Luego de aquel "abrazo" imprevisto que empezó como algo justificado para que Piper no se cayera, pero que continúo sin pretextos más del tiempo permitido. Tuvieron que separarse por el único motivo de que la alarma de urgencias invadió el hospital. Aún con ese apuro se despegaron despacio, dejando muy en claro que ninguna de las dos quería romper ese primer contacto que tuvieron luego de cuatro años.
Era la primera vez que Alex se enojaba por una emergencia, todas eran una fuente de aprendizaje para ella y por tanto siempre tan esperadas. Llegaron corriendo para atender a un niño y a su madre que tras un ebrio al volante que no distinguió los colores del semáforo terminó chocando contra ellos.
La peor parte se la llevaba la madre, su ropa estaba completamente cubierta de sangre, inconsciente, con aceleraciones en la cabeza y su nariz quebrada. El niño de aproximadamente unos ocho años no paraba de hablar preguntando una y otra vez por su mamá. Se lo veía entero, aunque no podían determinar si la sangre que chorreaba de su ropa era suya o de su progenitora.
El director de pediatría ordenó una tomografía completa del pequeño que luego de los chequeos comunes como su presión arterial, oxigeno en sangre, saturación, temperatura y reflejos había empezado a tener convulsiones en los brazos de Piper.
Alex la observó a los lejos mientras intentaba colocarle una vía central a su madre y cuando por fin la rubia la se encontró con su mirada la pelinegra le dibujo un "tranquila" con sus labios sin emitir sonido.
Esa lectura fue la que Chapman necesitó para reaccionar y fue la primera en acompañar al infante hacia la sala de rayos donde estuvo cuarenta minutos mientras el mejor tomógrafo del país captaba una y otra vez imágenes internas del pequeño cuerpo.
Faltaban solo tres horas para que su primera guardia terminara y no quería irse de allí sin saber como estaba, pero no le quedó de otra que abandonar el lugar para ir a cambiarse. Si se quedaban más horas que las permitidas podían ser sancionados con suspensiones graves, ya no estaría allí con sus reflejos al cien por cien, no después de intensas treinta y seis horas.
Camino a su loquer se dio por primera vez el tiempo de analizar lo que había pasado con Alex y sonrió sin siquiera darse cuenta ante esa simple palabra "Pipes" rebotando todavía en su lóbulo derecho.
Se dio una necesaria aunque corta ducha, dejó su uniforme en la lavandería y luego de cambiarse por fin tuvo el tiempo de revisar su celular.
Mensajes:
08:00 am - Stella: Amor suerte en tu primer día, sé que lo harás increíble. Te amo y te extraño.
09:00 am - Stella: No me dijiste cuantas horas trabajarías pero te extraño... ¿estás bien?
10:00 am – Stella: Odio cuanto te haces la misteriosa Chapman...
14:00 pm – Stella: ¿Ni siquiera vas a contestarme en el almuerzo?
15:00 pm – Stella: Tendré que volver pronto a Nueva York, aunque sea para recibir una respuesta.
20:00 pm – Stella: Ok, ya me estás preocupando amor... ¿estás viva? ¿necesitas que vaya? Te extraño
22:00 pm – Stella: Entiendo que debes estar ocupada pero recuerda que tienes novia, una que te ama mucho Piper
23:00 pm – Stella: Te extraño en mi cama amor, responde pronto. Te amo, mil besos ;)
La rubia suspiró con frustración mientras leía cada mensaje y caminaba hasta el ascensor. No solo por las insistencias absurdas de su novia, si no, porque debía conseguir un taxi para llegar a su nueva casa.
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Tú, la más linda coincidencia
Fanfiction"Yo solía pensar que las coincidencias no existían, hasta que te vi y la sola interacción con tus ojos me hizo dudar hasta de mi propia existencia."