2 - Conexión

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¿Podía ser real que ante esa sola interacción de sonrisas ambas hayan quedado encandiladas? ¿Es posible en este mundo tan fugaz y líquido tener esa sensación con solo un intercambio de miradas? Es lo que ambas sin saber se preguntaron. Alex dudó mucho si acercarse o no, estuvo varios minutos desviando la mirada de aquella rubia y volviendo hacia ella sin poder controlarse. Intentó poner su atención al celular, a la pista o a la conversación que se desenvolvía frente a ella pero nada de eso fue suficiente para olvidar a la chica que todavía estaba sentada a metros suyos.

Luego de meditarlo decidió que de todas formas debía ir por otra cerveza, así que se acercó a la barra con cautela. Al llegar empezó a pensar que la suerte ya no estaba de su lado, antes de que ella pudiera aproximarse lo suficiente la rubia había sido interrumpida por otra mujer con el pelo desprolijo y colorado. Está la había tomado de la cintura mientras le hablaba en el oído y como la rubia ni siquiera se molestó en sacarla, pensó que estaba con ella.

Una gran desilusión se hizo presente en su rostro y una extraña sensación le hizo tragar saliva de manera forzada. Esperó pacientemente a que la barwoman se acercara y pidió una cerveza. Sin embargo, no pudo dejar de notar que al estar más cerca de ella las ganas de hablarle aumentaban. La quedó mirando sin disimulo y de un instante a otro la rubia volteó, sus miradas volvieron a encontrarse y pudo notar un celeste profundo que terminó de encandilarla por completo.

Piper que había estado conversando con Nicky y en un principio no vio lo cerca que estaba de la única chica que la había robado el aliento, no pudo evitar sorprenderse que al voltear su rostro para verla ya no estaba más en aquella esquina apoyada a la pared. La tenía al lado y el verde de sus ojos eran una clara perdición.

Se miraron sin saber que hacer, ninguna se animaba a emitir palabras hasta que la cajera de la barra las interrumpió para hablarle a Alex y que pagara su cerveza. En ese momento la morena reaccionó al notar que la rubia estaba sola nuevamente, dedujo que la pelirroja sería una amiga, si ella tendría la suerte de ser su novia no la dejaría sola en un lugar como ese.

-: ¿Quiéres una? - le preguntó a Piper un poco insegura. La rubia la miró primero sorprendida, le costaba hablar, así que solo asintió con el rostro. Alex le sonrío y le entregó su cerveza que todavía no había tomado mientras esperaba pacientemente a que le traigan una nueva a ella. La rubia la recibió y de inmediato tomó un gran sorbo, esperando que esa pequeña dosis de alcohol le dieran la seguridad suficiente para poder interactuar con la perfecta mujer que tenía en frente.

-: Gracias – dijo luego algo ruborizada – Me llamo Piper - y le estrechó la mano en modo de saludo, Alex la miró y tomó su mano con mucha suavidad, ese simple contacto bastó para que ambas sintieran un escalofríos recorrerle toda la columna vertebral, lo notaron tan rápido que sacaron sus manos de inmediato.

-: Perdón, me llamo Alex – dijo luego disculpándose por su reacción. Ambas se habían quedado mirando hacia abajo intentando encontrarle una explicación al porque sus cuerpos se sentían así y no podían siquiera controlarlo.

-: Gracias por la cerveza – dijo Piper luego intentando poder establecer una charla

-: De nada, pude ver que tu copa estaba vacía – le dijo con una sonrisa.

-: Si, creo que esto va a ser lo último que tome – dijo Piper riendo.

-: ¿Conductora designada? - preguntó Alex dando un sorbo a su cerveza.

-: Algo así, en realidad vine con mi mejor amiga que ahora no se en que dimensión debe estar, así que una de las dos tiene que volver manejando –

-: Oh, entiendo... yo también vine con una amiga – dice Alex señalando a la pequeña morena que todavía seguía a unos metros hablando sin parar.

Tú, la más linda coincidenciaWhere stories live. Discover now