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Por un instante me perdí completamente en sus palabras, en sus besos y en sus manos fuertes acariciando cada parte de mi cuerpo, no separamos para respirar un poco pero sin apartar nuestras miradas, el tomo el dobladillo de la camisa pero antes de quitarmela con toda mi fuerza de voluntad decidí detenerlo, por mí bien.

Por su bien...

-Chanyeol no. -lo tome de las manos justo cuando estaba haciendo su cometido a lo que el me miró confundido aún con su respiración entrecortada.

-Se que estás asustada pero... -lo interrumpí, no era por eso que lo había detenido y estaba segura que el lo sabía.

Soy fiel creyente de que la vida constantemente te está dando dos caminos. tu eres el único que puede elegirlo, a veces te tocará entrar por el que está lleno de serpientes, volcanes, suelos rocosos, cuervos y las peores atrocidades que puedan existir, pero otras veces se te permite entrar por el que está lleno de flores, árboles con frutos, mariposas y millones de maravillas, ambos tienen una salida, pero una siempre te enseña más.

A veces el mejor camino no está disponible y tienes que cruzar por el otro, pero si te quedas ahí parado sin dar un paso por temor a destruirte, nunca podrás salir, jamás.

Eso ocurría con Chanyeol, no quería enfrentar los hechos, no quería entrar a ese camino y darse cuenta de las cosas horribles que estaban pasando solo se conformaba con tomar una distracción y dejarlo todo a la mar.

Las cosas no funcionan así, para poder superarlas tienes que afrontarlas y no evadirlas, y aunque mis palabras estuvieran apunto de hacerme ver cómo la mujer más mala de este mundo tenía que hacer que el se diera cuenta.

-Nana acaba de morir Park Chanyeol. -vi una expresión de dolor en su rostro pero rápidamente intento taparla con una neutral, como siempre lo hacía. -Deberiamos respetar su memoria, ahora no es ni el lugar ni el momento correcto. -hable con dureza mostrando que decía mis palabras sinceramente. Me bajé de encima de él y me levanté de la cama. -Dijiste que no me tocarías y que estabas muy cansado. Trate de bromear contigo para darte un respiro a todo lo que estaba ocurriendo pero al parecer se nos fue de las manos.

-Solo fue un beso. -reprocho, pero sus manos apretaban las sábanas con fuerza.

-Un beso que pudo haber llegado a mucho más si no lo detenía. -me cruce de brazos.

-Y luego te quejas de mis cambios de humor. -no dije nada. -Quedate en la puta cama yo me voy a cogerme a una de las sirvientas que tenga por aquí mi padre que por cierto están más buenas que tú, no eres el único culo que existe. -mentiria si dijera que sus palabras no estaban doliendo, aún así me mantuve en calma, se levantó de la cama de golpe y con sus grandes ojos grises intento retarme pero no caería en sus tira y afloja.

-Eres la primer persona que conozco que puede romper promesas en unos cuantos minutos. -hable con toda la tranquilidad que podía permitirme aunque por dentro mi corazón estuviera desgarrándose. -No quieres perderme dijiste, pero lo estás haciendo, eres lo único bueno que me queda, pues existen cu...-la palabra sonaba repugnante en mi boca. -tu entiendes, más buenos. -trague duro. -¿Y que dijiste sobre dármelo todo?.

-¡Esque eres estresante! -me gritó y mi piel sintió un escalofrío, di un par de pasos hacia atrás ante el repentino temor.

-No quiero nada. -le dije ahogando un grito, el se acerco más a mi desafiante y pude ver la furia salir por cada poro de su piel, casi retrocedí aún más pero me arme de valor y tocándole el pecho con mi indice le dije. -Crei que aquí había algo. -me referí a su corazón. -Pero ya veo que al igual que Nana siempre espero algo más de ti y nunca obtengo nada.

Su mano se levanto pero a diferencia de la última vez está vez estaba empuñada, mis oídos zumbaron ante el repentino shock que me causaba verlo de esa manera y cerré mis ojos esperando el golpe el cual nunca llegó.

Los abrí lentamente y Chanyeol estaba en el suelo arrodillado con los puños tocando el piso.

Sentía que me asfixiaba en esa habitación y inconscientemente busque una forma de salir, todo estaba oscuro en los pasillos y no conocía nada de esta mansión para variar, empecé a subir por los escalones que dirigían al tercer piso y al final del pasillo ví un poco de luz, cuando me acerque me di cuenta que era un balcón y no estaba sólo.

-Baek. -hable quedó y el se giró a verme, tenía los ojos rojos y pude darme cuenta que la razón por la que estaba así era por el cigarrillo de marihuana que portaba entre sus dedos.

-Rose, ¿Que haces sola deambulando por la mansión del emperador? -le dió una inhalada a este. -¿Donde esta Chanyeol? -me quede callada y el me miró con el seño fruncido, un sollozó entrecortado salió de mis labios.

El tiro el cigarrillo, lo piso y rápido me envolvió en un fuerte abrazo.

-T..todo... Aharon... y de pronto la puerta... Y Nana... Muchos disparos y Chanyeol... El dijo... Y que me prometía... Las bromas... Nos besamos... Y luego lo detuve... El se enojó... Y casi me golpeaba con el puño... -no podía pronunciar las palabras con claridad por mi llanto pero Baekhyun aún así sobaba mi espalda como si entendiera todo lo que decía. -Y...

-Espera ¿Chanyeol casi te golpeaba? -me soltó y sus ojos se clavaron en lo míos. -¿Con la mano empuñada?

-No pasó nada pero... -me soltó y volvió a dentro sabía que estaba apunto de enfrentar a Chanyeol pero antes de que lo hiciera lo detuve.

-Baek, no más peleas por hoy. -lo tome del brazo. -Por favor. -el asintió y sin decir más me tomo de la mano y me llevo devuelta escaleras abajo llegamos a otra puerta y entramos.

-Esta es mi habitación puedes dormir aquí. -ofrecio. -Yo estaré con Jennie cuidandola.

-¿Cómo está Jennie? -pregunte.

-Como tu dijiste, no más drama por hoy. -sonrio. -Descansa. -beso mi frente. -y salió cerrando la puerta.

N A I P E S (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora