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¡OMG! A PARTIR DE AQUÍ EMPIEZA LA RECTA FINAL DE ESTE FIC!!! ¿QUÉ CREEN QUE PASE?
Ajslallalslkslañs...
Enjoy It!
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Queda unos días antes de que el Blutburg caiga o sea salvado, LuHan ha jugado el mejor papel de su vida, pues les ha asegurado a sus más cercanos compañeros que su hogar no caerá, aunque claro, solo SeHun necesita creerlo, el resto mueve los hilos detrás de la cortina y ayudan a fabricar la niebla en la que esconden a LuHan y a su irreversible resolución.
—YiXing, ¿seguro que no va a pasar nada?
—Nada más de lo que deseas que pase, lo juro.
LuHan asiente y toma el pequeño estuche, saliendo del laboratorio y yendo directamente a dónde necesita ir, con el corazón acelerado y los nervios de punta, mañana es el día en el que se decidirá todo lo que le reste de vida, mientras tanto lo pasará en brazos de SeHun.
A quien encuentra cortando flores de su rosal, con extrema delicadeza y sin guantes que lo protegan de las espinas, el estanque sigue tan cristalino como de costumbre y el tragaluz ilumina sutilmente todo el lugar, LuHan está orgulloso de su trabajo.
—Te tardaste.
—YiXing dice muchas cosas...
—Y tú las escuchas, obvio.
SeHun sigue en su tarea, parece que está haciendo un arreglo o por lo menos tiene muchas rosas cortadas, LuHan lo observa desde su lugar y mentalmente revive cada día que ha pasado con él, desde que se encontraron en el D-06 hasta estos escasos momentos que han compartido, todos son perfectos y LuHan atesora cada uno de ellos, después de todo, es su historia con SeHun, la mejor que se puede escribir y claro que necesita momentos de drama, así es la vida.
—¿Te vas a quedar allí mirando o me vas a ayudar?
—¿El arreglo no es para mí?
—No, es para mi habitación.
—Entonces me quedo aquí.
El pelinegro sonríe y deja a un lado las rosas, caminando hasta LuHan con esa pequeña sonrisa que le queda asombrosamente bien, ese detalle que realza su belleza varonil y lo rejuvenecen, LuHan devuelve la sonrisa y unos segundos después, sus bocas se unen en caricias pausadas, despacio, saboreando la boca contraria y dando rienda lenta a su pasión.
SeHun toma a LuHan de la cintura y el rubio le pasa los brazos por el cuello, empujándolo despacio hacia atrás, llevándolo más cerca de la cama o de alguna superficie dónde pueda recargarlo, el cazador jadea cuando su espalda toca un pilar de mármol y el vampiro deja su cuello para estrujar su trasero, generando una deliciosa fricción en sus nacientes erecciones.
