PAULO
-Gracias por venir -saludé a los invitados que comenzaban a llegar al salón.
Había estado planeando la fiesta de cumpleaños de Male desde hace meses, desde la música hasta los invitados.
Fue muy difícil pero logré hacer que todos coincidieran en un mismo fin de semana para poder hacer que sus papás, amigos y los mios también, puedan estar presentes.
No iba a ser un cumpleaños ordinario, tenía bastantes sorpresas planeadas, y esperaba que todo saliera tal como lo planeé.
Obviamente recibí ayuda de todos, mi mamá, Dolores, Felicitas y su mamá, más que nada, fueron las que más me ayudaron a elegir varios regalos.
Era difícil poder coordinar con ellas sin que Male se de cuenta, por lo que tenía que aprovechar los momentos en los que ella bañaba a los nenes, o los llevaba al médico, o hasta cuando yo tenia que viajar por los partidos.
-¿A que hora llega? -me preguntó mi suegra.
-En media hora tengo que ir a buscarla -respondí.
-Gracias por todo lo que haces por ella, y por estas bellezas -alzó a Milo.- Sabes que ya prácticamente sos de la familia y te amamos, a pesar de todo...-dejó la frase en el aire.
Desde que Male y yo habíamos vuelto, nunca hablamos sobre lo que había pasado y sobre mi engaño.
-Se que me mande algunas..demasiadas -corregí- cagadas, pero aprení la lección y te juro que la amo con mi vida, y a ellos -acaricié la cabeza de Isa, que estaba a upa de su abuelo.
-Mas te vale joyita, sino, me vas a tener que conocer enojado -bromeó mi suegro.
Seguimos hablando un rato más sobre cosas del salón y de los regalos que habían traído, hasta que se hizo la hora de ir a buscarla.
Nadie sabía el regalo que tenía guardado para el final, en ese si que no me ayudó nadie. Aparte de que es algo más íntimo y personal, por lo que me correspondía solo a mi.
La excusa que le dije a Malena para que se arreglara y estuviera lista para las nueve, fue que ibamos a cenar con mi mamá y los nenes.
Por lo que a la tarde temprano mi mamá se los llevó a su casa y se encargó ella de prepararlos, mas allá de las quejas por parte de mi novia.
-Hola, ¿como están? -saludé por el micrófono- Ahora voy a ir a buscar a Malena a nuestra casa y cuando estemos volviendo le voy a mandar un mensaje a mi sobrina, Dolores -señalé- y ella va a estar encargada de avisarles así se quedan todos en silencio y la sorprenden cuando entremos, ¿si? Muchas gracias -bajé del escenario y casi corriendo salí del salón.
Desde hace quince minutos que Malena no paraba de llamarme y mandarme mensajes diciendo que ya estaba lista.
Le dije que antes tenía que acompañar a Douglas a hacer unas cosas y que por eso la pasaba a buscar directo.
-¿Amor? -pregunté cerrando la puerta del departamento.
-Hasta que llegas, pensé que te habías olvidado de mi -estaba cruzada de brazos apoyada en la mesada de la cocina.
-Perdón, estaba manejando y no podía atenderte -me disculpé acercándome.
-Bueno, si vos decís -suspiró- Vamos...
Agarró de mala forma su cartera y salió por la puerta sin siquiera esperarme. Se enojó.
-Ey ey ey -la paré antes de que suba al auto- ¿Que pasa? -pregunté.