Capítulo 11

365K 21.1K 8.8K
                                    

Emma

Me quedo con la boca abierta mirando pasmada la puerta por donde Alexander acaba de salir. Mi respiración se va calmando y mis pensamientos se convierten en un revoltijo en mi cabeza.

Él hombre quiere tenerme.

Me bajo de la encimera con las piernas aun débiles y veo todo a mi alrededor sumergida en mis pensamientos.

Meterme con el dueño de la empresa donde trabajo sería comportamiento inmoral, ¿En qué clase de persona me convertiría eso? Pero quiero... malditamente quiero.

La puerta se abre sobresaltándome y Cora entra cargando muchas bolsas de diferentes colores. Su cabello está atado en una cola alta y se mueve con ella.

—Llegué sexy— sonríe mostrándome los brazos. —Estoy enamorada de las tiendas de Londres.

—¿Qué es lo que compraste? — me acerco a ella mientras deja todo en el pequeño sofá.

—No lo vas a creer hay un... — se detiene de repente mirándome fijamente y su ceño se frunce. —¿Estás bien?

Me tenso todo el cuerpo. —Sí, ¿Por qué?

—Tus mejillas están sonrojadas y te vez un poco agitada. ¿Pasó algo en Downing Street otra vez?

Sacudo la cabeza. —No— le sonrío para tranquilizarla —Solo hice lo que algunos llaman correr. — abro la bolsa más cercana para distraerla y funciona.

Cora saca sus compras como una niña pequeña en navidad y se olvida del asunto instantáneamente. Miro a mi alrededor con el ceño fruncido.

. . .

La mañana siguiente entro a mi oficina como de costumbre y no hay sorpresas inesperadas en mi escritorio, cosa que agradezco.Paso la mañana trabajando tranquilamente o lo más tranquila que pudo estar sabiendo que él está aquí.

—El señor Jones agendó una reunión hoy a medio día para afinar los últimos detalles antes que volemos a Birmingham y quiere lleves los avances para que los vean los publicistas.

—Tengo todo listo Alicia. — asiento.

—Perfecto— me regala una de sus sonrisas. —Siempre eficiente. Me gusta.

—Bueno, eres la única. Los demás publicistas me detestan.

Se sienta frente a mí. —No les hagas caso, solo son unos engreídos molestos, deberían estar felices que tenemos proyecto para Birmingham, no andar refunfuñando por todos lados. Siempre hacen lo mismo con los que consiguen impresionar al señor Jones.

—¿Enserio? ¡Qué tortura!

Asiente. —Adam ha tenido que aguantarlos más que el resto, pero sigue en pie y por eso es algo así como la mano derecha del señor Jones.

—¿Adam Tail?

—Ese mismo, no me digas que no te has dado cuenta que es un genio en toda la palabra. El señor Jones no tiene queja de su trabajo, el hombre sabe lo que hace y lo disfruta— sus ojos se entornan — Y es tan amable que te mueres, de verdad.

Es por eso que su reporte me pareció impecable cuando lo revisé. Increíble.

—Sí. Leí uno de sus reportes y quedé impresionada.

—Ahí lo tienes, esos publicistas casi se lo comen vivo, pero es una roca y tú también deberías ser una roca. No les des más importancia de la que se merecen.

Lo dice de forma tan determinada que no puedo evitar sonreír. Tomo su mano sobre el escritorio. —Gracias Alicia.

Me regresa el apretón y se levanta de su asiento. —Te veré en la sala de juntas.

Tentación [Ya en Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora