Muérete, bonito.

Capitulo 8: Siempre volvemos donde fuimos felices.

El afamado regreso a clases... un día esperado tanto como para los de nuevo ingreso, como también para los de ultimo años ya que los de segundo y tercero no se alegran para nada al respecto. Era ya el ultimo año escolar de Jack en la secundaria, la noche anterior se la paso buscando información de alguna universidad que podría aplicar, pues gracias a las excelentes calificaciones que obtenía podría lograr entrar a la que quisiese.

Ese día se dirigió a la cocina donde se sirvió un vaso de jugo de naranja y lo acompaño con una rebanada de pastel de manzana para luego irse corriendo hacia la secundaria. Esa mañana la directora le daba la gran bienvenida a los de nuevo ingreso los cuales entraban con una sonrisa de oreja a oreja sin pesar el gran trabajo que se les venía.

- ¡Jack! – le grito Patrick al verlo llegar.

- ¡Hola Patrick! Llegaste temprano hoy. – le responde.

- ¿Ya fuiste a ver dentro?

- No. – le responde confundido.

- Acompáñame. – le expresa mientras le sujeta el brazo.

Al entrar observa que en el casillero que era de Allen hay una enorme fotografía del mismo acompañado con un hermoso arreglo de rosas de diferentes colores, además tenía pegado diversos Post-it de varios colores con frases como: "Descansa en paz" o "Te extrañaremos".

- ¡Es hermoso! – expresa Jack mientras lloraba.

En ese momento se escucho el fuerte ruido del timbre, todos fueron a sus diversas clases. Como era costumbre la Srta Hung de Historia nunca asistía a la primera clase. Al ver esto Jack aprovecho aprovecharía para seguir buscando en su computadora información sobre diversas universidades de Europa, pero en ese momento entra al aula Cezar Bononi, el tierno chico de ojos grises entra lentamente sin decir ni la mínima palabra y se sienta en una silla que se encontraba al fondo del aula. Esto se le recuerda a Jack aquellas líneas que Allen le escribió al mismo las cuales aún no había concluido leer. Fue por ello por lo que abrió su carpeta de documentos y empezó a leerlas.

*flashback*

Tal vez Allen había dejado de pasar tiempo con sus amigos para estar con Cezar, pero lo que ellos no sabían era que Cezar lo podía entender; era un poco difícil entender la manera como Allen actuaba, en muchas ocasiones podría ser la mejor persona del mundo, pero en otras podría volver a derrumbar las torres gemelas.

Una tarde ambos salieron juntos al jardín botánico que se encontraba en el centro de la ciudad, ambos se sentaron debajo de un enorme árbol de nueces que los podía cubrir de los fuertes rayos del sol mientras disfrutaban de unas deliciosas paletas de fresa.

- Nunca hemos hablado de nosotros profundamente. – le expresa Allen sonriendo.

- ¿Qué quieres saber de mí? – le responde.

- Nunca me has hablado de como te ha ido en el amor...

- ¿El amor? – le pregunta mientras ríe.

- La verdad no muy bien, nunca he conocido alguien especial.

- Es raro, eres alguien que puede cautivar a cualquier persona con el margen de cada cualidad que posees.

- Solo lo dices porque eres mi amigo. – le expresa Cezar mientras sonríe.

- Te quiero invitar a un lugar. – le expresa Allen.

- ¿Dónde?

- Al bosque, si quieres ahí podemos ver las estrellas. Según vi esta noche pasara un cometa. No sé si sea cierto, pero lo vi en Twitter.