Equilibrio

El sacrificio de un ángel

Su cancion sad para un momento sad, que mejor que eso por deos, ya me piro.

-Dos meses después-

En la iglesia todos los jóvenes se reunieron, la mayoría desarrollo un cierto número de los siete espíritus de Dios, todos mostraban su forma angelical. Se encontraban intercediendo para que todo salga bien en la guerra, desde que recibieron la noticia de la nueva fecha no han parado de interceder, se toman un tiempo del entrenamiento para hacerlo, después de terminar, Sacmis y Bianca se preparan para seguir entrenando, ambas se superaban cada día más, en total han desarrollado cinco de los siete espíritus de Dios.

-Vamos, Bianca-. Extendió su brazo y sus partículas espirituales se transformaron en una Katana.

-Allá voy-. Una de sus Sais se convirtió en una Kama.

Ambas armas chocaron creando un fuerte sonido que se extendió por toda la cuadra. Sacmis materializo su Tachi, se encontraba con dos espadas en la mano, de seguido se dirigió a Bianca intentando darle con una de sus espadas, Bianca esquivaba cautelosamente los ataques de su amiga, el control que tenían de su espíritu y de sus armas era asombroso, en poco tiempo se habían vuelto bastante fuertes.

-Apuesto a que a Jack le gustaría estar entrenando contigo-. Expreso una sonrisa mientras esquivaba de izquierda a derecha.

-Se lo está perdiendo-. Dijo sin desconcentrarse de sus movimientos.

- ¿Dónde estará?-. Contrarresto uno de los ataques de Sacmis.

-En alguna parte del mundo-. Miro fijamente a Bianca.

-En el campo-

Jack concluyo con el ayuno, tuvo muchas dificultades, pero lo pudo completar, se encontraba en la cima de una colina entrenando, tenía una especie de cadenas, al final de la cadena tenía la punta de una lanza, al igual que en el otro extremo de la cadena, esta cadena era de color negro, ya que lo había materializado con el poder de Amon.

-Niño, acuérdate que puedes hacer mejores cosas que eso-. Dijo Amon cubriendo el brazo de Jack con más materia oscura.

-Ya lo sé, pero déjame aprender a usar esto-. Daba vuelta con las cadenas y apuntaba a un árbol, era como jugar un tiro al blanco.

- ¡Jack!-. Se escucho una voz que provenía abajo de la colina-. ¡Te llama tu abuelo!

- ¿Ahora que abre hecho?-. Exclamo en su mente. Presiono fuertemente la cadena y se desmaterializo-. ¡En un segundo bajo!-. Se deslizo colina abajo.

-Jack, hace dos meses que comenzaste con el ayuno y el entrenamiento, casi te matas en ese proceso-. Recordó Amon.

-Es verdad, pero valió la pena-. Camino hacia la cabaña.

-Eso te pasa por esforzarte de más, no te detuve porque sabía que no me harías.

-Obviamente no te iba a hacer caso, eso era decisión mía-. Llego a la cabaña y cruzo la puerta.

-Como digas-. Se desvaneció.

- ¿Qué paso abuelo?-. Se sentó al lado de él.

-Has estado entrenando muy duro desde que llegaste aquí y quiero darte un regalo-. Se levanto de su asiento y se dirigió al ático. De una caja saco una espada, esta tenía inscripciones raras en el mango que estaban escritos en Arameo-. Esta espada era de mi padre y me heredo a mí, ahora yo te la voy a heredar a ti-. Entrego la espada a su nieto.

-Vaya, una reliquia familiar, gracias abuelo-. Cogió el mango de la espada y la desenvaino, su formo era un tanto rara, pero tenía estilo, no se notaba oxidada ni nada parecido-. Tratare de sacarle todo el potencial-. Salió del ático y se dirigió nuevamente a la Colina.