de amor y otras cursis historias 「skz」 ✓

cold|| minsung

Notas:

-Minho: 22 años (maestro)
-Jisung: 18 años (alumno)

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El timbre que marcaba el fin del almuerzo resonó por los pasillos casi vacíos del instituto, provocando que poco a poco estos se llenaran de jóvenes alumnos, quienes se encaminaban a sus respectivas aulas a continuar con sus clases vespertinas.

Pero no solo había alumnos.

Algunos profesores caminaban tranquilamente, sin prisa, a dar las siguientes lecciones del día, aunque no todos con el mismo entusiasmo. Entre ellos se hallaba el profesor Lee quien, a pocos metros de su salón notó que descuidadamente había dejado su laptop en la biblioteca, en el piso superior.

Maldiciendo internamente, dio la media vuelta y caminó con pereza hasta esta. Una vez entró y asegurándose de que no hubiese ningún colega que pudiera reprenderlo por llegar tarde al aula de clases, atravesó las mesas hasta dar con una hasta el fondo, donde reposaba su dispositivo.

Una vez con el en sus manos, se dispuso a salir cuando una silueta le llamó la atención: se trataba nada más y nada menos que del joven Han, quien yacía profundamente dormido en una de las mesas, rodeado de libros de historia y geografía. Su cuerpo temblaba levemente por el frío de una ventana que, por su antigüedad, no terminaba de cerrarse completamente causando una filtración del viento invernal propio de la fecha.

Por un momento, la idea de irse sin más cruzó por su mente, pero la descartó de inmediato. Sabía que si hacía eso su conciencia no le dejaría tranquilo, así que suspirando con levedad desabrochó su saco, colocándolo delicadamente sobre los hombros ajenos, los cuales, ante el tacto de la tela ajena, se removieron levemente y aquellas pequeñas manos se aferraron a este.

El corazón de Minho se aceleró rápidamente, y un tenue sonrojo invadió sus mejillas ante tan adorable escena.

Casi sin pensarlo, se acercó al rostro contrario y depositó un beso en la regordeta mejilla, pudiendo percibir la suavidad de su piel y el perfume a lavanda que invadía aquella desordenada cabellera.

Tan dulce como siempre, se dijo para sus adentros, recordando los agradables momentos vividos con el adorable adolescente, esos que lo transportaban de vuelta a su juventud y lo hacían sonreír como una puberta enamorada. Solo Jisung era capaz de ponerlo de ese modo.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, viendo al rubio murmurar entre sueños y esconder su rostro entre sus brazos.

Por su parte, un escalofrío le recorrió al sentir una ráfaga del crudo aire exterior llegar hasta su rostro. Finalmente se dispuso a salir del lugar antes de que se le hiciese mucho más tarde. Lo que menos deseaba era un regaño de parte del subdirector Park.

Se apresuró a llegar al salón, donde al entrar saludó a los estudiantes, y comenzó a dar indicaciones sobre la lección de aquel día.

Sin embargo, no pasó desapercibido para un grupo de amigos la ausencia del saco de su maestro, aunque ninguno se atrevió a preguntar y solo se limitaron a susurrar entre ellos las posibles razones de su superior para no llevar aquella prenda con semejante clima presente.