Pranksters ↔ KTH ff. +18 (terminada) ✔️

6. jealousy in the air

Taehyung

―¡¿Qué carajos crees que haces?! ―un empujón de su parte por poco me hace verter la limonada que hasta hace pocos segundos preparaba con tanto esmero.

No me sorprendió el hecho de que al girarme para encarar a la persona que había llegado con tan violentos propósitos se trataba de Yoorim, mostrando una expresión iracunda que estaba muy lejos de llegar a intimidarme. Quiero decir, si mides menos de un metro sesenta no intentes dar miedo porque lo único que provocaras será todo lo contrario a esto. Su pálido rostro se había tornado de una leve tonalidad carmesí que me corroboraba lo furiosa que la situación la ha puesto, pues en lo que lleva de día, Mijoo, su mejor amiga, y yo nos la hemos llevado de maravilla. Quizá demasiado para su gusto.

―¿Una limonada? ―respondí como si no fuera lo más obvio, incluso levantando el vaso para agregarle más drama al asunto. Mi contestación evasiva provocó que soltara un gruñido de molestia, perfectamente sabía a lo que se refería al cuestionarme qué era lo que estaba haciendo, sin embargo, me ha parecido buena idea joderle la paciencia hasta el punto de convertirse en algo así como el bebé de la segunda película de Los Increíbles, rojo, furioso pero al mismo tiempo, jodidamente adorable.

―Sabes perfectamente de lo que hablo, Kim Taehyung. ―agregó entre dientes, bajando el tono de su voz al asimilar que Mijoo podría descubrir nuestro ultrasecreta discusión. Se acercó a mí hasta conseguir que mi espalda chocara con la encimera de la cocina y señalarme con su dedo de manera amenazante.

―Vale, ya sé ―chasqueé los dedos y di pasos al frente para que de esta manera, pudiera alejarse un poco, consiguiéndolo sin demasiado esfuerzo―, te gusta que le agregue miel a la limonada y como ves que no le he agregado te encabronaste, pero cálmate que ya le agrego, no hace falta recurrir a la violencia, joder. ―sus manos estaban hechas puños, la ira acumulada estaba logrando escaparse mediante estos gestos. Intentó calmarlos suspirando profundo, acción que me causó una gracia infinita que, para evitar carcajearme, tuve que morder mi labio inferior.

―Deja de hacerte el imbécil que todos aquí sabemos que lo eres sin intentarlo. ―decidí desistir en llevarle la contraria, tampoco intento provocarle un ataque de ira tan extremo que le infrinja un paro cardiaco o algo por el estilo. Colocando mi vaso a un lado me acerqué a ella para tomarla de los hombros y mirarle fijamente para, a continuación, darle mi opinión al respecto y responderle con sinceridad y sin rodeos.

―Que yo sepa no estoy haciendo nada malo, solo estoy hablando con Mijoo. ¿Está considerado un crimen o qué? ―sus ojos se entornaron al escuchar aquello, seguido de un bufido que soltó al mismo tiempo que, bruscamente, se apartó de mi agarre.

―Si hablar es coquetearse a cada cinco segundos...

―¿Y que hay de malo si coqueteamos o lo que sea que te parezca? ―interrumpí― Ella está soltera, yo también lo estoy, estamos libres y sin compromisos. ¿Dónde está lo incorrecto en eso? ―todo esto formaba parte de la revancha, hacerle creer que tengo intenciones mucho más que amistosas conmigo fue mi propósito a pesar de que realmente no las tengo. Coquetear se alejaba de lo que en realidad Mijoo y yo hacíamos, sin embargo, había gestos en los que me enfrascaba en actuar solo cuando Yoorim estaba presente, logrando que mi plan fuera satisfactorio. Tal y como Jeongin lo predijo, aquello iba a hacer enojar a Yoorim a tal punto de querer amenazarme incluso.

―Escúchame, será mejor que te alejes de ella por las buenas ¿Entendido? Quiero que mantengas distancia. ―reí con ironía. No obstante, dejando un poco al lado el tema de la guerra entre ella y yo, me parecía algo absurdo que defendiera a su amiga de manera extremista y radical. Vale, es su amiga, entiendo que quiera lo mejor para ella porque de eso se trata la amistad, pero ¿Por qué querer impedir que esta persona viva su vida en caso de que fuera cierto que «coqueteáramos»? Ahora quien se cruzaba de brazos frente a ella era yo, dándole inicio a un intenso debate.