• Cap. 7 •

10K 1K 77
                                    

     El día transcurrió con normalidad, las clases del profesor Aizawa como siempre fueron algo tediosas pero muy útiles, todos prestaban atención a excepción de un rubio cenizo quien se encontraba jugando y observando una pulsera en su muñeca, ve...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     El día transcurrió con normalidad, las clases del profesor Aizawa como siempre fueron algo tediosas pero muy útiles, todos prestaban atención a excepción de un rubio cenizo quien se encontraba jugando y observando una pulsera en su muñeca, veía cada detalle, los colores que esta tenía eran como los de su traje de héroe.

    Nunca había tenido una pulsera masculina, seguramente porque nadie lo veía nada conveniente por su explosivo kousei.

    ¿Le había gustado el regalo? Pues... Sí, tenía que admitir que le pareció un gesto tierno, claro que en su momento no demostró aquel sentimiento.

Bakugō, ¿Qué haces? Ya acabó la clase, estamos en receso —dijo Kirishima sacando al oji rubí de sus pensamientos haciendo que este se pare de golpe.

Cállate pelos de mierda, eso ya lo sé, no me hagas querer explotarte la cara —amenazó mostrando su mano, la mayoría de alumnos ya había salido del salón a excepción de ellos y un bicolor.

Bueno, ya, ya, ¿Nos vamos? Muero de hambre —ofrece señalando la salida con una sonrisa.

     Katsuki da una mirada de reojo al chico heterocromático quién negó con la cabeza al escuchar al pelirrojo, él en realidad no tenía mucha hambre pero para molestarlo va con su amigo, llegó a escuchar un suspiro de parte de Shōto cosa que lo hizo sonreír victorioso, sabía que él estaría detrás de ellos en todo el camino ya que no podía tenerlo fuera de su vista por mucho tiempo.

Hey bro, ¿Qué tienes en la muñeca? ¿Es un regalo de alguna fan? —uy sí, su mayor fan... un fan loco que lo seguía a todas partes al menos por una semana o lo que quedaba de ella.

—¿Te importa? —respondió con molestia, alejando un poco el brazalete de su vista, no quería admitir que desde que el bicolor se lo regaló no había dejado de usarlo.

Sólo preguntaba, tranquilo —rio de forma bromista mientras le daba una leve palmada en la espalda, molestando al medio albino que iba caminando atrás de ellos.

    Minutos después de comer, Todoroki se acerca a la mesa en donde estaba Bakugō, este había notado que había algo diferente en la expresión neutral del bicolor.

Bakugō, ¿Puedo hablar contigo? Sólo serán unos minutos.

    Bakugō simplemente chasqueó la lengua parándose de su lugar para luego seguir al bicolor en silencio, la mayoría se los quedó mirando, no era normal ver al oji rubí tan callado.

—¿Qué quieres? —preguntó cuándo ya se encontraban más solos y tranquilos.

Quiero besarte ¿Puedo? —habló como si nada, su rostro apenas se encontraba sonrojado.

—¿Ahora?... Bastardo, se nota que no entiendes muy bien cómo es que deben suceder las cosas... —el rubio frunció su ceño y lo observó en silencio, ¿Por qué se lo estaba preguntando? Era algo muy ridículo— Además, ¿Por qué me lo pides?

—Te pido permiso para que no te enojes conmigo.

—Un beso no se pide, se roba, idiota, pero si me lo robas a mi no te quejes si llego a explotar te la cara —dijo mostrando su palma amenazando con pequeñas chispas.

Vale la pena.

    El más alto se acerca al de mirada carmesí, acaricia su mejilla con suavidad pasando su dedo pulgar con lentitud, el contrario siente una pequeña corriente eléctrica en su espalda y fija su mirada en los ojos del contrario, quería alejarse pero estaba en shock, su pecho incluso se aceleró y sus mejillas se tornaron rojas.

    Cuando estaban a punto de juntar sus labios una explosión se escucha a lo lejos alertando a nuestros protagonistas. El suelo tembló de forma intensa agrietando un poco la superficie.

—¿Qué fue eso? —preguntó Todoroki muy confundido por el repentino caos.

—¡¡Villanos!!

     Se escucha gritar a una chica, a los lejos, algunos estudiantes salieron corriendo mientras que otros se dirigían al lugar de los hechos para enfrentar al causante de todo.

Al fin algo interesante —sonrió Katsuki al tener por fin un reto.

Espera.

     Una mano detiene al rubio ceniza, Shōto temía por lo que podría pasarle a su amado, ambos eran recién alumnos de primero, no podrían pelear con un villano así como si nada, primero porque no tenían el permiso y la licencia, y en segundo lugar, a pesar de que pueden controlar sus habilidades, no sabían que tan buenos eran los villanos.

Mejor... vayamos a la zona segura —aconsejó mirando con preocupación al de mirada carmesí, él sabía perfectamente que Bakugō no le haría caso.

—¿¡Estás loco!? ¡No pienso huir a buscar refugio, pelearé! ¡Y tú vendrás conmigo! —se suelta del agarre del bicolor para luego sostener su muñeca con algo de brusquedad y jalarlo hasta la entrada de la Academia en donde él había intuido que estaría el enemigo.

    Apenas llegaron pudieron observar a un hombre vestido de negro que medía fácil dos metros, a simple vista podías ver los músculos resaltar en su traje y a su lado una chica con ropas muy extravagantes, se veía sumamente delicada, su cabello era blanco y parecía tener algo en la mano.

    Katsuki tenía una sonrisa algo maliciosa en su rostro, ya tenía bastante tiempo sin pelear con alguien de forma seria.

    En el patio delantero habían muchas personas pero... ninguna se movía, era extraño, muy similar a detener el tiempo.

Bakugō hay que irnos... esto no se ve bien... llamemos a los profesionales... —susurró el más alto.

—Si dejamos a todos esos estudiantes y profesores ahí quietos, podrían de usarlos como rehénes y matarlos, es pan comido, yo los distraigo y tú sacas a todos los que puedas —ordenó el rubio a punto de ponerse de pie para ir a pelear pero nuevamente el bicolor lo detiene sosteniendo su muñeca con fuerza y temor.

Katsuki escúchame... usa la lógica, si algunos héroes profesionales no pudieron con esos villanos ¿Crees que dos alumnos que recién ingresan podrán? Es muy absurdo y tú lo sabes —la mirada de Todoroki se había vuelto autoritaria pero al rubio eso no lo intimidaba.

—¿Desde cuándo te volviste un cobarde?, mira bastardo, sé que tú, el nerd de mierda y el idiota cuatro ojos fueron a por un villano, ese tal asesino de héroes ¿Acaso me dirás que te fuiste de la pelea a pedir ayuda?

     La verdad, Bakugō si tuvo mucha razón, él no había pedido ayuda a su padre quien se encontraba junto a él y se lanzó a la pelea para ayudar a Midoriya.

Eso fue... distinto —sin saber que decir el bicolor frunce el ceño y aparta la mirada.

Si no quieres pelear no lo hagas, tú pide ayuda si quieres, yo no pienso quedarme parado observando todo —termina de decir para luego observar nuevamente la escena, los villanos se encontraban más cerca de entrar, algunos alumnos terminaron en el suelo,  estaban paralizados.

Continuará...

NarikoHN

Enamorado por una semana © [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora