Capitulo 1: "La muerte sabe a gloria".

142 18 1
                                    




           

La hermosa y esplendida Vancouver, una de las ciudades mas relevantes de toda Canadá, posee un clima espectacular, playas hermosas y un activo ambiente donde reina la diversidad, las personas vivían sin ningún tipo de preocupación, hasta lo ocurrido el 26 de junio alrededor de las 12:26 de la medianoche con el desaparecimiento del joven de 17 años Allen Fytz sin dejar ningún tipo de rastro.

Tras pasar dicho acontecimiento la mayor parte de los ciudadanos de Vancouver levantaron sus voces para iniciar su búsqueda, en las calles se podían observar un sinnúmero de carteles con la foto del joven desaparecido con la frase de "Por favor si lo encuentras o lo ves no olvides en avisarnos", sus compañeros de clases se comprometieron en difundir su foto por todas las redes sociales posibles, pero nadie dio una señal en respeto a su paradero. Era algo inexplicable, nunca había ocurrido algo de esa índole, y peor aún sin dejar ningún tipo de indicio.

El 28 de julio justamente alrededor de un mes y 2 días de la desaparición de Allen Fytz, la policía procede a llamar a la residencia de la familia Fytz con terribles noticias. Al sonar el teléfono quien contesta es la señora Sebera, la cual ha sido la empleada de la familia desde hace más 10 años, además se encargaba de cuidar a Allen de niño cuando su madre realizaba sus viajes de negocio en Tailandia.

-         Residencia de la familia Fytz. ¿Con quién tengo el honor?

-         Llamamos de la policía de la ciudad de Vancouver.

-         Por favor, díganme que tienen noticias de Allen. – respondía la señora Sebera desesperada.

-         Así es señora. ¿puede pasarnos a la señora Fytz?

-         Claro, ya se la paso.

La señora Sebera procedió a llevarle el teléfono a la señora Fytz, la cual se encontraba en su habitación, desde la desaparición de su hijo Allen no salía de ahí, se la pasaba encerrada solo tomando té y café y revisando cada mínima noticia con la esperanza de recibir alguna noticia o información de su hijo.

-         Señora, es la policía. – le decía la Señora Sebera mientras le pasaba el teléfono.

-         ¡Oh Dios! Al parecer ya encontraron a mi bebe. Ya mi bebe volverá a casa. – exclama la señora Fytz con lágrimas en los ojos.

-         Señora Fytz le tenemos noticias. – le notifica el policía en el teléfono.

-         ¿Si oficial? – le respondía emocionada.

-         Encontramos a su hijo.

-         ¿En serio? No es ninguna broma. ¡Al fin estaré de nuevo con mi bebe! – le respondía emocionada. 

-         Si señora, pero lamentablemente no fue como esperamos.

-         ¿A que se refiere con eso oficial? – le cuestionaba con cara de angustia.

-         Encontramos al joven Allen Fytz muerto, su cuerpo fue encontrado a las orillas del muelle de la ciudad.

En ese momento la señora Fytz quedo atónita, no podía creer que estaba escuchando, se sentía destrozada, sus ojos se llenaron de lágrimas, lentamente el teléfono cayo de sus manos, y esta se arrojó al suelo a llorar. La señora Sebera se acerco a ella y la abrazo sin decirle ninguna palabra, al parecer ya se percibía lo que estaba sucediendo.

La noticia rápidamente empezó a expandirse por toda la ciudad. No había noticiero o red social que no estuviera expresando o debatiendo la situación. Al día siguiente los periódicos más trascendentes del país tenían como primera fila dicha tragedia, se podían leer titulares como: "Encuentran joven desaparecido muerto", "Localizan en el muelle cuerpo del joven desaparecido" o "Pescadores encuentran cuerpo del hijo de la familia Fytz".

Muérete, bonito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora