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MALENA

Pasaron ya tres meses desde que se terminó lo mio y lo de Paulo. No voy a mentir, fue y es muy difícil convivir siendo que ya no estamos juntos.

Cada uno esta siempre en la suya. Fue muy raro al principio no dormir juntos, o levantarme y no saludarlo con un beso, el no abrazarnos más, ni nada de todo lo que haciamos como pareja.

El hace sus cosas, yo hago las mías. Casi que no cruzamos palabras y nos vemos poco. La mayoria del tiempo el se la pasa entrenando, o eso supongo yo, no se.

Y yo decidí hacer el curso de Italiano, que hacia en linea, hacerlo en un instituto. Conocí a una chica ahí y ya hace unos meses que nos juntamos a estudiar o simplemente a pasar el rato.

El mes pasado viajé a visitar a mi familia, porque no lso veía hace bastante y también tenía que contarles lo que pasó.

No les dije lo que realmente vi, decidí obviar esa parte por el bien de todos, más que nada por el de Paulo. No les encantó mucho la idea de que tenga que seguir viviendo con el ya que no hay más vinculo. Pero les expliqué que fue decisión de ambos, por los bebés solamente.

El quería estar en todas las consultas y en todo el desarrollo en si. Y tengo que admitir que en eso si se portó muy bien. Todo el tiempo me pregunta si necesito algo, me lleva y se queda en todas las consultas, compra todo lo que la doctora recomienda y esas cosas.

En lo personal, no se si dejé de quererlo. Y tampoco me doy cuenta si lo hago o no. Ya que casi ni hablamos y ni pasamos tiempo juntos.

"Peleas" tuvimos más que nada los primeros días después de volver del hospital.

Pero eran las típicas de él pidiendome perdón y otra oportunidad, y yo rechazandolo.

Salvo cuando yo estaba en Córdoba y tuve que volver una semana antes. Me acuerdo que ya me estaba yendo a dormir cuando recibí un llamada de Douglas.

Al principio dudé en contesar, ya que pensé que por ahí Paulo le pedía que me preguntara como estaba y eso ya que nosotros no nos hablábamos. Pero no, era para decirme que Paulo había faltado a dos días de entrenamiento de doble turno y que cuando fue al departamento lo encontró totalmente alcoholizado y la mitad de las cosas en el piso rotas.

Obviamente le dije que ese no era mi problema, que el es grande y sabe lo que hace o que de ultima le diga a Alicia, yo no tenía nada que ver. Obviamente me costó decir eso, pero era la verdad.

Pero también me dijo que no paraba de decir mi nombre como llamándome y a los mellizos.

Por lo que tuve que viajar, tampoco soy tan forra como para dejarlo ahí, si bien yo no tengo la obligación de hacerlo, pero aunque no tengo porque, siento que se lo debo. Al final, antes de que todo se vaya a la mierda, el había hecho muchas cosas por mi y por los bebés.

Hablando de los mellizos, ya sabemos que son una nena y un nene, siempre quisimos que sea la parejita, y así fue.

La nena se va a llamar Isabella, y el nene Milo.

Paulo eligió ambos, no me molestó en lo absoluto porque uno, yo era malísima para eso y dos, a el le habían gustado desde siempre.

Tenía fecha de parto entre el primero y el cinco de Septiembre. Ya estaba de siete meses, por lo que faltaban tan solo dos, si es que no se adelantan, para que nazcan mis amores.

-Hola -saludó Paulo entrando por la puerta.

Supongo que vuelve del entrenamiento de la tarde.

-Hola -respondí simple.

-Hola Isa, hola Milo -dijo agachado a la altura de mi panza y besandola.

Siempre hizo eso, y ahora no podía negárselo. Tampoco es que me moleste, es más, me causa mucha ternura.

-Necesitas algo antes de que me vaya? -preguntó.

Recien llega y ya se va.

-No nada, gracias igual -contesté.

Asintió sin despegar la mirada del celular y entro al baño.

Yo seguí con mis libros y con la computadora estudiando, mañana tenía el exámen final del curso. Y si lo aprobas te dan una especie de diploma o algo así.

Es más simbólico que otra cosa.

Después de unos cuarenta minutos aproximadamente, la puerta de la habitación se abrió, y de adentro salió un Paulo muy bien arreglado.

Tenía puesto el perfume que le regalé para su cumpleaños. Me di cuenta porque lo sentí cuando pasó por atrás mio.

-No se si vuelvo temprano o si vuelvo directamente -habló mientras se ponía su reloj- Pero si necesitas algo o pasa algo no dudes en llamarme. Voy a tener el celu prendido todo el tiempo -dijo terminando de abrigarse.

-Si esta bien, anda tranquilo -contesté fingiendo desinterés.

Pero en realidad me estaba muriendo por saber a donde iba. A una cita o a una cena del club o auna cena con amigos. Supongo que la primera, ya que si no planea volver por algo será.

Y al pensar en eso, algo dentro de mi, además de los bebés, me generó un sentimiento raro.

Se despidió así nomás mirando el celular, y salió. Ni siquiera se acercó a besar la panza.

La curiosidad me terminó ganando, y como el departamento tenía vista a la entrada, me acerqué un poco a la ventana a mirar.

Y hubiera preferido no hacerlo. De un auto lujisisimo, bajó una chica, demasiado esbelta para mi gusto, que no perdió el tiempo y se comió a Paulo prácticamente.

Me alejé rápidamente de la ventana, y me quedé parada ahí procesandolo.

No entiendo porque me siento así. No somos nada hace meses, y el es libre de hacer lo que quiera, con quien quiera.

Pero supongo que el hecho de pensar que el si ya no me ama y ya sale con otra, si me duele y me da un poco de celos.

Y para que negarlo, yo no dejé de amarlo, y dudo que deje de hacerlo por bastante tiempo.

No me di cuenta, hasta que sentí el sabor salado en mi boca, que estaba llorando.

Lloraba como la vez que terminamos, porque me dolía, me dolía pensar que ya me superó, que esta con otra, y que hoy a la noche van a hacer cosas que antes el hacía conmigo.

Me olvidé del examen, del instituto, del diploma, de todo. Solamente me acosté, y lloré hasta quedarme dormida.

Se que tendría que odiarlo, o que ya no tendría que importarme. Pero no puedo, no puedo dejar de amarte Paulo Dybala........

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