CAPÍTULO 31 "EL COMIENZO DEL CAOS"

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El día en el que había tenido esa discusión con mi hija se terminó, las penumbras de la noche se alejaban permitiendo que un nuevo amanecer llegará. Estaba sentado en  un abismo meditandolo todo, Kahn se acerca diciéndome: - Es la hora.  Ya llego el momento que tanto esperábamos,  ahí un grupo de centinelas rodeando el lugar en un ejercicio de campo, empecemos con ellos. - ¿Lo has notado en el aire Kahn? algunos ya han salido del  Armaggedon y empiezan hacer estragos. No estamos  solos, en cualquier momento esto crecerá hasta el punto de provocar el peor de los casos. Me levanto, miro a mi compañero y le hago señas de irnos. Nos ponemos en marcha, alcanzando a dicho grupo cerca de un risco, esperaba que fuera en un lago como siempre se ha mostrado en  las historias de combate pero aquí toco en este lugar. Eran entre doce y quince jóvenes que eran dirigidos por su profesor. Nos adelantamos a ellos y nos encontramos  en medio de dos barrancos que daban a entender que solo se salía derrotando al otro. - Centinelas me presento soy Cristofer. Ya me habrán conocido por los últimos  alborotos que provoque en la academia. Esos solo fueron advertencias y muestras de quien soy, pero hoy ya seré diferente o más bien nosotros dejaremos tanto escondite. Ya el caos comenzará y ustedes  insectos tendrá el privilegio de ser los primeros en ser asesinados por nosotros. 

El profesor llevaba consigo una espada que desenvaino y ordenó que todos lo hicieran. - Como se atreven amenazar a los próximos descendiente de los ángeles. Es mejor que te retrates y asumas las leyes del Cónclave para que tu vida sea perdonada o al menos quitada de una forma honorable. 

Mi sorpresa fue ver que lo alto de los barrancos llegaban unas sombras y que luego se dejaban ver entre  cuatro y cinco guerreros demonios que había visto en el Armaggedon. Uno de ellos era esa chica que tuvo esa vida cruel en su niñez. - Se nota que estan temblando tus queridos centinelas, no pueden contener el miedo que nuestra presencia les produce. Es verdad nos superan en número pero no en fuerza.  Cristofer si quieres empieza tu. 

Le lanzo una risa de picardía, entonces estuve de acuerdo. Desenfunde mis armas y me lancé, detrás de mí siguió Kahn y los demás se unieron sin tener que decirles que lo hicieran. Al primero que me lleve fue al profesor cortándole el cuello de un solo tajo. Los centinelas intentaron pelear valerosamente pero sus golpes eran muy débiles, uno a uno fueron cayendo mientras rompiamos hueso, esparcimos la   sangre por el suelo,  cortabamos brazos, piernas, no nos importó si eran hombres, mujeres, menores de edad. Todos iban sucumbiendo ante nuestro feroz ataque. Finalmente los 15 centinelas con su profesor estaban muertos, dejando un paisaje macabro que hacía que nosotros nos sintiéramos satisfechos. Tome la cabeza del profesor para tenerlo como trofeo. La chica que me dijo que la llamara Lisa,  se reía como si estuviera en  una juguetería,  los demás también se sentía reconfortado.  Uno de ellos vestida de verde con una máscara que lo cubría algo muy similar a lo que yo llevaba puesto me dijo: - No confundas el hecho de estar acá es que queremos seguirte.  Para tu información los guerreros demonios percibimos cuando otro está peleando y si es una batalla agradable venimos a unirnos. Pronto lo sentirás y será casi natural que tu llegues donde están los demás. Siendo no  más fue todo un gusto me retiro. 

Todos los demás lo hicieron también, Lisa se me acerca y pasa sus manos por mi rostro, no se si me estaba coqueteando o mirando como matarme luego.  Finalmente quedó con Kahn, miramos la masacre efectuada y decidimos buscar una más en el dia. Seguramente esto estremecería al Cónclave y tendrían que actuar. Algo me dice que todos los demás guerreros demonios al percatarse de una batalla de esta magnitud acudirían todos. Es más, estoy seguro que mandaría a Anais para intentar detenernos. Me he obsesionado con ella por el hecho de complicar toda mi existencia con todos sus actos, era tan irritante pensar en ello. - ¿Qué hacemos Cristofer? , me pregunta Kahn, en ese momento me surge una gran idea. Vamos a provocar el susto de sus vidas a los estudiantes y residentes de esa academia. En un costal pon las cabezas que aun estan alli en el suelo y  lo lanzamos al Instituto, es así como el caos se siembra. 

Kahn no se como lo hace pero se consigue un costal en el cual coloca todas las cabezas de los centinelas, y para ser más macabra la escena, tomó un torso en el que escribo con una de mis espadas "El caos comenzó" lo metimos allí y luego con mucha sutileza lo tiramos a la academia. No se como lo irán a recibir pero de algo estoy seguro, saldrán  a pelear y allí estaremos listos. La cabeza de Anais seria mi mayor trofeo. Los cielos se oscurecieron por la inminente tormenta que se avecinaba, nos alejamos para buscar acertar el siguiente golpe.


Descendientes del AmargedonWhere stories live. Discover now