Capítulo 29

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Jin no es un tipo celoso.

Sin embargo, ser consciente de que Jungkook no ha tenido mucho tiempo para él en el último tiempo debido a cierto chico rubio, le hace replantear dicha afirmación. No lo culpa, el azabache sabe que el furor inicial del noviazgo siempre es así. Comprende que lograr un equilibrio con los demás espacios de socialización no es fácil, así que se resigna a la idea de ser relegado por su mejor amigo.

Lo entiende, pero eso no alivia la sensación de pesadez en su interior. Tampoco soluciona la evidente ausencia del castaño en los dos últimos "viernes de películas" y el modo en que se ha dedicado a extrañarlo.

El chico busca un trapo seco para limpiar el desastre líquido de una de las mesas, pero en el camino, la imagen de Jungkook abrazando a Taehyung afuera del establecimiento le recuerda que su mejor amigo tiene otros asuntos de los que ocuparse. Jin los ve besarse por un corto tiempo antes de apartar la vista de ellos y sentirse entrometido.

Decir que no está feliz por ellos, sería poco honesto de su parte. Pese a ello, hay algo que no lo deja en paz cuando sus ojos vuelven a posarse en la pareja, que ahora cruza la calle con las manos entrelazadas. Es la nostalgia lo que lo vuelve pequeño y lo enraíza en recuerdos que preferiría desechar.

¿Alguna vez él tuvo algo como eso?

Sus pensamientos son disueltos de la misma manera en que la humedad de la mesa es absorbida por el trapo. Jin finaliza su labor con poco entusiasmo y se dirige a la mesa más próxima, en donde una anciana de mirada amable lo espera para ordenar.

Jin no vuelve a pensar en ello el resto de la tarde. Sus pasos se hacen ágiles en medio de las mesas y los comensales que esperan su atención. Se esfuerza por desbordar energía, por cansarse lo suficiente e impedirle a su cuerpo otra cosa diferente a dormir. 

Cuando son las 8:00 de la noche, se da cuenta de que ha cumplido con su objetivo, porque se siente agotado.

Es una suerte que su turno termine rápido y pueda cambiarse de ropa en el camerino. Sus movimientos son lentos cuando reemplaza el uniforme negro por ropa más holgada y se despide de los demás empleados. Una vez afuera, su celular comienza a vibrar en su bolsillo. Jin decide omitirlo, pero la curiosidad, le obliga a observar la pantalla y darse cuenta de que es Ken.

Teclea algo rápidamente y comienza a caminar en dirección a su apartamento. Su estómago ruge de hambre, así que decide pasar por su restaurante favorito de fideos negros y evitar cocinar en casa. Mientras espera a que la persona encargada le traiga su pedido, vuelve a sacar el celular y se queda observando la conversación por un largo tiempo.

Jin espera que no haya nada de malo con ello, con el contacto que sigue manteniendo con su ex. Después de todo, ellos no han hablado de nada relacionado con la ruptura y se han limitado con saber el estado del otro.

El plato humeante de fideos es depositado sobre su mesa, así que deja su celular a un lado, no sin antes responderle a Ken y a Jungkook, que le ha hablado para comentar lo maravilloso que ha sido el comienzo de su relación con Taehyung. Jin come hasta hartarse, paga su plato y vuelve a enfrentarse al frío de la ciudad.

Sus piernas duelen debido al esfuerzo en el restaurante, así que camina un poco más lento de lo usual. El ritmo del trayecto le permite observar las vitrinas de los establecimientos con mayor detenimiento y hacer listas mentales sobre las cosas que necesita comprar, que hacen falta en el apartamento. 

Finalmente, consigue llegar hasta el edificio de su residencia antes de lo pensado. Jin está acostumbrado a la voz del portero del edificio, pero esta vez es diferente, porque está cargada de reclamo y de algo que se asemeja mucho a la molestia.

Las flores del cuarto piso - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora