Axel se preguntó si besar a un ángel no sería algún tipo de violación sagrada.
-Noah... ¿estará bien si el dueño de esta casa nos ve así?- Pues tenía miedo de que eso conllevase algún tipo de castigo. De todas formas, llevaban horas en la misma posición. Noah había escondido sus alas y se había quedado apoyado contra su pecho.
-No vendrá nadie. Esta está vacía. De todos modos no creo que sea algo malo... ¿verdad?- Axel no supo qué contestar. No suponía que fuese un pecado pero si su ángel no estaba seguro, ¿qué clase de respuesta esperaba de él?
-Si un ángel tan puro como tú está de acuerdo, no puede ser algo malo. Además, ahora mismo me siento feliz y no creo que la felicidad sea un pecado.- Noah sonrió algo apenado mirándose las manos fijamente durante unos segundos. Un ángel puro... se preguntó si eso era verdad. Sinceramente, ya no confiaba en sí mismo pero ese era un sentimiento que no estaba dispuesto a compartir con nadie.
Todavía se mantuvieron en esa misma posición durante, al menos, dos horas más. Hasta que Noah se apartó un poco y se dio la vuelta para quedar de frente a él.
-Amm... ¿quieres que te muestre algunos lugares más?- A Axel incluso le molestó que se alejara, pero era obvio que no podían estar en esa posición por toda la eternidad.
-Es una buena forma de aprender también. Quiero conocerlo todo de este lugar.
Y realmente no estaba mintiendo. De alguna forma, ese ángel estaba logrando hacerle sentir todo tipo de interés sobre el cielo.
Salieron de la casa sin dueño y Noah le tomó de la cintura para echar a volar. No obstante, el hombre le frenó antes de que llegasen muy lejos haciendo que volviesen a descender.
-¿Qué maneras son esas de tratar al hombre de tu vida...?- Se quedó pensativo.- De tus sueños... no, tampoco. ¡De tu alma!- Carraspeó y volvió a reformular la pregunta.- ¿Qué maneras son esas de tratar al hombre de tu alma?- No sonaba muy bien pero por lo menos era mejor que nombrar la vida o los sueños cuando ni estaba vivo ni dormía. Noah rió avergonzado.
-¿Cómo quieres que te trate?
-Ah, tengo que enseñarte muchas cosas yo también.- Dijo con un gesto divertido y se colocó junto a él pasándole los brazos por el cuello.
-Ahora cógeme como si fuese un bebé.- Y así lo hizo. Le cogió por las axilas y le levantó sin esfuerzo.
-¿Así?- Axel le observó perplejo.
-No. Bájame.- El ángel le devolvió al suelo.- Pasa este brazo rodeando mis hombros.- Dijo a la par que señalaba su brazo izquierdo.- Y ahora el otro por detrás de las piernas.
-Oh, como a una princesa.- Dijo a la vez que lo levantaba. Axel suspiró y se apoyó en sus hombros.
-Pensé que no sabrías cómo hacerlo si te lo decía de esa forma.- Noah se echó a reír y empezó a volar. Él también se sentía feliz.
-Claro que lo sé. Es una forma común que tienen los humanos de demostrar afecto.
-Y... ¿qué forma tiene un ángel de demostrar afecto?- Preguntó con curiosidad. Noah se quedó pensativo.
-Nos abrazamos, a veces no besamos en las mejillas, nos bendecimos... pero no tenemos una forma de dar afecto a una sola persona.- Suspiró.- Realmente está mal. No debería de tratarte diferente del resto.- Axel se arrepintió al instante por haber realizado esa pregunta.
-No está mal. Los seres humanos tienen su persona especial también y eso no es un pecado. Es algo bueno, de hecho. Es amor. Es el sentimiento que os distingue a vosotros también así que no digas que no lo puedes hacer.- Noah se tomó su tiempo para contestar hasta que llegaron a su destino y bajó a Axel de sus brazos.
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Bienvenido al cielo (Finalizada)
General FictionAxel nunca ha sido una persona que respete las reglas. Sabiendo que la vida tiene límite de tiempo, prefiere aprovechar para hacer todo lo que le gusta que, en su caso es vivir la vida fácil y poner sus emociones a flor de piel con cada uno de sus a...