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El sonido de los pájaros hacían felices a mis oídos, al fin estaba en Australia en mi amada Australia, quería brincar de felicidad, me sentía al fin libre, tome del pequeño bolso de mano el sobre con dinero que me había dado Nana antes de subir al avión y pare un Uber, le di mi dirección y le pedí al señor que me prestará su teléfono celular. Teclee el número que ya me sabía de memoria y al segundo timbre contesto.

Mi corazón revoloteó de alegría.

-¿Bueno? -contestaron e inevitablemente empece a llorar de felicidad, por fin escuchaba su voz.

-Papa. -el silencio se hizo para después llenarlo con un sollozó sonoro.

-Mi hija, mi Rose, No sabes cuánto te extrañe ¿Dime dónde estas? ¿Te tienen amenazada? -negue con la cabeza aunque sabía que no podía verme. -Te estuve buscando por cielo, mar y tierra.

-Papa voy a casa, estoy bien. -es todo lo que pude apenas pronunciar.

-¿Que? ¿Pero como? ¿Dime cómo escapaste? ¿El Rey de Diamantes te descubrió? Dime Rose ¿Como era su cara? -en ese momento las palabras de Chanyeol hicieron eco en mi "Confio en que mantendras silencio en lo que respecta mi vida."

-No ví su cara me encerró todo el tiempo en una bodega, hasta que escapé de sus hombres. -menti.

-Muy bien mi pequeña ha hablaremos mejor de eso, llamaré a tu mamá para que venga a casa, te quiero.

-Te quiero papá.

Finalice la llamada y le devolví el teléfono al señor. Durante el transcurso me la pasé mirando por la ventana, todas aquella tiendas conocidas a donde solia frecuentar, veía a la gente pasar y reconocí a una que otra persona.
Cuando al fin llegué, bajé del Uber, no podía creer que estaba aquí, al fin, en mi hogar, le pagué al chófer y antes de tocar el timbre de la puerta está se abrió. Unos brazos tan familiares me abrazaron y me derrumbe, sentía un alivió indescriptible, escuchaba los sollozos de mi mama sobre mi hombro y otros brazo fuertes se enredaron entre las dos, mi papá también lloraba, mi papá y mi mamá las personas más importantes en mi vida juntos de nuevo como una familia.

Después de unos minutos de llanto, entramos a casa.

-No te haré ningúna pregunta, por qué se que debes estar agotada por todo lo ocurrido pequeña. -mi mamá siempre comprensiva. -Asi que ve a tomar una siesta. -acaricio mi cabello.

-Te llevaré al consultorio y te haré unos análisis, aunque... -mi papá me miró de pies a cabeza y caí en cuenta que mi aspecto no era el de una chica que había escapado de un secuestro. -Despues de que escapé una muy buena señora me recogió en su casa y me dejó quedarme un par de días con ella. -pense en Nana al instante y sentí un dolor en el pecho. -Ella me prestó dinero.

-¿Por qué ella te prestaria dinero? -mi papá tenía esa cara de interrogación en su rostro.

-Por que es un ángel, un angel que ayudo a nuestra hija. -mama entro a la plática. -ahora ve a dormir, llamare a tus amigos.

"Mis amigos"

Aunque e intentado pensar en que la decisión que tomo Jisoo fue la correcta para salvar su vida, aún así no puedo evitar sentirme traicionada de alguna manera...

No está bien, yo sé que no fue su culpa. ¿Pero por qué me siento de esta forma?

Subí por las escaleras hasta llegar a mi recamara, ese olor a detergente de lavanda que mi mamá siempre utiliza para limpiar los pisos entro por mis fosas nasales y quise llorar nuevamente, estaba muy sensible por todo esto, por haber regresado...

N A I P E S (en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora