Rayitos de Sol (Deacury)

Capítulo 17

Dedicado a Milliroses

Escucho la puerta abrirse y me sobresalto, abro los ojos, sorprendido, pero me calmo instantáneamente al ver su bata de doctor. Miro a Freddie, sigue durmiendo. Tomo su mano de nuevo y giro mi rostro para mirar al doctor.

–Buenos días, ¿es usted un familiar del paciente? –Me observa con paciencia pero una mal oculta curiosidad.

–Soy su pareja. –El doctor me sonríe y yo le doy una diminuta sonrisa de vuelta.

–Muy bien, lo que el paciente sufrió fue una complicación en su embarazo, al ser un hombre, llevar en su interior a un bebé es aún más riesgoso y complicado que para una mujer. Si no lo hubieras traído tan rápido como lo hiciste, probablemente los hubiéramos perdido a ambos, tú los salvaste. –Observa a Freddie.

Me sonrojo un poco, pero es lo mínimo que pude hacer, son lo más importante en mi vida.

–Gracias, muchas gracias. –Susurro.

–Gracias a ti, chico. Tu pareja podrá salir del hospital entre mañana y pasado mañana, cuando se sienta mejor y luego de mantenerlo vigilado por unas horas.

Asiento con la cabeza y el doctor nos deja solos.

Lo miro un rato más hasta que, con lentitud, acostumbrándose a la luz, abre sus ojos. Le sonrío con cariño pero el mira apresuradamente su vientre.

–Están los dos bien, Freddie, no te preocupes. –Suelta todo el aire que había estado aguantando y deja caer su cabeza nuevamente sobre la almohada.

–John, ¿qué paso? –Habla débilmente.

–Una complicación por el embarazo, es más peligroso porque eres hombre. –Acariciando su mano, lo tranquilizo un poco, pero el aparta la mirada.

–Lo lamento por no ser mujer. –Tenía la voz quebrada, "¿pero qué dice?"

Lo tomo del mentón y hago que me mire.

–Sabes que no quería decir eso, Freddie. Yo te amo, y el hecho de que seas hombre no importa en lo más mínimo.

Me rodea con sus flacos bracitos y yo acepto el abrazo, noto que apoya su cabeza en mi pecho y nos quedamos así un largo rato.

*******

Un día después, estaba Freddie con su brazo entrelazado con el mío y yo lo ayudaba a caminar. Íbamos a mi casa, ahí nos íbamos a quedar hasta que fuera la próxima cita con el doctor que le haría a nuestro bebé su primera "foto".

Llegamos a casa y lo dirijo hasta mi cama, donde lo acuesto para luego posicionarme a su lado.

–John. –Me llama. Me apoyo en mis codos para mirarlo.

–¿Qué pasa, cariño?

–Es niña. –Abro los ojos, asombrado.

–¿Qué? ¿Cómo lo sabes? –Murmuro.

–Solo lo sé, John. –Se acurruca a mí lado y cierra los ojos, me dejo caer sobre el colchón y me duermo, con Freddie en mis brazos.