Pacto Con Un Demonio| EN EDICION

-CATORCE-

Mi respiracion comenzo a agitarse. Estaba demasiado alterada.
—¡¡¿Quien esta ahi?!!—. Grite alarmada. Nadie contesto obviamente.—¡Maldita sea, solo sal de donde estas!—. Exclame asustada intentando abrir la puerta, mas estaba estaba atascada, o cerrada. No estaba segura, pero daba igual, no podia abrirse. Forcejeo con la puerta un par de veces mas, pero todas son en vano, es imposible abrirla.
—No, no puede estar pasando esto.—Golpeo una y otra vez la puerta, no se que planeo hacer pero no da resultado. Al cabo de un buen rato me doy por vencida.
Me siento arriba de una caja que se encuentra por ahi, agarro mi cabello con las manos, desesperada.

Esta seria una noche muy larga..

Noah

Yeret no ha mostrado la cara en todo el dia, segun el efectuara el plan solo. Confiaria en el y me iria, pero es en la persona que menos confio, y probablemente pueda que salga mal. Ademas si me voy quizas le diga a el señor y este pensara que no cumpli la labor.

—Amigo, te noto angustiado, ¿Pasa algo?—. Pregunta draco preocupado.—¿Tiene que ver con Laila?—. Lo observo un poco confundido.—¿Asi se llama la chica del pacto no?.

—Si, pero, ¿porque crees que tiene que ver con ella?.

—Bueno yo solo...supuse.

—Laila no es algo que me importe mucho—. Draco me mira un poco incredulo.—Enserio, solo que me recuerda a mi, y eso es todo.

—¿A ti?, ¿En que aspecto?.

—Nose, creo que porque esta en su etapa de juventud, donde no sabes ni siquiera que desicion tomar, y muchos quieren aprovecharse de ti.

—Hermano, tu aun luces como un autentico joven, puedes actuar como tal si se te antoja.

—Luzco, pero no lo soy...hace mucho tiempo deje de serlo, ahora solo aparento que soy uno.—Me exprese con un poco de tristeza.

—¿Extrañas tu vida?.

—Un poco, no igual que antes, pero un poco,¿Tu no?—. Me da curiosidad su respuesta. El duda en si contestar pero al final lo hace.

—Pues te mentiria si te dijiera que no, solo que, me reconforta la idea de saber que quienes amo viven bien.

—¿Tu familia aun vive?. ¿Cuanto llevas aqui exactamente?.—Se que es el mas nuevo, pero no recuerdo muy bien el tiempo que lleva.

—Llevo 5 años, ¿y tu?—. Su pregunta me hizo pensar en que le diria, llevo mucho mas que el, mucho mas.

—¿En realidad quieres saberlo?.

—Aja, quiero saber, nunca cuentas nada de ti—. Asiente varias veces mientras sonrie.

—Adivina.

—10?—Niego con la cabeza.—Am, 15?—Vuelvo a negar.—20?.

—Nop, sigue intentando.

—¿25?, ¿30?...

—Acertaste!.

—¿25 años?.

—No, 30 años.— Ambos nos quedamos en silencio. Estabamos sorprendidos, el por saber que tenia treinta años aqui, y yo por saber que ya habian pasado treinta años.

Veran, nosotros somos demonios porque cuando viviamos, pedimos algo al señor, y a cambio, tendriamos que servir a el despues de muertos. Es un intercambio, aunque lo que sea que pidas se acabara, pero tu parte del trato jamas tendra vencimiento. Claro que hay demonios que nacen siendolo, o que el mismo diablo los crea, pero nosotros, especialmente todo nuestro grupo no entramos en esa categoria, no quiere decir que no nos comuniquemos con ellos o mantengamos relacion, solo que ellos suelen ser mas....diferentes a nosotros, tanto de apariencia como de pensamiento.

—Siento algo de lastima por Laila, tendra que vivir igual que nosotros.

—O peor—. Agregue.—Yo tambien me siento un poco mal ante eso, primero no me importaba mucho, pero cuando la encontre en su habitacion firmando el libro...

—¿Ella firmo el libro sola?.

—No, lo que pasa es que ya sabes que el libro es muy inteligente, se cayo de mi mochila y ella lo tomo, le dio curiosidad y nose como se corto pero su sangre mancho el libro.

—Oh vaya, debio de ser muy raro
para ella—. Suspira un poco—Disculpa,continua con lo anterior.

—Te decia que cuando la vi con el libro ya firmado, senti alivio y pena ala vez. Alivio porque no tendria que obligarla a hacerlo y pena porque bien sabria que no tendria marcha atras. Aun asi no quise mostrar mis dudas y me mostre sonriente, como mi yo de hace mucho tiempo.

—¿Cuando eras adolescente?.

—Si, cuando no sabia ni lo que queria, era todo un mujeriego Draco, ni te imaginas, nisiquiera me tome el tiempo para enamorarme alguna vez...—Me pare en seco. Tome aire para seguir hablando.—Creia que era algo absurdo, que el amor era patetico.

—Todos pensamos asi una vez.

—Si, pero yo pense asi toda la vida, que estupido.

—Relajate, no servira de nada culparse, son cosas que...ya pasaron.

—Lose, pero tambien son cosas que jamas podran volver a pasar. Por eso es que prefiero no mostrar tristeza ante ella y hacer que se ria, o parecer divertido, y claro ayudarla, no quiero que la pase mal durante lo que le queda de vida. O almenos de una vida mas...libre.

—Nadamas porque dijiste que no sientes nada por ella, pero te juro que cualquiera pensaria que o la quieres o comienzas a hacerlo.

—Claro que no, ya te dije que solo le tengo lastima.

—Si, claro, lo que tu digas.

El se rie de mi. Fingo fastidio, no quiero que piense que me gusta Laila, porque no es asi, nunca sera asi.
Depronto siento como si me estuvieran llamando como si algo malo estuviera pasando. Pienso en Laila inmediatamente.

—!Draco, draco!—. El, que hasta el momento seguia burlandose de mi se detiene y me mira confundido.—Tengo que irme un momento, cualquier cosa me haces guardia y me hablas, es urgente.

—Y dices que no te importa!—. Lo veo mal.—Anda vete con cuidado, esta bien,no te tardes mucho—. Dice como si fuera una especia de mama sobreprotectora.

—Gracias—. Digo antes de desaparecer de ahi.

Laila

—Noah,noah,noah,noah—. No dejo de susurrar su nombre, el dijo que le llamara varias veces cuando algo malo pasara no?.—Noah, noah,noah..,—. Depronto escucho como si alguien pasara por ahi, comienzo a patalear y gritar. La luz vuelve al cuarto, pero aun asi la puerta esta atorada.

—¡¡¡Ayudenme!!!—. Grito miles de veces mientras pataleo, parece funcionar, oigo como unos pasos se acercan.—¡Estoy aqui ayuda!!!.
¡Porfavor ayudame!!.—. No paro de gritar, esa persona se aproxima cada vez mas, por fin saldre de aqui. Dicha persona abre la puerta dejandome ver el rostro de mi salvador, que no es nada mas y nada menos que....

—¿Jorge?..