-DIECINUEVE-

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— ¿Que haces aqui?— . Dije con asombro, pense que se molestaria por mi comentario pero el estaba super feliz.

— Ten, tomalas—. Expreso el tranquilamente. Le obedeci. En el momento que tome las flores senti como si tuvieran algun polvillo encima debido a que sin querer lo inhale. En cuestion de segundos me senti extraña, observe a  Noah de otra manera. Nose, estaba mas guapo de lo comun, solo queria tenerlo abrazado, tirarme encima de el, darle besos y...
¿que rayos pasaba conmigo?.

—¡Gracias Noah, son hermosisisimas! ¡¿Como supiste que son mis favoritas?!—. Exclame con un tono de voz mucho mas agudo que el mio, y con una emocion que nisiquiera entendia. Esta no era yo, pero no podia controlarme.— Pasa, pasa—. El entra. Yo me quedo ahi parada en la puerta— Dejame busco donde colocar las flores, ¿No hay problema verdad osito?.— ¿Que?,¿osito?!!, definitivamente esta no era yo.

— Si mi bombonsito, aqui te espero—. Me sonroje ante su comentario. Pareciamos estupidos, mas de lo que ya estabamos. Esto era muy extraño.

Sali de ahi cantando. Si, cantando canciones de amor. Tarareaba mientras caminaba. Nisiquiera me importaba ir en pijama. Me dirigia hacia la biblioteca, le iva a preguntar al señor Antonio si no tenia algun florero.
Cuando entre a la biblioteca no habia nadie, esta totalmemte solo, grite el nombre de Antonio un par de veces pero nadie me respondio. Observe que cada mesa tenia un florero, claro con otro tipo de flores pero no tan hermosas como las mias. Simplemente las tome y arroje aquellas flores por la ventana y coloque las mias. Corri denuevo hacia mi habitacion, antes me agache hacia una bebedero que estaba cerca y le puse agua rapidamente.Unos que otros que pasaban por ahi me miraban extraño, me daba igual. Ya cuando llegue a la habitacion Noah seguia ahi esperandome.

— Ya vine corazon—. Mi voz era demasiado aguda, sentiria que cada vez mas. El me sonrio, deje el florero arriba de una mesita que teniamos y me sente a lado de el.— ¿Tarde mucho dulzura?.

—No cariño.¿Te he dicho lo hermosa que te ves hoy?—Me acaricio la mejilla y se aproximo como si fuera a besarme.

Iba a besarme y yo no pondria resistencia, estos no eramos nosotros. Se inclino hacia mi, yo hize lo mismo. Estabamos a pocos centimetros uno del otro. Podia sentir su respiracion. Vi como levanto sus labios para darme el beso.

— Solo espero no quemarte mi corazon—. Digo mientras suelto una risilla. El me mira extraño, pero tambien se rie.

—¿Quemarme?,¿porque?—. Cuestiono tranquilo, no nos movimos de nuestra posicion, pero tampoco nos acercamos, aunque ya estabamos muy cerca.

—Si, pero lo dudo, ya no tengo lo que me protegia—. Volvi a reirme. Parecia una estupida totalmente.

—Explicate mas princesa.— ¿princesa? Aoms, ¿deberia sonrojarme? Claro que no, esto no es normal.

—Si, cuando queme a Jorge, porque intento abusar de....— Me detuve. Los efectos de la estupides total ya no estaban, es como si recordar eso me cayera de golpe, y Noah se veia igual. Serio e inexpresivo.

—¿Intento abusarte?—. Hablo normal, el cuento de la princesa y el osito se habia acabado, solo estabamos Noah y yo. Tambien nos separamos inmediatamente cuando nos dimos cuenta en la posicion que estabamos.

—Es lo que trataba de explicarte. Pero ahora quiero que me expliques ¿porque nos estabamos comportando asi?—. El lo penso un poco. Parecia recordar algo, asi que se levanto, tomo las flores y rapidamente las avento por mi ventana. Tambien se tapo la nariz mientras lo hacia.

—¿Que haces?.

— Seguro que era bruja...— Dijo entre murmuros como para si mismo.

— ¿De que hablas Noah?.

— Las flores eran la que nos hacian actuar asi.

— Ahh...— Suspire confundida. El volvio a sentarse a un lado mio en la cama.

—Necesito que me cuentes todo. Y basta de secretos—. Pidio seriamente. Dude en si decirle. El tomo mi mano calidamente, eso me dio algo de confianza.

—No perdi tu collar—. Comente, pues preferia decirle eso primero a que contarle lo de jorge. Si le diria, pero hasta el final.

—¿Que?— esbozo una sonrisa, se veia esperanzado.— ¿Y entonces donde esta?.

— Yo...no lose.

—¿ Como?, pero dijiste que no lo perdiste.

— No lo perdí.Me lo robaron.

— ¿Quien? ¿Cuando?.

— Nose quien. Ayer.

—¿Como sucedio?—. Pregunto extrañado.

Le conté acerca de la chica que me había traído una carta cuando me encontraba la biblioteca. Y de como yo había creído que era el. Como decía que tenía que verlo en 10 minutos. Y cómo nadie se encontraba en el cuarto del conserje pero parecía que había alguien. Y por último como me quitaron el collar de un jalón y la puerta se había cerrado o atorado.

—Yo estuve llamando tu nombre varias veces.

— Si,  lo senti, por eso vine Laila,¿y como saliste?. Cuando llegue estabas afuera con...jorge.

— El me abrio la puerta.

— Que raro...¿no es curioso que el haya estado justo en ese momento?.

— Talvez...

— Ahora cuentame lo de Jorge, ¿que te hizo ese imbecil.?

—El...— Tome aire.— El no me hiz...

— No me digas que no te hizo nada. ¿Te violo verdad? ¿Fue eso no?— Se levanto furioso.— Maldito, pero ya vera...

— Noah!!, porfavor no, dejame contarte—. Le detuve del brazo muy fuerte. El me observo y me hizo caso.

Suspiré. Era demasiado complicado contarle cómo había sucedido todo. Y no tanto por lo que pasó cuando Jorge trató de violarme sino de cómo intentó hacerlo. Sentía asco al recordar aquel momento, sus labios intentando rozar mi piel, las cosas que decía, y él como pensar que alguna vez fuimos novios, que sus besos y sus caricias nunca me incomodaron, que nunca se portó así, y jamas creí que fuera así. Era un capítulo demasiado triste mi vida, pues pasé muchísimo tiempo a alado de una persona que creía conocer pero no estaba ni cerca de hacerlo.
Nuevamente él me agarró la mano sólo que ahora le dio un pequeño beso y susurro " puedes contarme lo que sea, no sientas miedo o vergüenza nunca te juzgaría".
Asenti timidamente y empecé a platicarle todo, sin ocultarle nada como debió haber sido desde un principio.

— ¡Ese maldito se atrevio a intentar violarte!— . Exclamó furioso. Volvió a levantarse, se dirigio ala puerta marchándose de ahí.

— ¡Noah! ¿a donde vas? Porfavor no hagas nada.— me levanté y fui tras él. Lo detuve en medio del pasillo.

— El intento violarte, eso no tiene perdon.

— Noah, detente porfavor, no vale la pena que desperdicies tu tiempo, ademas nisiquiera me violo!— El me miro sin decirme nada. Luego de unos momentos hablo.

— No lo hizo porque pudiste defenderte. Aunque el te pida perdon, o trate de hacer que no ha pasado nada. Si paso. Y el hecho de que ahora trate de ser otra persona no lo hace menos culpable. No es justo que el este por ahi, como si no hubiera sucedido nada, mientras tu batallas para contarlo y te culpas a ti misma. ¿Hasta cuando quieres que actue? ¿Hasta cuando ya te haya hecho todo el daño posible?. Lo siento, pero no lo voy a permitir.— Se giro y siguio corriendo por el pasillo.

Yo me quede ahi, sin decir nada. Tenia razon, sabia que la tenia. Y ahora que lo analizaba, talvez Noah no estaba actuando sin pensar, si no que a diferencia de mi, el no tenia miedo de afrontar las cosas, en cambio yo...
Era una cobarde.





Pacto Con Un Demonio| EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora