MALENA
"Cari passeggeri, pronti per la discesa. Rimani nei tuoi posti fino a quando l'aereo è a terra. Grazie mille" se escuchaba en el altavoz del avión.
Finalmente habiamos llegado a Italia después de un largo viaje.
Pensé que primero parariamos en la casa de Paulo pero no, vinimos directamente a Positano.
Estuve investigando un poco el lugar y descubrí que es una comuna muy hermosa. Tiene paisajes y lugares verdaderamente muy hermosos.
Después de bajar del avión y buscar nuestras cosas un auto nos esperaba en la entrada para llevarnos directo al lugar donde nos quedariamos.
Era como un hotel pero a la vez no era hotel. Nose, era algo raro que ya conoceria cuando llegáramos.
-Che ne dici del volo, signor Dybala? -preguntó el chofer a Paulo, supongo.
-Molto stancante, non ho mai finito di abituarmi -contestó Paulo riéndo.
-Mi congratulo con te per la tua ragazza, sembra una brava ragazza -habló nuevamente el chofer mirándonos por el espejo retrovisor.
-La verità è che sono fortunato ad averlo -agregó Paulo.
Yo solo lo miraba sin entender nads esperando a que el me explicara.
-Me preguntó como estuvo el vuelo y me felicitó por mi nueva novia -me explicó.
Solo sonreí y seguí mirando por la ventana.
-Siamo arrivati, un piacere rivederti, signore. Qualunque cosa ho bisogno, sono a tua disposizione -Habló el chofer cuando llegamos.
-Grazie mille e ti ho detto di dirmi Paulo -dijo Paulo saliendo del auto.
Antes de bajar lo dude pero igualmente hable.
-Grazie mille signore -nosé si lo dije bien pero queria darle las gracias y por lo poco que escuche tenia entendido que eso significaba "Muchas gracias señor".
Cuando baje del auto Paulo me miraba alzando una ceja y riendo.
-Y desde cuando hablas italiano? -preguntó.
-Desde nunca, repetí lo que escuché y nisiquiera se si lo dije bien -respondí sincera.
Paulo se rió.
-Si lo dijiste bien -dijo y pasó su brazo por mis hombros para dirigirnos al interior del "hotel".
Era un lugar hermoso, tenia como cuatro o cinco pisos y las que serian las habitaciones parecían departamentos chicos. Y encima tenía un estilo vintage que me encantaba.
-Te gusta? -preguntó dirigiéndonos al ascensor.
-No -su cara se puso seria- Me encanta estúpido -sonrió y me beso.
Teniamos una vista hermosa de casi todo Positano. Una cocina, una terraza con pileta, un jacuzzi, una habitación amplia y un gran baño.
Pero lo que mas me gustaba de todo era que todo era blanco y vintage. Definitivamente amaba Italia.
-Querés desayunar primero y después dormir o al revés -preguntó mi novio mientras dejaba los bolsos mas importantes en la habitación.
-Desayunar -dije.
Fuí al baño mientras Paulo se encargaba de pedir servicio al cuarto.
Al entrar en este encontre algo que me causo mucha gracias y un poquito de vergüenza.
Agarré una de las vatas y salí para mostrarselas a Paulo.
-Ok, si. Aspettiamo Grazie, signora -cortó la llamada.