Problemas

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-En la conciencia de Jack-

-No puedo creer que te vaya a escuchar...¿Que solución tienes?-. Decidió escuchar la solución que tenia el demonio de su interior.

-Tu solo confía, deja que te selle los poderes, eso no servirá conmigo, si lo hace sólo sellará tus poderes de ángel no los demoníacos que vienen de parte de mi-. Exclamó confianzudo el demonio.

-Pero tus poderes no son algo ¿maligno?-. Pregunto el joven Jack pensando que de todas formas seria una mala idea.

-Depende con que propósito los use, siempre los use para hacer pura maldad en el infierno, eso no quiere decir que haga alguna excepción contigo, solo digo que te los prestare cuando sea necesario-. Trato de persuadir al ángel para que confíe en el.

-Me costará confiar en ti... a todo esto ¿como te llamas?-. Dirigió la mirada hacia atrás solo para ver el espectro negro y lo único que resaltaba de el eran sus ojos de color rojo.

-Pff, me llamo Amon, soy uno de los siete príncipes del infierno-. Sin ganas respondió la pregunta del muchacho.

-¿Príncipe del infierno? ¿Por que alguien como tu esta dentro de mi?-. Quedo impactado al saber que tenia a un ser como ese en su interior.

-Si, soy un príncipe del infierno, traicione al diablo y el mando a unos demonios para que me ejecutaran, creyeron que lo habían logrado pero logre escapar con vida, decidí adentrarme en tu cuerpo, ya que tienes un gran poder espiritual, me siento raro diciéndote esto, de todas formas eres un imbécil por no dejarme pelear con Danel-. Trato de no sonar amigable, ya que era un príncipe y tenia que imponer respeto.

-No trates de ser alguien que no eres, tienes que aprender a dejar tu orgullo de lado, bueno, ahora se un poco mas de ti, eso no quiere decir que te tenga confianza-. Cerro sus ojos para salir de su conciencia.

-No deberías...-. Exclamo con un tono bajo y una voz grave.

-En la iglesia-

-Bien Jack, tendré que sellar tus poderes, solo sera por un periodo de tiempo-. Comenzó a sacar una botellita de aceite de su bolsillo.

-Esta bien mentora, estoy listo-. Se acerco a su mentora para que pudiera poner el aceite en su cabeza.

La mentora dejo caer un poco de aceite en sus manos, empezó a frotarlo en sus manos y comenzó a hablar en lenguas, lo que decía era inteligible, ya que ese era el espíritu hablando, alzo sus manos a la cabeza de su discípulo, al colocar sus manos, Jack sintió como sus poderes eran sellados, su presencia espiritual disminuyo y quedo como un cascaron vació.

-Listo, no fue tan terrible-. Saco un pañuelo de su bolsillo para limpiar sus manos llenas de aceite.

-No, la verdad no, pero me da pena el hecho de que no podre entrenar por un tiempo-. Agacho su cabeza al estar desanimado por no poder entrenar por un periodo de tiempo.

-Tranquilo Jack, cuando necesites entrenar me dices y activare tus poderes, así no te quedaras atrás ni nada por el estilo-. Dijo estas palabras a su discípulo tratando de animarlo, se acerco y le dio unas palmaditas en la espalda.

-Gracias por todo mentora, ya me tengo que ir, nos vemos en el culto de mañana-. Se despidió con un abrazo de su mentora, fue a buscar sus cosas y salio de la sala.

-Cuídate, Jack-. Sonrió a su discípulo.

-Ya afuera de la sala-

-Me pregunto ¿Como se encontrara mi hermano? Mejor voy a verlo antes de irme-. Cambio de dirección y se dirigió a la sala en la que se encontraba descansando su hermano mayor.

EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora