-VEINTE-

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Noah.

— ¿Que pasa amigo?—. Pregunto miedoso Jorge, mientras lo tomo por el cuello y lo levanto en la pared de los vestidores. Los pocos chicos que se encontraban dentro me observaban confundidos.

—Ey bro, tampoco es para tanto, tranquilizate.— Hablo un chico intentando hacer que soltara a Jorge. Voltee a mirarlo a los ojos. Manipulandolo. El me solto y le indico a los demas chicos que salieran de ahi junto con el. Supuse que era el lider del grupito ese, o algo parecido pues todos le hicieron caso.

— Ahora si—. Lo solte bruscamente. El callo al suelo. Lo mire fijamente— ¿Que?, ¿No sabes que paso?. Intentaste violar a Laila. Eso paso.

— Te confundes, ella te esta mintiendo. Las cosas no fueron asi, dejame explicarte...

— ¡Callate!—. Dirigi mi puño hacia su mandibula. El se giro por la fuerza, luego se sobo.

— ¡Maldito!— Exclamo levantandose para irse contra mi. Cosa que no le funciono, me hize a un lado y el cayo hacia enfrente.

— Anda, levantate— Hice una seña para que lo hiciera, me prepare para pelear. Nunca me gusto hacerlo, pero ahora que soy demonio ya da lo mismo.

— Porfavor Noah, dejemos esto asi, yo no quise...— Le di una patada, el se quejo, aun estaba tirado en el suelo.

—¿No quisiste violarla? Porfavor, no pudiste, que es diferente.

— ¿Que? ¡De que hablas!, no se que te conto pero...— Volvi a darle un puñetazo. Verlo hablar e intentar justificarse me hacia enojar.

— ¡Espera porfavor!—. Suplico. Ya estaba sangrando.— Mira, talvez Laila lo tomo a mal.

— ¿Tomar a mal?, ¿Como se supone que lo tomara?—. Lo examine, su rostro estaba sangrando, pero, ¿donde estaban las quemaduras?.— ¿Como es posible que tu piel este perfecta?.

— ¿A que te refieres?

— Sabes bien a lo que me referio.

— Pues...— Comenzo a reirse. Parecia un desquiciado.— No estoy solo, como lo habia olvidado. Sera mejor que no te acerques, o el te causara mucho daño.

— ¿De que estas hablando?.

— No te dire. Pero es alguien mucho mas fuerte que tu, o que cualquier simple humano.— Sonrie victorioso.

— ¿Asi?—. Me acerco de forma intimidante.— ¿Mas que un demonio?.

— Tu-tu, ¿lo sabes?—. El parece estar asustado. Ese era mi punto, pero no comprendo lo que dice.

—¿Saber que idiota?—. El me mira asustado, mas al escuchar mi pregunta se relaja.

— No, no lo sabes.

— ¿Saber que?.

— De la persona que me ayuda...

— ¿La persona que te ayuda es un demonio?.

— ¿Miedito?—. Me pregunta y suelto una carcajada. Si supiera con quien habla.

— ¿Miedo yo?, Nunca. Pero quiero que me digas el nombre de tu....amiguito.

— ¿Para que?—. Se levanta del suelo, lo tiro nuevamente. El se asusta ante mi reaccion.

— Aun no he dicho que te levantes. ¿Como se llama?.

— ¿Como se llama quien?.

— No te hagas el idiota—. Dije molesto.— Sabes bien que te estoy preguntando.

—¿Que me daras si te digo?.

— Bueno, talvez no te mate...

—¿Matarme?, porfavor, tampoco es como si te creyera para tanto ....— Afirma mas le veo tragar saliva nervioso.

— ¿Ah no? ¿Tendre..que divertirme un rato? Digo para que me creas.—El me mira miedoso. Sonrio ante su reaccion.

— El me mataria si te digo su nombre.

— No si antes lo hago yo—. Me rio para causarle mas miedo.— Ahora dime, ¿como se llama?

— ¿Porque quisieras saber el nombre de un demonio? ¿Acaso crees en ellos?.

— No me respondas una pregunta con otra. Y talvez.

— Bueno...el se llama...— Lo miro esperando su respuesta.

— Sa..— Esta pensando demasiado. Por algun motivo no puedo escuchar sus pensamientos, lo que me hace pensar que mantiene un pacto con algun demonio. Pues cuando es asi, solo el demonio puede oir los pensamientos de el humano, impidiendo que otros demonios lo hagan. Es parte del pacto.— Sa...tin. Si. Asi se llama Satin.

—¿Crees que soy estupido?.— El me mira confundido.

— Nadie dijo que lo eras...— se detuvo y luego susurro mucho  mas bajito—Aunque lo eres...

— Mas que tu lo dudo.— Respondo a su comentario.—Entonces, ¿quieres morir, o vivir? Ultima oportunidad para contestar bien. —.El no contesta. Creo que falta provocarle miedo.
—Bien, tu lo decidiste—. Conclui antes de poner en marcha mi plan. Podria ser un poco traumático, pero tenia que sacarle esa maldita informacion.

No, no iba a hacerle daño. No almenos fisicamente.

Me hice hacia atras. Hace montones que no hacia esto.

Iba a mostrarle mi verdadera forma. No la humana, ya que esta es la que conservo siempre, mejor dicho la que tuve alguna vez. Pero cuando me hize demonio, mi apariencia era muy...aterradora, por lo que decidi no usarla. Nisiquiera a mi me gustaba. Pero siempre funciono con los humanos. Son tan miedosos.

—¿Que-que haces?—. Expreso desorientado.

Sonrei. Ya deseaba ver su reaccion.

Mis uñas  comenzaron a crecer demasiaso, puntiagudas y filosas. Empeze a extenderme, solo sentia como me hacia cada vez mas alto. Igual que mi cuerpo, por lo que mi camisa se rompio.  Me salio mas pelaje, haciendome ver como un animal extraño. Mis ojos cambiaron de cafe a rojo. Y mi lengua, si que era lo peor, para mi. Tenia la lengua como de una serpiente, larga y delgada. Asqueroso.

A jorge se le querian salir los ojos. No podia asimilar todo lo que veia. Lo entiendo, si fuese humano estaria igual.
Me observaba demasiado asustado, y volver a hablar para hacerlo confesar de una maldita vez por todas.

—Tu-tu ga-ganas—Estaba temblando. Podia oler su miedo. Sonrei victorioso.— Te...dire su nombre.

— Adelante, hazlo.

— Su nombre es...— Sigue dudandolo, por lo que me acerco intimidandolo.— Yeret.













Pacto Con Un Demonio| EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora