CAPÍTULO 16 "EL GRAN SECRETO DE SCORPION"

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Iba por los cielos, después de escapar de ese lugar, esta vez medite el como hice eso. De momento choque pesadamente contra la tierra, caí sobre un enorme valle, el suelo se estremeció. Cuando el impacto se terminó me vi al lado de un grande y hermoso río, recordé todo lo que había pasado, las batallas con Anais, Sofia. 

- Te contaré un secreto amigo Cristofer. La voz del ente comienza hablarme.

-¿Un secreto? que interesante. Cuentame.

-  Eres como el fuego que te cubre, irreverente, incontrolable, mortal. Debes entender eso, debes refugiarte en la ira cuando desees sacar las habilidades que aún no has sacado.  En efecto eres un guerrero demonio pero  eres más que eso. Es decir, somos más que eso. Sentémonos toma agua que te contare que paso conmigo,  aquello que dijo el dichoso profesor no es la mitad de lo que fue. Porque yo soy el original Scorpion, el guerrero demonio del fuego.

- Ya es hora de descansar. Me estire. - Pondré atención doble pero antes comere una manzana, alcanzó unas cuantas con mi aguijón. 

-Muy bien, mi historia comienza mucho antes de lo que todos imaginan, el fuego es el primer elemento que aparece en la Tierra logrando producir las islas, montañas y demás. Solo el agua compartía mi lugar.  La vida aún no existía, no habían vampiros, hombres lobos, guerreros, demonios, ángeles, ni humanos, ni animales en la Tierra.  El único que estaba allí era Dios, tenía muchos deseos de darle vida a este lugar de magma  y agua. Supo jugar con todo, con ayuda de estos dos elementos logró construir los primeros valles, montañas y lugares donde habitaron sus criaturas.   Dios extendió, su poder para formar  vida, no se si fue por causa divina o de evolución de eso no me acuerdo, piensa lo que quiera sobre esto, no me interesa convencerte como es el origen de la vida. Solo el mio y como ocurrió lo demás.  La vida nació de muchos elementos,  pero todo surgió por medio del agua y el calor del fuego que permitió que los primeros seres vivieran. Los animales fueron quienes tocaron primero esta Tierra, pero Dios no estaba satisfecho, él quería tener quien los adorará.  Ese poder de dar vida solo lo tiene él o eso creo, nunca vi a tal ser tan feliz  haciendo todo esto.  ¿por qué lo se? porque intenté con varios materiales para crear al hombre, nadie lo sabe pero fui yo el primer material de ensayo.  Tomo lava y agua pues veía como al unirse se fundían en una dura roca, me pude mover, lo vi a él, no tenía razón alguna  me limite solo a caminar. Dios esperaba que le hiciera una reverencia. -Hijo mío soy tu padre. Recuerdo que me lo dijo, pero yo no sabía hablar, no sabía que era o quién era.  Jamás me pude arrodillar ante él porque no lo sentí. Dios se enojó,se frustro conmigo, solo me ignoró por completo. Y siguió con sus deseos de crear a un ser que lo venerara. 

Yo camine por los senderos del mundo, olvidado, errado,  no podía sentir nada, me pare en un vasto desierto y vi que de una pequeña cueva salió un hermoso escorpion. Su color negro, su aguijón siempre adelante, pequeño pero firme, vi que tomaba sin piedad a pequeños insectos. Me quede en el desierto contemplando a este animal, floreció  la curiosidad en mi. Quise ser como él, seguro y letal. De pronto  vi que el cielo se oscureció, nada podía comprender pues sentimientos no tenía. Aunque en el fondo podía percibir el abandono de Dios sobre mi. Me senté en la arena mientras unas grandes gotas de agua caían sobre mi.  El pequeño escorpion se refugio de la lluvia bajo el arco de mis piernas que tenía sentado. Lo vi allí, yo lo protegía, no se me arrodillaba pero me veía como un lugar donde salvar su vida.  ¿Por qué Dios no lo hizo conmigo? vi que los cielos se targeaban con unas líneas blancas que retumbaban el lugar. Era como una guerrera en lo más alto del cielo.  Pasó por mi lado  un escorpion aun mas grande con deseos de atacar al más pequeño, no se lo permití, lo tomé entre mis manos y por instinto me lo lleve al rostro quería contemplarlo, el animalejo introdujo su aguijón en mi mano haciéndome un pequeño agujero, fue mi primer dolor. De mi rostro se dibujó una boca, la abrí y devore al insecto como señas de mi venganza por atacarme y querer hacerle daño al otro. El veneno que había puesto en mi mano ardía y pude sentirlo. En ese momento el pequeño se subió y con su aguijón saco el veneno antes de que se fuera demasiado lejos. Nos convertimos en grandes amigos, desde ese momento estamos juntos y es él quien te cura cuando sufres lastimaduras, y la que ayudo a tu hija Sofía. 

Descendientes del AmargedonWhere stories live. Discover now