CAPÍTULO 13 " EL ENGAÑO DE LA OSCURIDAD

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Las sombras cubrían todo mi ser, solo recordaba sentir las manos de Sofía en mi cuello. Después de eso,  todo lo veía oscuro,  ¿Cómo pude ser derrotado de esa forma?, el silencio era  lo único que me acompañaba. De pronto escuche pasos que se acercaban a mi cada  vez que respiraba, no podía saber si estaba acostado, sentado,  parado ni tampoco en qué posición. Escuche unos tormentosos aplausos. Quería moverme pero no podía, mis piernas se han congelado por alguna razón, solo mis oídos escuchan, porque mis ojos están ciegos y mi boca cerrada para gritar.  Estos aplausos se mezclaban con risas de niños, hombres, mujeres, incluso de monstruos. Lo unico que podria explicar todo esto, es que caí directamente al Infierno y allí me estaban castigando. Vi pasar mi vida, cuando era pequeño en ese momento en el que era feliz molestando a mi hermana por cualquier razón y ella introduciendo en el ojo ese jugo que tiene las cáscaras de mandarinas que saben arder. 

Hubo una visión de Sofia bebe, completamente tierna, completamente pura, sin maldad, irrompible, luego su figura crecía y me miraba con real odio. Vi cómo quemaba el sello que le había regalado. Terminaba con la frase "Te odio papá"  . -¿papá? ¿papá? ¿a quien le decía papá? estaba dispuesto a pedirle piedad a Lucifer porque  creí firmemente quien era el que me estaba castigando en el Averno. Pronto descubriría que no era eso .

CRISTOFER.... CRISTOFER ...  CRISTOFER  entre susurros escuche mi nombre humano, nadie me había llamado así durante mucho tiempo, no podía hablar para preguntar a quien me nombraba.  Cuando creí que volvía el silencio repetían.  CRISTOFER, SCORPION, CRISTOFER, SCORPION

La mano  de una mujer se posicionó sobre la derecha mía, la oscuridad no mostraba su figura. Sentí que se acercaba, se coloco encima mio justamente en el abdomen. Aquella tomo mis manos inertes y las colocó en su cintura. Pude darme cuenta que era delgada, sentí una piel desnuda tan suave como la misma ceda, mis manos se quedaron ahí. No entendía este nuevo tormento hacia mi, pues algo bueno no era.  Sentí que su rostro descendió para encontrarse con el mío, sentí su respiración en mi nariz. Con sus manos retiro mi máscara, con la  yemas de sus dedos comenzó a recorrer cada parte de mi calavera, después  de repetir esta acción muchas veces, tiene la osadía de poner unos labios carnosos sobre lo que se supone debía ir mi boca.  De hecho sentí como si mis labios regresaban. No recordaba lo que era un beso, ella siguió en su acto,  en mi instinto la seguí. La seducción de aquella  mujer  lograron revivir sensaciones de un humano vivo,  esto lo maté hace mucho tiempo, no quería regresar a lo mismo. No quería ser humano  de nuevo. Mis manos tuvieron movimiento, también mis piernas, alce  el cuerpo de aquella mujer y la arroje pude moverme, al parecer estaba acostado en algún mesón o  tabla. Estaba parado pero la oscuridad no dejaba ver nada aunque lanzará fuego. Solo existía la presencia de algo que allí estaba, de alguien que ocasiona este ambiente de terror y confusión.

- ¿Quien eres? Dije imperativamente.

- ¿No te gusto el beso? la voz de una mujer retumba en toda la oscuridad. - No recuerdas ¿quién  soy? 

- Por supuesto que no, eso es para seres emocionalmente estúpidos.

- Acaso no sentiste mi cuerpo tan atractivo que podrias surcar en él, llegar a lo más profundo de su interior. ¿Por qué en vez de empujarme no utilizaste tu aguijón para despertar más que sangre en la piel de tu amante? se escucha una risa.

- Eso es de humanos,  humanos carnales, yo no lo soy. Todos los humanos piensan en eso, seguramente el joven que decía querer Sofia tenia esas intenciones con ella, pero ella no lo veía y tuve que matarlo. No conseguirás nada....... Maldita bruja.... eres tu.  ¿Quién más?

- (aplausos de sarcasmo) hasta que me reconociste, por más oscuridad que nos rodea lograste definir qué soy yo.  Quiero agradecerte por romperle la boca Anais, te debo una y ahora mismo te la pagaré.  Te lo diré, No me gusta cuando me desafían, ese café que te di no solo tenía veneno sino una pócima que debilita los poderes de los demonios de bajo rango, queria saber que pasa contigo si  tu adorada Sofía se ponía en contra tuya. Vaya resultó ser más desquiciada que la misma Anais, no pensó  ni un segundo,  y supuestamente te mato. 

- ¿Esta es otra prueba tuya? eres desagradable, ya  te dije que no obedecer a lo que me digas. No podrás chantajearme con Sofia, no me harás lo mismo que Anais, se algunas cosas y no funcionara conmigo, mata al que quieras,  no me importa.

- jajajajajaj  eso lo vi, cuando le dijiste en la cara a tu amada Sofía que era una tonta al proteger a su amigo. 

Detestaba cada palabra de esa bruja,  los tormentos que me ofrecía eran fuertes pero cuando hablaba era peor que mil agujas clavadas en la parte interna del dedo grande del pie.  Nunca le vi el rostro, la oscuridad era cómplice de ella.  Estaba en sus dominios.

- ¿Qué deseas de mí? le dije con calma.

- ¡Vaya! por fin una gota de amabilidad. Quiero que me hagas un favor,  seguid a donde vaya Anais y sus hermanas, solo eso. Recompensare este acto, no te estoy ordenando para que no lo sientas así, es un favor. Por eso monte todo esto, en este momento estamos hablando en tu mente pero despertaras en el laboratorio de los cazadores porque eres objeto de estudio.  Tómate el tiempo necesario, pero hazme el favor. 

La percepción de lo que se cree ver,  me generó molestia, acepte dicho trato solo le dije que me dejara pelear contra Anais, necesitaba  vengarme e incluso contra Sofía. Asi quedo, yo vigilo a esa chica y le aviso a la bruja lo que haga mientras me fortalezco para luego enfrentarlas.  La figura de la mujer desapareció, cerré los ojos y cuando los abrí, estaba atado en un pedazo de tablón, a mi alrededor tubos de ensayo, en la pared mi máscara y mis espadas. Mi mano derecha estaba abierta con el aguijón extendido. Supuse que están investigando lo que soy, no tenia mucha fuerza para reventar mis lazos,  me frustre, respire  y decidí a esperar a que ocurriera algo. 


Descendientes del AmargedonWhere stories live. Discover now