Equilibrio

¿El fin de la guerra?

El joven cerro completamente los ojos mientras caía, repentinamente alguien detuvo su caída, abrió los ojos y miro hacia abajo, busco en los alrededores para saber quién había detenido su caída, miro sobre su hombro y se dio cuenta quien era el responsable.

-Ni creas que vas a morir-. Le sonrió mientras descendían lentamente.

- ¿Es en serio? Yo ya me daba por muerto, pero cierta persona no me quiere dejar descansar en paz-. Miro fijamente a la muchacha.

-Obviamente no, ósea, ¿Después a quien voy a molestar?

-Pff, como sea-. Dijo con los brazos cruzados.

-Jaja-. Lo dejo en el suelo, sano y salvo.

-Agh, me cuesta estar de pie-. Se sentó en el suelo.

-Es normal, has forzado demasiado tu cuerpo-. Desmaterializo sus alas.

-Da igual, tengo que estar en esta pelea-. Forzó a ponerse de pie-. Agh-. Se tambaleo de un lado a otro y cayo nuevamente al suelo-. No puedo-. Se acostó en el suelo.

Mientras Jack trataba de ponerse de pie, el diablo avanzaba hacia los ángeles, los demonios y los ángeles dejaron de pelear, todos los demonios se dirigieron hacia satanás, los ángeles se reagruparon con la anciana Gemima, esperando nuevas órdenes.

-Estamos ya en el final, no puedo quedarme aquí sin hacer nada-. Dijo a Sacmis estando cabizbajo.

-Lo sé, pero descansa, aunque sea un poco-. Se dio cuenta de que Jack tenía algo en la mano-. ¿Esa es tu espada? -. Pregunto apuntando a lo que tenía en la mano.

-Sip, no me sorprende que se haya destrozado-. Miro detenidamente lo que sobraba de la espada-. Esta espada me a acompañado durante años, ya era hora de que se rompiera-. Se reflejo su rostro en lo poco de filo que había en la "Red Queen"-. Gracias por acompañarme todo este tiempo-. Dijo en su mente.

-Ya tenía su edad, igual que tu-. Desvió la mirada.

- ¿Qué dijiste?-. La miro con los ojos entrecerrados.

-Nada-. Se alejo lentamente del joven Jack.

-Estoy viejo, pero no tanto-. Se levanto de golpe.

-Mira, te pusiste de pie-. Trato de cambiar el tema.

-No cambies el tema. Tengo diecisiete años, no es tanto-. La apunto con la parte de su espada.

-Yaya, si es con cariño-. Expreso una sonrisa en su rostro.

-Bueno-. Respondió dudando del cariño de Sacmis-. Ya que pude ponerme de pie, vamos con la anciana, tenemos que saber qué haremos con el diablo-. Avanzo hacia una colina donde había un ángel desplegando una fuerte luz para que todos los ángeles llegaran a él.

-Un momento...-. Se detuvo-. ¿Dónde está Bianca? -. Pregunto revisando los alrededores.

-Oh, verdad-. Dejo de avanzar.

-Por lo que veo están bien-. Se escucho una voz acercándose a ellos.

- ¿Ah? -. Se puso a la defensiva empuñando el mango de su espada.

-Tranquilo, soy yo-. Se revelo ante los jóvenes.

-Jeremías, me diste un susto tremendo-. Suspiro-. ¿Has visto a Bianca?

-Esta aquí conmigo-. Jeremías estaba cargándola en la espalda, ya que se habia desmayado.

-Sigue viva, ¿Verdad? -. Se acerco a su hermano.

-No, está muerta-. Dijo en tono serio.

- ¡¿Qué?!-. Grito enfrente de él.

-Obviamente está viva-. Soltó una pequeña carcajada.