Rayitos de Sol (Deacury)

Capítulo 9

Dedicado a wildestfan_

No sabía qué hacer, quería huir y pensar.

Freddie estaba en frente mío, sus cabellos tapaban la mayor parte de si rostro y temblaba, estaba llorando.

Me di cuenta de que había removido rápidamente mi mano de su hombro al recibir la noticia y me sentí un poco mal, pero estaba demasiado sorprendido como para hacer algo.

"¡Mierda! ¿Qué voy a hacer? ¡Estoy en la maldita secundaria! ¿Qué hay de mis estudios? ¿Mi carrera universitaria? Probablemente tenga que dejar todo de lado por Freddie y el bebé. ¿Y mi madre? Apenas le conté que me gusta un chico y ahora tendré que contarle esto."

Yo amaba al hombre que tenía en frente, de eso estaba seguro, pero, ¿era ese amor suficiente como para dejar de lado mi futuro?

No lo sabía y necesitaba estar seguro de mi próximo paso.

–Freddie, esto es muy repentino, necesito un tiempo, esto también es difícil para mí, ¿sabes?

–S-solo vete, John. –Seguía sollozando.

–Solo, no hagas nada sin decirme antes por favor. –me acerqué para darle un beso, pero corrió su rostro y terminó siendo uno en la mejilla, sentí mi corazón estrujarse. Eso había dolido.

Me aparté y me fui.

**************

Me desperté transpirando y con la respiración agitada, no recordaba como había sido pero había tenido una pesadilla, otra vez, hace 4 noches que me ocurría y hace 5 días que no hablaba con Freddie.

Era sábado así que me levanté me di una ducha, desayuné mientras escuchaba a The Beatles y realicé mis tareas.

Había decidido que quería tener al bebé pero que también continuaría mis estudios, sabía que sería más complicado de lo que imaginaba pero no me importaba, quería compartir una vida entera con Freddie y de paso, formalizar nuestra "relación" de una vez.

Salgo de casa, tomo un taxi y me dirijo a su apartamento.

Charlo con el agradable chofer sobre temas triviales, y cuando llego a mi destino le pago y me despido con una sonrisa.

Troto hasta la entrada y abro la puerta con la llave.

Me encuentro con Freddie fumando en el sofá, tenía unas grandes ojeras bajo sus hermosos ojos, que estaban rojos. Se veía muy pálido y más flacucho de lo normal.

Me observa con una fría mirada, me encojo un poco desde mi lugar.

–¡Freddie! ¿Qué estás haciendo? –Me acerco y le manoteo fuertemente el cigarrillo, que vuela lejos suyo– ¡Es malo para ti y para el bebé!

Lanza una carcajada sin gracia y me habla con un tono de voz que expresa ironía.

–¿Y a ti que te importa eso? Dejaste bastante claro que no quieres esto y yo no tengo ganas de cargar una cría solo, y mucho menos sabiendo que esto –Se señala el estómago– es tuyo. –Ahora me señala a mí.

Sus palabras se graban con fuego en mi pecho.

–Freddie... no digas eso yo, lo siento, ¿si? estaba asustado y no sab-

Se levanta del sofá y me agarra del cuello de la camisa.

–¡¿Crees que yo no estaba asustado?! –Sus ojos se llenan de lágrimas y me mira, herido y con un hilo de voz sigue hablando– ¿Crees que yo no... te necesitaba?

Me suelta y se da vuelta, tapa su cara con sus manos, lo abrazo por la cintura y el trata de zafarse pero no lo dejo, pongo las palmas de mis manos sobre su aún plano vientre y apoyo mi barbilla en su tembloroso hombro.

–Freddie lo siento tanto. –Le susurro al oído, él se estremece pero ya no trata de alejarse– Necesitaba pensar, y ya lo hice. Te amo a ti y al niño o niña que llevas dentro tuyo, los quiero a ambos tanto que duele, por favor no me quites esto, por favor, por favor... –el volumen de mi voz baja hasta hacerse inaudible y escondo mi cara en su cuello.

Freddie apoya sus manos sobre las mías y una vez más, sé que aquí es donde pertenezco.

–Te amo, John.

–Te amo, Freddie.

Y una vez más, sé que este es mi hogar.