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kisses|| hyunmin

La clase de Geografía Avanzada estaba a mitad de sesión, siendo explicada por la profesora Liu, quien hasta el momento solo había estado dando una introducción al tema que sería visto en clase. Seungmin, al notar que las notas comenzaban a ser escritas en el pizarrón, sacó su libreta para comenzar a anotar lo que necesitaría estudiar.

Pasó las páginas con cuidado y elegancia (típico de un Kim) cuando al llegar al último tema anotado, descubrió unos bocetos que no eran suyos.

"Hyunjin" pensó algo contrariado. Curioso comenzó a leer la que parecía ser una pequeña carta para dirigida a él.

"No necesito ningún mapa o libro para saber que tú eres mi mundo, Minnie"

Adjunto a ello, un dibujo de ambos abrazados mirando una puesta de sol aparecía tierna e infantilmente ilustrado.

Cerró la libreta de golpe, volteando su rostro y sintiendo la sangre subir velozmente a sus mejillas. Su corazón latía con rapidez y temor de que alguien hubiese visto el dibujo, pues si bien no era un secreto su relación con el pelinegro, si prefería que las demostraciones de su novio fueran más discretas.

Debido a que no compartía aquella clase con él, debía esperar al final de esta si quería darle una reprimenda por su conducta. Era la última vez que le prestaba sus apuntes para estudiar.

—Seungmin— casi brincó en su lugar al escuchar a Sana, su compañera de banco, hablarle— ¿Te sientes bien? Estás muy rojo del rostro.

—Sí, solo... no es nada de qué preocuparse— concluyó tratando de disimular los nervios que inundaban su garganta.

—Uhm, está bien.

«...»

—¡Te presté mis apuntes para que estudiaras, Hyunjin!— exclamaba un molesto pelirrojo, al tiempo que jalaba con fuerza las mejillas de su pareja.

—P-Pero pensé que sería tierno respondió con un suave tono, preocupado de enfadar aún más al menor. Como respuesta, solo obtuvo un jalón más fuerte en sus mejillas.

—¡Chaeyeon y Sana también usan mis notas, ¿sabías?!

—Ow, Minnie, lo siento...suéltame.

Kim solo lo observó unos segundos más antes de soltar sus mejillas, y caminar fuera de la biblioteca, siendo seguido por el otro visiblemente arrepentido. Tras unos minutos en silencio, Seungmin se volteó y tomó de las manos al mayor.

—Escucha, sé que no lo hiciste con mala intención, pero te pido por favor que no lo vuelvas a hacer en mis notas. Si quieres, la próxima vez usa una hoja limpia.

—Gracias Minnie— suspiró el contrario, para posteriormente besar con suavidad los labios del menor. Fue un beso rápido, pero ninguno pudo evitar sentir aquel aleteo de mariposas y flores en sus estómagos al estar cerca de su amado.

—¿Me perdonas?

—Por supuesto, Jinnie.

No había nada que unos besos no pudieran arreglar.