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Chanyeol.

No pude conciliar el sueño en toda la noche, había tantas cosas que necesitaba procesar bien en mi cabeza y fue cuando me di cuenta que ella tenía razón, solo intente utilizarla como una distracción a mi dolor, pero las cosas no son así. Y eso fue algo que no quise ver ayer en la noche.

Ella intento hacerme entrar en razón respecto a lo que estaba haciendo para olvidar mis problemas y yo le pagué con una amenaza para golpearla, perfecto, soy un maldito animal.

La espere y la espere pero nunca volvió a la recamara. Eso fue algo que me volvió aún más loco de lo que de por sí estoy, y no quería buscarla por qué temia que al encontrarla vería de nuevo su expresión de terror, esa misma expresión que puso segundos antes de salir corriendo, esa misma expresión que en cuestión del viento hizo que mi alma se cayera en pedazos. Y ahora, que es de mañana me preguntó donde debe estar.

Baje a preguntarle a uno de los hombres de mi padre si la dejaron salir, pero antes de siquiera acercarme a uno de ellos escuche su voz. En la cocina.

-Y pones la miel sobre el helado y listo. -le indicaba a Baekhyun mientras con sus delicadas manos giraba el tarro de miel sobre el helado del platillo que no sabía en realidad que era.

-Suena más difícil de lo que se ve. -se quejó mi hermano y paso su mano por su hombro recargando su cabeza en la de Rose, aunque Rose fuera un poco más baja que el, un fuerte impulso de quitar su brazo de encima se apoderó de mí pero tenía que guardar la calma y más ahora que estaba en la lista negra de Rose.

Aunque para la bondad de Rose, estaba seguro que era el único en su lista negra.

-¿Podemos hablar? -me atreví a preguntar y ambos dirigieron toda su vista a mi, el tarro se cayó de las manos de Rose y Baekhyun se agachó para juntarlo, chasqueo los dedos y una de las sirvientas de mi padre fue a limpiar la poca miel que se derramo en el piso, Rose sacudió su cabeza y aparto su mirada de la mía.

-Soy tan descuidada, déjame ayudarte. -le dijo a la mucama, pero está rechazó. -Por favor. -insistio pero solo obtuvo la misma respuesta.

-Rose ¿Quieres hablar con el? -Baekhyun le preguntó. -Puedo quedarme contigo para asegurar que no se atreva a tocarte ni un solo cabello. -me miró con recelo.

-Gracias Baek, pero quiero hablar con él a solas. -se limpió la manos con uno de los trapos de cocina. -Llevale el postre a Jennie. -le sonrió y este asintió, lo tomo entre sus manos y camino hasta mi. -Cuida tus manos por qué si se atreven a hacerle cualquier tipo de daño físico creeme que vas a amanecer sin ellas, y ya sabrás tú cómo le harás para jalartela. -y por supuesto que no sería Baekhyun sin sus comentarios asquerosos.

Rose no dijo nada, solo se limitó a salir de la cocina indicándome silenciosamente que la siguiera, al parecer Baekhyun le habia enseñado como andar en este lugar por qué encontró la puerta de entrada con bastante facilidad. Siguió su camino ya afuera hasta un jardín cuya fuente adornaba el centro y a sus alrededores inundaban las rosas rojas que la madre de Jennie solía plantar antes de morir, o más bien antes de que "el" la matara.

-¿De qué quieres hablar? -pregunto casi en un susurro mientras se sentaba en la orilla de la fuente.

-Perdoname Rose. -suspire y me senté a su lado con prudente distancia. -Creo que estoy pasando por algo tan difícil y complicado que no supe cómo llevarlo a cabo y acepto que tienes toda la razón al estar enojada.

-¿Asi que así va a ser siempre? -dijo cabizbaja. -¿Tu eres romántico en un segundo y al otro un mounstro y al otro una víctima?

-¡No! -me apresure a hablar. - Me comporte como un completo hijo de puta, y estoy tan arrepentido, nunca debí gritarte lo que te dije no era verdad solo fue por qué...

-Querias desquitarte con alguien... -empezo a sacar conclusiones por sí misma

-No Rose. -hable serio. -Mi estrés llegó a un punto en el que me volví ciego tan ciego que solo podía mirar rojo y nada más, tan solo ponte en mi lugar, un día todo está bien y al otro día descubres que un maldito mafioso tiene rodeado tu territorio para matarte a ti y a toda tus cercanos, secuestran a mi hermana. -puntualice y agradecí que solo escuchará ya que por lo regular siempre tiene algo que decir. -Y honestamente no queria aceptar la muerte de Nana y de hecho aún no logro aceptarlo y estoy seguro que tardaré bastante tiempo para hacerlo por qué al final ella era como mi propia madre. -un nudo empezó a formarse en mi garganta. -Luego de pronto me atravieso con la angustia de que hayas visto ese lado de mi que siempre mantengo al margen.

-¿Te refieres a verte llorando? -ella dió una risa sin humor.

-Te digo la verdad Roseanne, esa fachada de mi nadie la había visto, nadie más que Nana... -ella me miró con atención. -Las cosas que te dije al principio fueron reales, pero tú rechazo al querer apartarme me hizo molestar y llegué a un punto en el que explote por tu forma de actuar...

-¿Mi forma de actuar? -me miró incrédula. -¡Tu fuiste el que en un momento me estabas diciendo flores y corazónes y al otro se te olvidó el amor!

-¡Callate Rose! -le gritó y me di cuenta que estábamos volviendo a donde empezamos. -Yo solo quería...

-Distraerte. -termino por mí y asentí frustrado.

-Tu también dijiste cosas que me dañaron. -le recordé. -Solo que yo no supe responderlas de una manera tan pacífica como tú. -ella tomo una de las rosas.

-Casi recibo un golpe de tu parte por segunda vez. -empezo a quitarle los pétalos y pude sentir nuevamente ese dolor desgarrador en el pecho.

-Estaba enojado, tu empezaste a decir que no tenía corazón y que nunca recibías nada de mí al igual que Na... -me interrumpió.

-Esa no es una justificación. -se levanto de la fuente -Lo que tú hiciste fue... -no pude envitarlo, no quería escucharla decir que era una persona de mierda por qué ya lo sabía, tome sus mejillas entre mis manos y uni nuestras fuentes.

-Perdoname. -cerre los ojos, buscando las palabras correctas. -Perdoname Rose. -repeti. -Soy un completo cabron, tu te mereces todo el amor del mundo y yo todo lo que te doy es dolor.

-Parece que lo único que sabes hacer es disculparte. -una baldosa de agua fría cayó sobre mí al recordar mis propias palabras.

Ella se apartó con cuidado de mi y me acarició el cabello.

-Uno de los dos tiene que ceder eso es un hecho pero yo no voy a permitir que en cada arranqué de furia qué sueles tener te aproveches de mi y de lo que siento por ti, te quiero Chanyeol, te quiero muchísimo y espero que no todas las palabras que dijistes hayan sido simples frases que se la lleva el viento, así que haste un favor y aprecia a las personas que te quieren. -se hizo a un lado para pasar de mi y yo solo me quedé ahí, estático, quería girarme y abrazarla pero no podía, no tenía siquiera la dicha de pronunciar su nombre para detenerla.

Pero aún más que nada fue esa confesión que me hizo paralizar hasta las puntas de los dedos.

Ella me quiere, ella me quiere a mi que soy un desastre.

N A I P E S (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora