Dos años después
Piper y Nicky tenían una semana para terminar sus exámenes finales antes de la graduación. Ambas habían finalizado su segundo año de residencia con las mejores notas de la clase. Fueron dos años exhaustivos de horas y horas destinadas a prácticas hospitalarias, más el tiempo de cursada y los días que debían emplear para los exámenes teóricos. Si todo salía bien y se egresaban con el promedio esperado podrían elegir entre una gran lista de los mejores Hospitales para comenzar su entrenamiento como cirujanas.
Ambas habían decidido dedicarse a eso cuando en una guardia la directora de cirugía tuvo que abrir el pecho de un paciente y bombear su propio corazón con la mano para que viviera. Toda esa sensación de miedo y estrés que para cualquier mortal hubiera sido suficiente como para ocasionar un desmayo, a ellas las había iluminado. Nunca se habían sentido tan despiertas y en alerta como en ese momento, deseaban con todas sus fuerzas poder hacerlo en el futuro y se habían destinado ese último año a presenciar la mayor cantidad de operaciones posibles, haciendo guardias de hasta veinticuatro horas seguidas.
Para comenzar las residencias que las convertirían en cirujanas, debían dedicarle cuatro años más de su vida y eso conllevaba permanecer todo ese tiempo en un lugar fijo. Gracias a su promedio podían darse el lujo de elegir donde hacerlo y claramente querían el mejor lugar. Tenían un gran lista de Hospitales, donde estaba incluida la posibilidad de volver a Nueva York. Algo que Nicky quería hacer hace rato, pero que Piper todavía dudaba.
La pelirroja tenía poco tiempo para convencer a su amiga, sin embargo lo único que tenían en claro era que por nada del mundo iban a separarse. Habían llevado toda la carrera juntas apoyándose mutuamente cuando las horas de sueño escaseaban y todo se volvía abrumador. No existía bajo ningún término la posibilidad alguna de que continuaran en lugares diferentes.
La rubia tenía una relación hace un año con Stella y si bien ella se la pasaba viajando por trabajo, cuando se encontraban se daban el tiempo suficiente entre los estudios de Piper y las pasarelas de la modelo para reconectarse físicamente. La realidad era que aunque ellas quisieran negarlo su relación solo dependía de eso: sexo; bueno y regular, pero solo sexo.
Se entendían en la cama, se reían y el tiempo que pasaban separadas las ayudaba para no cansarse una de la otra. Sin embargo aunque Piper lo disfrutara, sabía perfectamente que no estaba enamorada de ella y eso era todo lo contrario a lo que Stella sentía.
La castaña era capas de dejar hasta su carrera si su novia se lo pidiese y seguirla a cualquier parte del mundo, pero era consciente de que la rubia no sentía lo mismo. Durante todo ese año que empezaron a encontrarse esporádicamente Chapman había sido bastante clara: "me encanta estar con vos, sos graciosa, divertida, sexy, hermosa y sé que cualquier mujer o hombre haría hasta lo imposible por meterse en tu cama. Pero yo no puedo darte una relación normal en la que me tendrás a tu disposición para ir a tomar un helado o ver una película en el cine. Hasta que no me convierta en la mejor cirujana posible, mi único objetivo en la vida será solo ese."
Esas fueron las palabras de advertencia que escuchó Stella, pero era demasiado tarde, la rubia se había metido de lleno en su vida y estaba dispuesta a soportar cualquier cosa con tal de pasar el tiempo con ella. Al fin y al cabo cada una es libre de elegir el veneno que la aniquile.
Sin embargo lo que Stella nunca supo es que detrás de ese "desinterés" por una relación normal no estaba solo el sueño de ser cirujana, si no, que había una sola persona por la que Piper era capás de entrarse de lleno en una relación y esa persona se llamaba Alex.
Nadie puede decir que la rubia no lo intentó, realmente hizo lo posible por correrla de su mente, por ahuyentarla de sus pensamientos cada vez que veía a una pareja feliz tomada de la mano e incluso en cada orgasmo que sentía, pero nada de eso había funcionado.
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Tú, la más linda coincidencia
Fanfiction"Yo solía pensar que las coincidencias no existían, hasta que te vi y la sola interacción con tus ojos me hizo dudar hasta de mi propia existencia."