Capítulo 2

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Las clases pasaron en cámara lenta, ya estaba bastante fastidiado cuando sonó el timbre que indicaba que -por fin- las clases habían acabado. Muy en el fondo de mí alma sabía que estaba fastidiado porque lo único que quería era correr a los brazos de Freddie, pero me costaba bastante admitirlo.

Recorrí los pasillos de la escuela a paso apresurado hasta que siento a alguien tomándome del brazo.

–¿Freddie?–Pregunté sin pensar.

Grave error.

–Pero miren que curioso, el ñoño es marica y consiguió un novio, quién lo creería. –escuchó a alguien decir con un tono burlón y nada agradable, para luego oír varias carcajadas

Era Travis, el bully del colegio, ya me imaginaba lo que vendría, era vergonzoso decirlo pero ya estaba bastante acostumbrado.

Pero hoy estaba bastante molesto como para quedarme quieto a recibir la paliza de todos los días.

–¿Algún problema Travis?, ¿celoso, acaso? –Lo miré desafiante.

Y ahí fue cuando explotó. Me estampó contra un casillero y me lanzó un puñetazo que impactó en mi ojo derecho, luego otro a la mejilla, luego a la otra, al estómago, al otro ojo...

Estaba por desmayarme cuando escucho dos voces.

–¡Escuchen imbéciles! ¡o se largan de aquí o llamaré a la policía! –Una voz femenina: Verónica.

–¿Qué carajo esperan? Lar-guén-se. –Otra voz aguda pero de hombre: Roger.

Ambos me toman de cada uno de mis costados, gimo de dolor pero antes de cualquier cosa les digo:

–Muchas gracias chicos, pero necesito que me lleven con Freddie. –Me miraron con desaprobación, ya estaban al tanto de lo que había pasado con el chico y no les molestaba que me "atrayera levemente", si no que no estaba en condiciones de ir a ningún lado– Por favor.

Roger suspiró y ambos, luego de que rogara un par de veces más, accedieron.

Ya estaba en la puerta del departamento, Verónica y Roger -luego de que los convenciera de que iba a estar bien- se marcharon. Los golpes me seguían doliendo como los mil demonios y estaba seguro de que más del %70 de mi cara se basaba en moretones.

Un gran nerviosismo se apoderó de mí, "¿Y si no me reconoce?, ¿Y si se arrepiente de haber accedido a que yo  lo volviera a visitar?, ¿Y si ya no quería tener nada que ver conmigo?"

Traté de quitarme esos pensamientos de mi cabeza y antes de arrepentirme, toqué tres veces la puerta con mis nudillos.

La puerta se abre y aparece Freddie sonriente.

–¡Hola Johnny!, ¡ya pensaba que no ibas a ven- –su sonrisa se deforma y se transforma en una mueca de terrible preocupación– ¡John!, ¡¿Qué carajos pasó?!, ¡¿Quién te hizo esto?! ¡Lo mataré!

Antes de que siguiera solo lo abracé y lo empujé adentro del departamento, el torpemente cerró la puerta y continuamos caminando fundidos en un abrazo hasta el sofá, que estaba en medio de la sala.

–No quiero hablar de ésto Freddie, sólo quiero estar contigo. –dije hablando con mi rostro escondido en su cuello.

Freddie me abrazó un poco más fuerte y me cargó en sus brazos a su habitación. Normalmente me habría asustado pero, a pesar de haber conocido hace menos de 24 horas, confiaba en el lo suficiente. Me recostó suavemente en la cama y luego se acostó el a mi lado. Inconscientemente me acerqué y lo abracé. Mierda, podría estar así toda la vida. Comenzó a acariciar mi largo cabello y pronto me quedé dormido, sentía que estaba en el cielo.

Cuando me desperté calculé que sólo había pasado al rededor de una hora. Gire un poco mi cabeza y me encontré a Freddie mirándome enternecido.

–Freddie... Disculpa las molestias no pensaba quedarme dormido.

–No te disculpes Johnny. –me dio un beso en mi mejilla y pronto éstas se tiñeron de rojo.

Sentía como nuestros rostros se acercaban lentamente, estaba casi rozando sus labios cuando un teléfono sonó, era el mío.

Me aparté rápidamente con la cara muy sonrojada -no solo por los moretones- y atendí

–¿John ya te encuentras mejor? –Era Roger. No quería ser grosero pero había interrumpido lo que probablemente hubiera sido mi primer beso.

–Estoy mucho mejor Roggie, gracias. –Miré a Freddie, su cara mostraba molestia, "¿Habré hecho algo?".

–Bien, me llamas cualquier cosa Deacy. –Le dije que sí y luego corté. Me gire a ver al chico que me gustaba.

–Así que Roggie, ¿eh?, ¿es tu novio? –me preguntó con un tono de voz bastante rudo.

–¿Eeehh? Estás muy equivocado, es mi mejor amigo. –Le respondí sorprendido, ¿acaso estaba celoso?

Su mirada se relajó y acomodó un mechón de su cabello atrás de su oreja.

–Hey –Me llamó–. ¿Quieres quedarte a dormir hoy? Mañana te llevo a la escuela no te preocupes.

–C-claro, sería genial.

–Muy bien.

Luego de comer y asearnos -me prestó una camiseta grande y unos bóxers para dormir- nos fuimos a acostar.

Me desperté en medio de la noche y rápidamente sentí una mirada en mi nuca. Me giré.

–¿Freddie?

–¿Qué pasa querido?

No dije nada más, me acerqué a su rostro y lo besé. Fue algo muy torpe ya que era completamente inexperto, sentí sus suaves labios moverse sobre los míos, tomando el control del beso. Cuando el aire se volvió necesario, nos separamos y juntamos nuestras frentes. Estaba sonrojado a más no poder y miraba para los costados muy nervioso.

"¡Acabo de dar mi primer beso!"

Rayitos de Sol (Deacury)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora