-QUINCE-

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—¿Estas bien Laila?— Habla Jorge haciendome sacar de mis pensamientos. Nose porque, pero de todos las personas deseaba que no fuera el.

—Am yo...—. No se que decir, me aterra la idea de estar con el a solas.

—Perdoname por lo del otro dia si?—. Toma mis manos calidamente. Me enfocó en sus labios, no tienen ni una marca de la quemadura de ayer, ¿como?.

—¿Te refieres a lo de ayer?—. Dije intentando retirarme de ahi poco a poco pero el no me lo permite, solo que esta vez no me toma de una manera brusca.

—Yo, he sido un completo estupido, necesito que me des una segunda oportunidad—. Me dedica una sonrisa triste.—Empezemos de nuevo, ¿que te parece?.

—¡Laila!—. Me grita Noah quien esta enfrente de nosotros. Vaya escena que teniamos, jorge tomandome de las manos. Corro hacia el demonio y lo abrazo, parece que no esta acostumbrado a que lo hagan pues duda en abrazarme pero al final tambien lo hace.—¿Te encuentras bien?,¿El te hizo algo?—. Se nota mortificado.

—El no...—. Trato de  aclarar que no me hizo nada, al menos no ahorita.

—Solo la acompañaba hacia su habitacion, pero ya que llegaste puedes hacerlo tu—. Menciona tranquilo.—Adios Laila.

—¿Adios?...—. Contesto desorientada. El se retira dejandome sola con Noah.

"Segura que estas bien?" Pregunta en mi mente como si no estuviera muy convencido.

"La verdad es que no" Le respondo atravez de ella."tengo algo que decirte, bueno mucho en realidad.

Me lleva hacia afuera de la institucion, hacia al patio, que maña de traerme aqui. Ya esta oscuro, por lo que deduzco que son entre las 7 y 8 de la noche. Que rápido voló el tiempo.

—Bien, dime—. Ya una vez afuera me suelta y me pregunta.

—¿Aqui?—. Observo que aunque no es mucha hay gente.—Mejor vamos detras de las gradas, hoy no hubo entrenamiento, asi que lo mas probable es que no se encuentre nadie ahi.

—Bueno, vayamos, pero hagamoslo rapido, lo que pasa es que no tengo mucho tiempo—.

Caminamos hacia alla, en el transcurso que lo haciamos ninguno dijo nada, fue complemante silencioso, fue raro.
Porfin llegamos y decidi sentarme en las gradas, como supuse no habia nadie, solo estariamos el y yo.
Uy...eso me estaba poniendo nerviosa.

—Ahora si, ¿puedes decirme?.—Por un extraño motivo el se estaba comportanto distante conmigo, como si quisiera mantenerme alejada ¿que le pasara?.

—¿Estas molesto?—. Fruncio el ceño, como si no esperara esa pregunta.

—¿Porque iba a estarlo?, solo necesito que me digas que ha pasado.

—Te comportas diferente, estas muy...serio.

—¿Y como quieres que sea?, Nuestra relacion solo debe de ser de demonio a humana, solo nos une el pacto..

—Pero ayer eras muy...

—Ayer porque fingia que eras mi novia, pero ahora que estamos solos no tengo porque mentir mas.—Auch, eso habia dolido.

—Asi que...¿solo fingias?—. El asintio friamente. Estupida, ¿como ibas a gustarle a el, es obvio que mentia!!? Es un demonio, d-e-m-o-n-i-o.

—Habla de una vez, tengo que irme pronto.—. Que caracter traia.

—Yo iba a decirte...—. Dude en si contarle todo, si tenia tanta prisa de que servia decirselo.—Perdi tu collar.

—¿Que?

—Lo extravie, supongo que en algun pasillo o en...

—Era de mi madre!, ¿Acaso estas loca?, era mi unico recuerdo de ella.

—Yo en realidad...—. Nose ni porque le mentia, pero tenia miedo de explicarle todo. Tambien trate de no pensar mucho para que el no supiera la realidad. —No tengo idea de donde esta.

—Soy un idiota al creer que podrias cuidarlo, que ivas a tomarle la importancia que tenia, pero ya veo que no resulto asi...

—Noah, dejame explicarte yo...

—No me expliques nada, claro esta que no supiste cuidar una de las cosas mas preciadas que tenia, ¿Sabes?, era mi unica conexion con ella, y confiaba en ti para cuidarlo.

—Porfavor, tranquilizate...

—No me pidas que me tranquilize, que hare todo menos eso, te lo di para que te protegieras!, para cuidarte Laila, pero ya veo que ese fue mi error, querer protegerte cuando no tenia que importarme.

—¿Porque dices todo eso?.

—Porque es la verdad, no tenia porque preocuparme tanto en ti, en un insignificamente humano, que es igual de estupidos que todos...

No termino de decirlo, pues mi mano ya se habia estrellado contra su cara. Mi accion lo desconcerto pues automaticamente se callo,sobandose con su mano y mirandome aun furioso, mas yo estaba aun mas.

—¡ERES UN IDIOTA! EL UNICO ESTUPIDO AQUI SERAS TU, SI TAN SOLO ME DEJARAS HABLAR! SI DEJARAS DE LADO TU ACTITUD FRIA Y CORTANTE, YO PODRIA DECIRTE LA VER...—. Ahora la que callo fui yo, ya no queria contarle la verdad, me atemorizaba su comportamiento.

—¿Decirme que?—. Hablo de nuevo—¿DECIRME QUE LAILA?.—. Grito como si le desesperara que no contestara. Daba igual, no pretendia decirle, ya no. No se si era tonto lo que hacia en ocultarselo, ya que el me podria ayudar, pero por el momento me importaba poco.

—Nada, ya nada—. Respondi secamente, al mismo tiempo que lo veia a los ojos por unos segundos. Sali corriendo de ahi, lo mas rapido que pude rumbo hacia mi habitacion intentando que el no me alcanzara, cosa que no tiene sentido, si el se lo propone se transporta y listo, mas no lo hizo.

Odio que mis pensamientos me persigan, ¿porque tenia que mentirle?, en parte le entiendo, le dolia perder algo importante de su madre y lo unico que tenia, pero ¿porque hablarme asi? Y decir que soy estupida, osea, si lo soy pero no tiene que recordarmelo.

Aun asi, me siento mal por todo, quisiera que esto se arreglara pronto.












Pacto Con Un Demonio| EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora