Capítulo extra

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3 años después....

-Amor, por favor -Paulo murmuró una vez más cerca de mi oído- No les va a pasar nada, son cuatro horas solamente -seguía intentando convencerme pero aún así yo me negaba.

-No quiero, no me gusta. Vamos a buscar otro mejor, éste no me convence -mantuve mi postura aún con la mirada fija en la mujer parada frente a nosotros.

-Malena, ¿sabes lo que me costó poder hacer que entren acá? Ya no podemos cambiar. Y hasta ayer estabas enamorada de la idea, por favor dejalos ir -el tono más enojado de Paulo me hizo dirigir mi mirada a él.

Podía ver en sus ojos y sus expresiones la molestia que le estaba generando mi actitud, lo que me hizo sentir algo culpable por reaccionar así.

Pero siendo sinceros, ¿quién en su sano juicio está preparado para dejar a sus hijos con gente que no conoce? Porque yo no.

-Sabes que este jardín es el mejor de la zona, van a estar bien mi vida -dijo una vez y aunque no quiera reconocerlo a voz viva, me estaba convenciendo.

Respiré profundo una vez más antes de agacharme a la altura de Milo e Isabella, los cuales nos miraban sin entender muy bien que era todo ese show que su mamá estaba haciendo. Me aguanté las ganas de llorar al verlos y simplemente me dediqué a abrazarlos y besarlos hasta que Paulo volvió a intervenir.

-Cuida a tu hermana campeón y portense bien -los abrazó y besó una vez más antes de dejar que se vayan con la maestra.

El verlos caminar juntos y agarraditos de la mano fue el detonante de mi llanto por lo que tuve que dejar de mirarlos y darles la espalda para tranquilizarme.

-¿Amor, en serio? -preguntó divertido Paulo antes de acercarse más a mi y abrazarme.- Que maricona -agregó, pasando una de sus manos reiteradas veces por mi pelo.

-Y vos sos un insensible, dejame -me quejé queriendo que me soltara.

-Bueno perdón, ya está. ¿Por qué no vamos a casa y aprovechamos que vamos a estar solos un rato? -murmuró volviendo a abrazarme, mirándome directamente a los ojos.

-Yo al borde de un colapso y vos pensando en ponerla -lo miré con desaprobación antes de cruzarme de brazos y desviar mi mirada a la puerta del jardín.- Yo pienso quedarme acá hasta que salgan -dije.

-¿Vas a estar acá parada durante cuatro horas? -preguntó incrédulo. Simplemente asentí decidida.- Malena dale, no seas caprichosa. Vamos a casa y cuando sea la hora volvemos, no quiero estar el único día que no entreno parado acá durante cuatro horas -se quejó.

Tenía razón, pero tampoco iba a reconocerlo abiertamente, mi orgullo era más grande.

-Bueno pero solo porque no quiero que las otras mamás piensen que estoy loca -cedí e ignorando la sonrisa burlona de Paulo caminé hasta el auto sin esperarlo.

A decir verdad una parte de mi si quería volver a casa, en toda la noche no había podio pegar un ojo de los nervios que tenía por lo que me levanté como a las dos de la mañana y empecé a limpiar exageradamente cada rincón de la casa. Y ya no era lo mismo que cuando vivíamos en el departamento en el centro de Turín, esta casa era como cinco departamentos juntos.

Después de que los mellizos cumplieran dos años decidimos que ya era tiempo de un lugar más grande con el espacio necesario para que ellos pudieran correr y crecer adecuadamente; cosa que no podían hacer mucho en un departamento sin una gota de verde. Acá tenían un inmenso jardín con muchos árboles y todos los juegos que Paulo consideraba "necesarios" y que yo consideraba "gastar al pedo".

Básicamente nuestra relación era así siempre, seguiamos siendo los mismos Paulo y Malena de hace tres años atrás salvo que ya con una familia y un poco más de madurez.

Pero aún así el amor y la diversión nunca faltaban. Seguíamos complementandonos el uno con el otro. Paulo con ese humor y esa personalidad algo aniñada tan característica de él y yo con mi carácter algo difícil de tratar y mi personalidad algo aniñada también en algunas ocasiones, debo reconocer.

-Te amo -solté, llevando mi mano encima de la suya.

-También te amo, aunque seas una maricona -me respondió y aprovechando la luz verde del semáforo se acercó a besarme durante unos minutos.

-Esta maricona te va a dar la mejor mañana de tu vida -murmuré por encima de sus labios, guiñandole un ojo antes de volver a acomodarme en mi asiento.

Sonrió divertido ante mi comentario y en cuanto el semáforo cambió nuevamente, aceleró con emoción haciéndome largar una sonora carcajada.

No hay comparación con el sentimiento que aparece dentro mío cada vez que lo miro, cada día al despertarme y verlo a Paulo durmiendo al lado o verlo con los nenes dándoles todo lo que está a su alcance, haciéndonos feliz a cada minuto.

Con idas y vueltas, días grises y los no tanto, con carcajadas y llantos, peleas y abrazos. Con todo esto y aún más, tengo lo que siempre soñé: hijos perfectos, sanos y maravillosos, un marido atento, una familia unida y feliz.




N/A

aaaaaaay pasó demaasiado tiempo desde que escribí un capitulo en esta novela pero como muchos de ustedes me estuvieron pidiendo acá les dejo un extra para que más o menos sepan que fue la vida de nuestros bellos y amados Paulo y Male. Se que es cortito pero igualmente espero que les haya gustado.

¡Los leo y mil gracias por el apoyo que me dan día a día!

pd: no olviden que en mi perfil hay 2 novelitas más, una sobre Leo Paredes y otra sobre Enzo Pérez. También estén atentos que dentro de poco puede que suba otra sobre Paulo o Lautaro Martínez, todavía no me decido.

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