MALENA
-Ella es callaita pero pal' sexo es atrevida, yo sé marihuana y bebidaaa gozándose la vida, como es -canté al ritmo de la canción.
-Si hay sol, hay playa, si hay playa, hay alcohol, si hay alcohol, hay sexo, si es contigo, mejor -apareció Gio siguiendome la canción.
-Me asustaste boludo -dije riéndo y llevándome una mano al pecho.
-A que hora es el chequeo? -preguntó Gio abrazándome por atras y tocando mi panza sonriendo.
-Cuatro y veinte -contesté poniendo de lado mi cabeza para darle un beso.
-A las tres ya vuelvo, comemos algo y vamos. -informó.
-Vas a tener que comer solo -le dije.
Me miró confundido.
-Tengo que ir a buscar el carnet de la obra social que me lo olvidé en casa -expliqué.
-Estas en tu casa -contestó.
Rodé los ojos.
-Ya te dije que no me voy a mudar por ahora, le prometí a Paulo que iba a vivir con el un tiempo más después del nacimiento de los melliz, nos necesitan a ambos -repetí por novena vez.
-No le debes nada a él Male, te lastima todo el tiempo -otra vez lo mismo de siempre.
-Ya hablamos eso Gio, lo charlamos, llegamos a un acuerdo y dejamos eso en el pasado -suspiró- Y antes de que lo digas, no, no significa que vaya a volver con el -agregué- Yo estoy bien con vos, estamos formando algo lindo y así me gustaría que siga -finalicé acercándome a él.
-Te busco allá? -preguntó.
Asentí antes de besarlo.
-Te llevo? -negué.- Y en que vas? -preguntó.
No contesté, sólo lo observé apretando los labios.
Se separó de mi, entendiendo porque no contestaba.
-Mandale un beso y avisale que tenga cuidado al estacionar que ponen muchas multas por acá -dijo claramente molesto antes de agarrar su bolso y salir dando un portazo.
Suspiré parada en el mismo lugar.
Guardé lo necesario para llevar al médico, me terminé de vestir y esperé a que Paulo me avisara cuando esté abajo.
Diez minutos después, mi celular sonó.
"Estoy" indicaba el mensaje de mi ex novio.
Cerré bien el departamento de Gio, y bajé.
-Hola -saludé con un beso en la mejilla al entrar al auto.
-Como estan? -preguntó poniendo su mano en mi panza.
-Muy inquietos -contesté riendo, tocando la panza también.
-Y vos? -preguntó observándome fijamente pero de manera tierna.
Voy a admitir que causó algo en mi esa mirada.
-Hinchada, con dolor de espalda y de piez...como puedo -dije, suspirando al final, divertida.
-Pero igual de hermosa que siempre -dijo el cordobés.
Lo miré rodando los ojos.
-Acelera dale -dije mientras me colocaba el cinturón.
Rió antes de comenzar a manejar a el departamento.
No voy a negar que extrañaba los momentos así, la pasabamos bien juntos, o al menos yo la pasaba muy bien.