CAPÍTULO 22. "UN DIA EN EL AMARGGEDON"

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Los portones que Lieun Kang libero me dejó ver un lugar tan grande que incluso podría decirse que era más grande que el infinito mismo. Mi vista se perdían en el paisaje que combinaba con el color rojizo de lo que podría denominarse cielo. El anfitrión de este lugar era Kang quien se acercó y me dijo:

- Este es el mundo de los guerreros o mejor dicho el infierno de quienes pelearon pero su alma se consumió de maldad. Cuando llegaron acá su ira está tan grande que no podía dejar de luchar. Algunas legiones de demonios fueron arrasados por esto seres. Por lo tanto. Se encomendó una forma de que generan tanto caos justamente en el sitio en el que es normal dichas actividades. Lucifer me mandó como el único guerrero demonio capaz de controlar mis emociones e impulsos. Me encargo recibirte y enseñar todo para que finalmente destruyas la creación de Dios en su totalidad. Un día acá equivale a un año entero en la tierra. Su atmósfera es más pesada y estos condenados están sobre un lodo que se los tragan si dejan de luchar convirtiéndolos en estatuas que se percata del espantoso mundo del Armageddon. Por lo que sabrás, no son huesos fáciles de roer, te doy una prueba, empieza este camino de piedra, enfréntate a todo al que se te atraviese y se llegas a sobrevivir porque recuerda que aun no estas muerto, tengo la facultad de conceder lo que desees.  

El único deseo que no podía cumplir yo mismo era volver a ver a Sofía. Seguramente con el alboroto que cause con la muerte de Zero, esos del Conclave deben estar temblando del miedo al saber que pase la barrera y que cualquier momento sus opulencias estarían de nuevo en peligro. ¿Qué habrá sido  de Anias? , ¿La abran castigado? ¿Qué significa que tenga sangre de demonio? por alguna extraña razon queria volverla a ver. Como si la sangre me llamará hacia ella pero, vuelvo a repetir, no estaba enamorado, era algo que no podía responder y nadie lo podía hacer pero me atraía hacia ella.

- Antes de aceptar tu reto, ¿Quiero preguntar? ¿Es normal que una humana tenga sangre de demonio pero no es uno  nosotros?.

- Nunca he escuchado eso. ¿Donde lo  escuchaste?

- Lieu kang. En la tierra, en el Conclave.  Me mira extrañado.- Es la primera vez que lo escucho, cuando un humano obtiene algo  de un demonio inmediatamente su alma se oscurece y aunque quiera hacer algo bueno, la maldad será su pan de cada día. ¿La chica es de esta organización?

- Si. Con toda contundencia le respondo.

-¿Una nueva raza se viene? por lo que veo, el Armaggedon y sus habitantes no sera lo unico que habra en la Tierra, por eso debemos fortalecernos y poner nuestro orden finalmente. Dejemos de charlar y empieza.

Un dia en el Armageddon es un año en la Tierra. Esto fue nuevo para mi, sin mostrar debilidad me introduje en el camino de piedra que me condujo a través de un enorme desierto, su calor era insoportable, caminaba muy pesadamente, el viento soplaba con toda su fuerza, muchas veces me tumbo al piso pero sin pestañear me levantaba y seguía caminando. Mi nuevo traje completamente negro, se cubría por el polvo que este lugar me arrojaba. Si esta era la primera prueba y era por un año. No me quería imaginar lo demás, de pronto  al disminuir las tormentas de arena y  el viento, vi entre los espejismo del desierto la figura de un ser grande, obeso y muy pesado. 

Una voz entre cortada escuche: - Asi que eres tu quien a tomado las llaves del Armaggedon, ¿Eres valiente o idiota al venir aquí? debes saber que nosotros no somos fieles a ningún rey, líder o dios, por lo tanto un completo desconocido no vendrá a decirme que hacer. 

Todo lo que no me dejaba verlo se retiró, allí vi un hombre cuya piel era hecha de rocas, podía calcular que  media 190, no tenia ojos pero si unas grandes orejas, una boca que al moverse arrojaba fragmentos pequeños de rocas. Levantó con su mano derecha un imponente martillo de acero sólido, el cual sin pestañear me lo  lanzó. Yo escape haciendo un rollo hacia  los lados. Fui a golpearlo pero su defensa corporal era una verdadera capaz hecha en piedra. Aunque su velocidad era mínima su fuerza era extraordinaria, si dejaba que me tocará con esos gigantescos puños estoy seguro que rompería toda mi anatomía. Era claro que debía derrotarlo debía ser rápido y contundente.Sin saberlo, Kahn me enseñaba indirectamente cosas útiles del combate. 

Descendientes del AmargedonWhere stories live. Discover now