Capítulo 13

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—Hola, Taehyung ¿Qué vas a pedir hoy? —pregunta el chico con sus ojos puestos en la libreta de hojas amarrillas. El rubio acapara su vista, sin embargo, por lo que luego de algunos segundos u mirada no puede evitar posarse en la de Taehyung y los nervios vuelven otra vez.

—Sólo quiero una limonada —dice el otro con una sonrisa—. ¿A qué hora acabas turno?

—A las 5:00 ¿por qué? —pregunta, volviendo sus ojos al chico.

—Quiero hablar contigo —murmura con la misma sonrisa cuadrada que Jungkook ha aprendido a amar con el paso de los días. 

Asiente con una sonrisa tímida, para finalmente ir por la orden. De camino a la cocina encuentra a Jin mirando algún punto del ventanal del restaurante, completamente absorto.

—¿Te pasa algo? —cuestiona. 

Su mano halla el hombro de su amigo, pero es suficiente para sacarlo de la laguna mental. Pasa algo, claro que sí. Jin no ha dejado de sentirse extraño en los últimos días, no ha logrado conciliar el sueño y no ha visto a Namjoon desde que Ken y él tuvieron sexo en su apartamento. 

—No —sonríe, intentando ser lo más convincente posible—. No pasa nada.

El menor asiente ante la respuesta, sintiéndose un poco más tranquilo. Sin embargo, la tranquilidad se acaba cuando se detiene para observar a Taehyung en la mesa cinco. Luce concentrado en lo que hace y Jungkook puede sentir los latidos de su corazón acelerarse al darse cuenta de lo mucho que le gusta verlo así.

Él ha notado que el rubio es una persona demasiado dedicada a la suyo y eso lo llena de una admiración profunda, que hace florecer una y otra vez el afecto en su interior. No puede negar que Taehyung le gusta incluso más que antes y que se siente infinitamente atraído por cada detalle del chico.

Se imagina a sí mismo siendo capaz de decirle lo que siente. Puede imaginarlo sonriendo para él, ahorrándole ciertos actos que requieren de una valentía que no posee. No podría contenerse ante ello e iría en busca del beso que tanto ha anhelado, que ha deseado con toda su alma. La timidez que lo invade le impide pensar en la idea por mucho tiempo. 

Eso y que Jin es su pareja ante Taehyung. Ellos se metieron a sí mismos en un problema estúpido por un impulso. Bien, Jin lo metió en un problema.

Una vez que la orden del chico está en sus manos, Jungkook avanza hasta la mesa para depositar el vaso en la superficie y contemplar la sonrisa pulcra que le dedica el rubio. No se cree merecedor de ello, pero se la devuelve con la misma alegría. Cuando finalmente tiene intenciones de irse, la mano del otro lo detiene. Sus dedos largos se posan sobre sus nudillos y Jungkook baja la vista rápido para ver sus manos tocándose.

—Gracias —dice y retira su mano con la misma delicadeza. 

Jungkook huye con el corazón haciéndole cosquillas en los dedos. No debería estar así, pero todo con Taehyung se siente como una caída, como un vacío constante que no anticipa ningún aterrizaje.

El turno del menor se acaba justo a las 5:00, así que no puede evitar darle una mirada discreta al rubio antes de ir al vestidor y cambiarse el uniforme. Cuando sale y el frío le azota la cara, encuentra que el otro lo está esperando con una sonrisa. Sus mejillas pálidas delatan que la temperatura de Seúl es bastante baja y Taehyung no lleva más que un delgado suéter sobre la camisa aceituna.

Jungkook tiene tantas ganas de abrazarlo.

—¿No tienes abrigo? —pregunta el castaño, obteniendo una negativa como respuesta.

—Lo olvidé porque estaba apresurado —responde. Jungkook lo ve abrir el maletín para sacar lo que parece ser un volante. El otro vuelve a mirarlo, esta vez para extenderle el papel. Cuando lo toma para leer su contenido, el texto "Exposición de fotografía" es lo primero que llama su atención—. Quiero que estés allí. Este proyecto es muy importante para mí y me gustaría que fueras.

Las flores del cuarto piso - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora