Kreacher Un Nuevo Aliado
—¡Detente ahora mismo!— Harry siseó, su puño apretado fuertemente alrededor del medallón.
Sería condenado si dejaba que Kreacher lo consiguiera. Así que esto era lo que el viejo elfo había estado buscando. Miró a Severus para verlo parado allí congelado, completamente aturdido. Harry se preguntó si era tan malo como el hombre de cabello negro parecía pensar. Entonces él mismo recordó quién era el dueño de Kreacher. Cerró los ojos con molestia. También sabía que todos los elfos domésticos podían mentirle a sus amos si lo deseaban. Dobby lo había hecho, por supuesto que luego se castigó a sí mismo, pero todavía lo había hecho.
—Debo destruirlo— resopló Kreacher, mordiendo la mano de Harry y provocando que el adolescente aullara de dolor. A pesar de los intentos de Kreacher de hacer que Harry aflojara su agarre, falló. Harry había recibido algo peor que una mordida en los últimos años, así que en realidad no era más que un cosquilleo.
—Kreacher... Kreacher, no... ¡para! ¡Nosotros también queremos destruirlo! Lo destruiremos, lo prometo. ¡Te daré mi juramento si es necesario!— Dijo Harry, dejando que su brazo se aflojara en la bodega del elfo doméstico.
—¿Quieres destruirlo?— Preguntó Kreacher, dándole a Harry la misma mirada que tenía cuando se conocieron. Bueno, cuando murmuró que Harry había destruido a Voldemort, de todos modos.
—Sí, pero debes prometer que no se lo contarás a Dumbledore ni a Sirius— dijo Harry, contento de que el elfo doméstico finalmente hubiera dejado de rascarlo y morderlo. Esperaba que tampoco se contagiara ninguna enfermedad ni nada por la mordedura.
Kreacher miró a Harry como si no pudiera creer lo que estaba oyendo, había decepcionado a su amo. No había podido destruirlo como su amo había deseado. Durante años lo intentó y fracasó, sin embargo, aquí estaba un niño que le decía que lo iba a destruir. También había declarado que juraría hacerlo también, fue alucinante.
—Kreacher, ¿de dónde consiguió esto Regulus Black?— Severus preguntó con los ojos entrecerrados, una mirada de contemplación en su rostro. ¡No podía creer a un elfo doméstico, un elfo doméstico sangriento! Sabía sobre los Horrocruxes. Esta pequeña cosa había sabido todo este tiempo, y era asombroso decir lo menos. Severus tenía que averiguar qué más sabía este elfo.
—No lo sé— dijo honestamente Kreacher, retorciéndose las manos con agitación y miedo. —El Señor Oscuro le dijo al Maestro Regulus que necesitaba un elfo doméstico. El Maestro Regulus me dijo que fuera, también le dijo a Kreacher que regresara. El Señor Oscuro me llevó a esta cueva y me obligó a beber veneno, el Lord dejó a Kreacher allí para que muriera. El maestro Regulus le había ordenado a Kreacher que regresara, así que hice lo que mi maestro me dijo— Los ojos de Kreacher estaban muy abiertos por el miedo. Nunca le había dicho a nadie sobre esto antes.
—Lo siento mucho, Kreacher, ¿es por eso que murió Regulus?— Pregunto Harry, mirando tristemente al elfo doméstico con pena.
—No, el Maestro Regulus quería que lo llevara a la cueva— sollozó Kreacher, cayendo al suelo, obviamente, abrumado por lo que estaba diciendo. —Forzó al pobre Kreacher a darle la poción, lo obligó a tomar el Horrocrux y reemplazarlo con uno falso. Luego ordenó al pobre Kreacher que lo dejara allí, Kreacher no podía contarle a nadie, ni siquiera a la Ama, que nunca supo lo que pasó a su pobre... pobre hijo—
—¿Qué tipo de poción?— Pregunto Harry, desconcertado.
Severus se veía pálido y sacudido. —Confía en mí, no quieres saberlo, es algo que se debe consumir para llegar al contenido que se encuentra en la parte inferior. Si lo arrojas al agua o a cualquier otro lugar, aparecerá de nuevo en el recipiente. Es un proceso lento. Veneno en acción que nos vuelve completamente locos antes de que llegue a su fin—
