La cara de Alex no era de las mejores que me tocó ver, pero entre esa pequeña sonrisa que se esparcía casi desapercibida por su costado izquierdo se podría decir que tan mal no la estaba pasando. Su novia que llevaba tres semanas de luto estaba lista para tener sexo y aunque Vause venía de trabajar casi veinte horas seguidas, sabía que un orgasmo era el mejor conductor para un sueño placentero.
Pero con lo que no contaba esa vez, era que la última noche que había tenido sexo había sido con Piper y la sensación de la lengua de Silvie bordeando su clítoris ya no era tan placentera. No después de que la rubia se haya adueñado de su cuerpo y de cada terminación nerviosa de la manera en que lo había hecho.
Se sentía bien, no podía negarlo... el hecho de tener relaciones regularmente con la misma persona le otorgaba un mapa de puntos débiles, pero en lo único en que podía pensar era en que Chapman sin ese mapa, era capaz de hacerla ver las estrellas.
Once minutos y treinta y cinco segundos después en dónde la castaña necesitó usar dos de sus metacarpos y obtuvo casi una contractura en su lengua, nuestra doctora Vause acababa por primera vez en casi veintitrés días
-: ¿Estás bien? Nunca tardas tanto en llegar – susurró Silvie mientras se acomodaba a su lado y limpiaba su mentón no tan húmedo.
-: Trabaje veinte minutos Silvie, debe ser eso – bostezó – lo siento
-: Eso nunca fue un impedimento para el sexo amor – dijo algo preocupada - ¿hay algo que quieras decirme?
Alex meditó esas palabras algunos segundos, era cierto, podía trabajar treinta horas pero su cuerpo siempre respondía si se trataba de placer. Pensó en hablar con su novia, decirle que sentía que su relación ya no funcionaba tan bien como antes, pero no pudo. Una parte de ella se sentía demasiado culpable por abandonarla en ese momento en donde el duelo todavía podía hacer estragos en su psiquis. La ame o no, Silvie había sido un gran apoyo para ella los últimos dos años, la esperaba despierta, no tenía nunca problemas para cocinarle algo, entendía sus horarios complicados y hasta inhumanos, respetaba sus horas de estudio y sobre todo, era capaz de arroparla cada noche con amor.
La culpa de haberla engañado ya era demasiada carga, pero lo que más la sorprendía, era la seguridad con la que respondía "SÍ" cada vez que se preguntaba mentalmente si lo volvería a hacer.
-: Lo siento amor, sé que han sido días complicados... pero todo volverá a la normalidad. Es solo que el puesto nuevo en el trabajo me tiene algo estresada – volvió a decir en un bostezo
-: ¿Pasa algo con alguno de tus residentes? - preguntó por curiosidad
-: ¿A qué te refieres? - dijo algo asustada
-: A nada en especial Alex, solo que no eres del tipo de mujeres que se deja superar por este tipo de situaciones, al menos que tengas una situación en especial que te esté perturbando.
"Piper Chapman" escribió la pelinegra en su mente, pero eso no era algo que podía hablar con Silvie. Además que la palabra "perturbar" no era exactamente la que definía sus sentimientos. Piper la volvía loca sí, pero de una manera tan profunda que no podía siquiera ponerla en palabras. Era feliz con solo saber que estaba bien, con verla crecer y aprender todos los días, observarla trabajar y ver en ella esa vocación por la medicina que pocas veces podía verse. Era inteligente, graciosa, amable y todos en ese hospital se sentían bien con su presencia y eso era algo que Alex no podía negar, cada vez que la rubia se pasaba por su lado o la miraba o simplemente le regalaba el increíble espectáculo de su sonrisa, sentía que las piernas le temblaban y que el piso poco a poco perdía la forma.
-: No Silvie, solo creo que fueron semanas difíciles para ambas y que necesitamos descansar – volvió a bostezar y la castaña decidió no hurgar más en el tema. Solo se quedó inmóvil con la vista en el cielo razo blanco, repasando en su mente todos los recuerdos lindos que habían cultivado con su ahora ausente, aunque hermosa novia que ya respiraba pausado por el concilio del sueño.
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Tú, la más linda coincidencia
Fanfiction"Yo solía pensar que las coincidencias no existían, hasta que te vi y la sola interacción con tus ojos me hizo dudar hasta de mi propia existencia."