angel kisses|| jeonglix

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—Ey, Felix— murmuró Jeongin cerca de su oído, recostado a su lado. A pesar de estar solos en la habitación y en total silencio ambos susurraban, totalmente ajenos al mundo exterior—. ¿Puedo decirte algo?

Felix se removió entre las suaves colchas de la cama del menor. Estas desprendían un olor a limpio y a Jeongin y se permitió perderse unos segundos en el aroma antes de responder—. Seguro, Innie.

—A veces— sus dedos rozaron su rostro, más específicamente sus mejillas, donde había una mayor concentración de aquellas encantadoras manchitas—, sólo a veces, creo que tus pecas no son pecas.

—¿No? —el menor negó —. ¿Y qué crees que sean?

Las caricias de Jeongin sobre su rostro formaban nuevas y viejas constelaciones. Trazo a trazo conectaba los puntos antes de comenzar desde cero nuevamente—. Creo que son besos de ángeles.

—¿Besos de ángeles?— la sonrisa del rubio se escurrió sin permiso entre sus delgados labios, y por inercia Jeongin la atrapó con los suyos en un beso que creó mariposas en el estómago de ambos. Siempre era lo mismo, sin importar que hubieran compartido mil y un de ellos, estos aún despertaban aquel aleteo en su interior.

—Es que... son tan hermosas— trazó a Orión en su mejilla derecha y a la Osa Mayor en su sien, antes de continuar— en tantas tonalidades y tamaños. Siento que cuando te veo, miro la galaxia más bella de todas, creada por los ángeles más virtuosos.

El delicado rubor que precedió sus mejillas y las bañó como puesta de sol hizo sonreír a Jeongin a su vez. Ver a Felix de aquel modo era uno de los mayores placeres de la vida, y uno que solo él podía disfrutar.

—Solo a ti se te ocurre algo así— objetó el mayor tratando inútilmente de regresar a su tono de piel normal, pero la mirada tan brillante e intensa del contrario no se lo permitía—. Dices esas cosas de la nada y esperas que no reaccione así— señaló su rostro aún rojo.

—Oh, al contrario— lo tomó de la cintura y sin esfuerzo lo colocó encima suyo, de modo que sus piernas ahora estaban entrelazadas, sus pechos pegados y sus manos rodeándolo—, no hay nada que me guste más que pensar en cosas que te coloquen así.

Un puchero surcó la boca de Felix y Jeongin nuevamente no se resistió a probarlo—. Eres malo.

—Así me amas.

Ahora fue el turno de Felix de besarlo, un roce rápido que hechizó a Jeongin y lo enamoró aún más del muchacho encima suyo—. Sí, así lo hago.










Y si, terminé pasando este drabble para acá. Si ya lo leyeron igual se los dejo aquí para que lo disfruten uwu

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