Tiempo después ya había sido nombrado el heredero del trono y no había nadie que se opusiera. Siendo que sus hermanas mayores dejaron sus derechos a la sucesión, el niño era la única figura restante y sus padres y el reino estaban satisfechos con la decisión de nombrarlo a él.

Girx fue tan inteligente que cada uno de sus súbditos le tenían tanto temor, amor y lealtad que aun después de su muerte ninguno se atrevía a sublevarse u oponerse a los mandatos de la realeza.

Ya que Girx quedo viuda poco después de ser nombrada reina sus tres hijos fueron educados por ella, y sus nietos igual: usen el cerebro antes que los puños.

Le temían ya que su agilidad mental la llevo a descubrir conspiraciones, traiciones e incluso rumores y la amaban ya que toda la riqueza del reino se distribuía, no equitativamente, pero si justamente. Aunque lo mas importante era el prestigio que había logrado como reino capital del estudio mágico, así debía de ser después de tanto tiempo de haber albergado una biblioteca sagrada.

El reino no era una utopía, pero todos estaban satisfechos después de haber sido nombrados como el reino mas perfecto y si algo era mas grande que su afecto a su nación, era su orgullo y tanto se regodeaban de tener tanto prestigio que tener nombrado a un niño genio como sucesor solo los hacia sentir mas grandes.

Las celebraciones llevaban meses y el príncipe Grimtel ya empezaba a fastidiarse, solo soportaba el hecho de que los espectáculos incluían las actuaciones de hadas artistas de gran renombre como la hermosa Elebesa.

Pero Grimtel suspiraba desde hace años por una aurora en especifico... O mejor dicho por una hada que todos creían una aurora y resulto ser algo mas fascinante.

Sus hermanas habían tenido la culpa. Podría decirse que la primera vez que Grimtel escucho del amor de su vida fue después de que Girlda regreso del intercambio mágico en la academia real secreta de Worlorestus.

La Dama Blanca es un varónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora