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-Algo muy curioso que me e dado cuenta esque sigues hablandome informalmente. ¿Roseanne, no me tienes miedo?

Tengo tanto miedo.

Aunque...
Nunca me había dado cuenta de que mi nombre sonaba elegantemente en su voz profunda, sus ojos no se apartaban para nada de los mios, no parpadeaba y esperaba atento a mi respuesta.

-Te pido disculpas, pense que teníamos la misma edad...

-Tengo 21 años. -estaba realmente impresionada sabía que era joven pero no tanto.

-Yo tengo... -estaba apunto de hablar pero el me interrumpió.

-18 lo sé, pero responde la pregunta que te hice. -la contestación era porsupuesto que si, ¿Pero por qué aún así queria que yo se lo dijera?

-¿Como no podría tenerte miedo? Me secuestraste, golpeaste, me quitaste el alimento, dijiste que me torturarias hasta morir y luego hiciste que casi me violaran.

-Pero estás en esta mansión ahora.

-¿Y eso quita el hecho de que eres un criminal? Rey de diámantes.

Por primera vez me atreví a llamarlo por su alias en voz alta, sus ojos de sorpresa era completamente evidentes y no trataba de ocultarlo como la mayoría de las veces.

-Aunque estuviera en un castillo, cada segundo tengo que estar conciente de que de una u otra forma vas a matarme, sin poder ver a mi familia ni regresar a mi hogar. ¿Cómo puedo vivir en paz y relajada?
Todos los días desde que terminé en esta situación e pensado, "Solo tienes que sobrevivir"
Estoy en una completa angustia inimaginable.

-Quizas sea por qué siempre viviste en ambiente llenó de amor.

-Si así fue, tuve amor a montones ¿Y que? ¿Es un pecado? No lo es y tu no puedes culpar a nadie de ser feliz, por qué tú no eres dueño de las emociones, solo por qué tu madre murio no te da el derecho de tratar a las personas tan mal, cuando asistía a la escuela era la mejor de mi clase el primer lugar en todo, por qué me emocionaba el hecho de que mi mamá mirará mis calificaciones y logros, por ver siempre esa sonrisa en su rostro yo haria lo que fuera para nunca decepcionarla...

-La diferencia es que tú madre está viva y la mia está muerta, a mi solo me queda tomar venganza.

-¿Y ella estaría feliz de saber que su hijo es un asesino?

Todo fue tan rápido que no lo ví venir, su mano estrelló contra mi mejilla en un fuerte golpe, tan fuerte que terminé tirada en el suelo, percibí un sabor metálico y puse mi mano en mis labios, había sangre en ella cuando la quite, mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón latía a mil por segúndo, estaba tan impactada que todo lo que podia hacer era ver la taza de té sobre la alfombra, un fuerte portazo me hizo saber que el rey de diámantes había salido de la habitación a lo que me hizo respirar hondo y romperme en llanto.

Chanyeol

Esa estúpida, le doy todo lo que quiere en bandeja de plata y aún así se atreve a faltarme el respeto, maldita malagradecida yo que quería tener una plática civilizada con ella olvidando todo lo que había pasado antes y ella lo regresa a la luz nuevamente.
Esto tan enojado.

Intentando calmar mi furia bajo a la cocina por una copa de vino y en el camino me encuentro con Nana que llegaba de hacer las compras tenía que controlarme frente a ella y mantener mi mejor cara.

-Nana deme las bolsas. -le dije ya quitandoselas de sus manos.

-Mi muchachito fuerte. -me dio unas cuantas palmadas en la espalda -Tengo ya un guarura tras de mí y le dije que podía sola no es necesario que me ayudes.

-Esta viejita no puede cargar eso sola. -deje las bolsas sobre la mesa.

-No se tú pero yo me siento más joven cada día. -dijo bailando en su lugar, eso me hizo reír, realmente ella me daba una calma inigualable en cuestión de segundos, me acerque y le di un abrazo.

"Yo haria lo que fuera para nunca decepcionarla"

Las palabras de esa chica tonta de pronto aparecieron en mi cabeza...

Aún recuerdo cuando Nana se entero que manejaría el mismo negocio de mi padre, como olvidar su rostro, su rostro era decepción puro y nada más.
Me rogó y suplico que lo dejará y aún así no pude hacerlo.

~
-¡Esto es lo que soy no puede cambiarlo!

-Tu eres bueno un buen niño Chanyeol, por favor déjalo.

-Soy igual a mi padre, lo tengo en la sangre.

-Patrañas, yo te crié no el y si tú aceptas asesinar a ese pobre hombre, sería mi sufrimiento ¿Quieres darme dolor?

-Tengo que hacerlo, no tengo elección.

-Huyamos a un país lejos del emperador, cambia tu nombre, yo te pagaré la universidad y conseguirás un trabajo honrado, tendrás una hermosa esposa e hijos maravillosos viviremos una vida completamente normal, porfavor hijo.
~

Esa fue la primera vez que Nana me llamo así, pero no pude hacerlo, escapar, eso hubiera sido darle homicidio a la persona que más quería y suicidio a mi mismo y aunque ese plan sonaba bien no importaba por que mi padre nos hubiera encontrado de una u otra forma y eso sería darnos pena de muerte.

Recuerdo que después de hacer ese horrible trabajo asignado por el emperador, regresé a casa esperando no ver nunca más a Nana pero no fue así, ella estaba en el sofá con una manta en las piernas en cuanto me vio entrando por la puerta se puso de pie y sin decir nada me tapo con la manta, no lo soporte y por primera vez desde que era un niño lloré desconsolado y ella me abrazo en silencio, de pronto recordé lo húmedo de la sangre en mis manos cuando lo apuñalaba sin cesar y sentí tanto asco que terminé vomitando, ella solo daba palmadas en mi espalda sin decir ni una sola palabra, pero los gritos de dolor hacían ecos en mis oídos.

Fue el día más traumante en mi vida.

-Chanyeolito esta bien que me hayas extrañado pero solo fui al supermercado. -Nana me saco de mi trance y la solté. -¿Quieres algo de cenar en especial?

-No tengo hambre Nana, venía a la cocina por una copa de vino para irme a mi oficina.

-No tomes está noche. -me tomo de las manos. -Llamaré a Rose para que nos acompañe y cenemos juntos ¿Sí?

-No se apegue tanto a ella pronto se irá.

-Pero si acaba de llegar la niña, además es la única chica que traes a casa que dura más de un día entero la mayoría solo unas 8 horas.

-Pues ya me cansé de ella. -me crucé de brazos y aparte mi vista.

-Ella es especial Chanyeol, sé que no es otra de tus mujeres por su sonrisa linda, gentil y honesta, Rose me agrada mucho.

Sus ojos realmente expresaban facinacion y sabía que si se encariñaba más con ella podría sentirse triste despues, así que debía decirle la verdad.

-Tengo que contarle algo importante. -ella me miró atenta esperando a escuchar.

-Ella es la hija del doctor que mató a mi madre el día que nací... -pense unos momentos si debia decirle lo otro pero aun asi lo hice -Nana, yo la secuestre para matarla.

Sorpresa absoluta.

Lentamente llevo sus manos a su boca y me miró fijamente con su ojos llenándose de lágrimas, trague duro.

No pasó tanto tiempo cuando senti su bofetada, mi cabeza giro y solo me limité a observar el interruptor de la luz me lo merecía por eso no me atrevía a ver su rostro por nada...

N A I P E S (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora