Capítulo 14

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El doctor -que no me caía nada bien- nos había dado la primera foto de nuestro bebé. Era precioso, tuvimos que aguantarnos con Freddie las lágrimas al verla porque sino la arruinaríamos. La guardé en el bolsillo de mi chaqueta y tomé la mano de Freddie apenas salimos del hospital pero me doy cuenta de que el quita su mano suavemente.

–Tengo frío. –Me dice algo apenado mientras coloca sus manos en el bolsillo.

"Es primavera", pienso sintiendo un dolor en el pecho.

–C-claro. –Le doy una diminuta sonrisa -falsa- y aparto mi rostro, observando las parejas heterosexuales en el parque o en la calle mientras nosotros caminamos apartados, como si fuéramos amigos, o ni siquiera eso. Mis ojos se cristalizan pero parpadeo repetidas veces para quitar las lágrimas y evitar que caigan.

No volví a hablarle o mirarle en todo el camino, mucho menos tocarlo. El a veces intentaba decirme algo pero yo solo asentía o ni siquiera eso.

Cuando llegamos a la casa de Freddie el abrió la puerta, pasó y no la cerró, supongo que dándome paso libre pero yo me quedo parado en la entrada. El parece darse cuenta unos segundos después y se gira a verme.

–¿Qué pasa? –Me pregunta extrañado.

–Yo mejor me voy. –Dije en un tono que expresaba mi dolor por el hecho de que Freddie rechazó mi mano hace apenas un rato.

–¿Por qué? En el camino no me prestaste atención a nada de lo que dije, ¿acaso te arrepientes de tu decisión? Si es así vete y no vuelvas, ¿sabes? –Me dice furioso.

–¿Acaso tú lo haces? ¡Te avergüenzas de mí! No me quisiste tomar de la mano, pensé que nuestra relación había pasado a otro nivel, ¡pero solo me rechazaste! –Me mira entre sorprendido y avergonzado pero mi enojo es más grande que el arrepentimiento que siento al hablarle así.

–Yo lo siento John es que-

–Déjalo, nos vemos otro día Freddie. –Le dije mirándolo fríamente, pero al ver su rostro de tristeza mi cara se relaja un poco. –Llámame si sucede cualquier cosa.

Me acerqué para darle un pequeño beso en la boca pero cuando estoy por hacerlo recuerdo cuando apartó su mano de la mía y me alejo, volviendo mis pasos mientras mi pecho arde. Cuando salgo de la casa me doy vuelta y solo camino, herido y solo. Vacío.

Cuando llego a casa me siento en el suelo apoyando mi espalda contra la puerta, pongo las rodillas en mi pecho y escondo mi cabeza entre mis piernas, intentando ocultar mi rostro lloroso del mundo.

"¿Por qué cuando algo bueno está pasándome tiene que pasar algo así?"

Golpeo el suelo con mis puños y lloro más fuerte, puede que parezca una razón estúpida para estar llorando así, pero cuando el amor de tu vida te niega así frente al resto, como si se avergonzara de ti, duele y mucho. st

Luego de unas horas me calmo, miro hacia la ventana y ya es de noche. Decido salir a caminar para despejarme un poco.

Las calles están algo concurridas, ya que es viernes por la noche, y la gente decide salir a bailar o cosas así. Nunca me atrajo mucho eso pero bueno, puede que sea un mojigato.

No sé cómo, pero llegó hasta una calle desierta. No me importa mucho hasta que comienzo a escuchar unos gritos. Me acerco a donde proviene el ruido y escucho más claramente.

–¡Suelta idiota! Piérdete. –Esa voz es inconfundible, ¿qué carajo hace Freddie aquí?

–Calma, dulzura, solo será uno rapidito, ¿si? –Una voz cargada de lujuria hace que mi estómago se revuelva y me llene de ira, comencé a acercarme más rápido, estaban atrás de lo que en algún momento fue una gran casa.

–Me niego, déjame ir. –Freddie trata de sonar intimidante pero su voz está entrecortada, me enojo más. –Por favor, ya basta.

Llego hasta donde están ellos y le dejo marcado mi puño en el rostro al tipo que estaba acosando a -mi ¿novio? no lo sabía ya- Freddie.

El tipo era de mi estatura pero un poco más corpulento por lo que enseguida se recupera pero yo estaba tan furioso que lo vuelvo a golpear, esta vez en el estómago. Luego cae al piso y yo lo pateo repetidas veces para luego volver a lanzarle puñetazos a cualquier lugar que forme parte de su cuerpo.

Siento unas manitos tomándome de los hombres y de repente vuelvo a la realidad. El cuerpo -no sé si vivo o muerto- del hombre estaba cubierto de sangre, al igual que mis manos y Freddie estaba tratando de apartarme de él. Me dejo.

–¡John! ¡Cálmate por favor! –Me quedo sentado sobre el suelo y muevo mi cabeza para mirar al cielo, había comenzado a llover. Cierro los ojos y me sereno.

–Lo siento, no pretendía asustarte. –Me paro para volver a casa, pero Freddie me toma de la mano para detenerme.

–Yo me quería disculpar, John. Lo que te hice no estuvo bien. Es que estaba asustado, pero ya entendí que sería estúpido avergonzarse de una persona tan bella como tú. –Me toma de las mejillas y me da un suave beso en los labios que enseguida correspondo. Cuando nos separamos lo abrazo, evitando aplastar su vientre.

–Lo siento, John. –Susurra.

–Está bien, Freddie. –Susurro también.


Rayitos de Sol (Deacury)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora