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— Estoy bien, solo es un pequeño corte. —susurró Zoe con una sonrisa hacia uno de los centauros que se ofreció a curar su herida, este la observó con algo de duda, pero aun así asintió con la cabeza mientras se alejaba, ella se levantó y caminó hacia donde estaba el culpable del ardor en su mejilla derecha— ¿Así que príncipe?
— Caspian X. —dijo el chico de cabellos azabaches— Perdóneme por atacarlos, su majestad.
— Sin preocupaciones, mientras ese chico de allá siga con vida la mía es la de menos. —comentó mientras señalaba a Dylan. El pobre muchacho fue atacado por un ratón y se llevó unos cuantos cortes, nada grave por supuesto, al parecer siguió su consejo y comenzó a defenderse aun con los pocos conocimientos que llevaba, es por eso que el pequeño animal felicitó al humano por mostrar resistencia además también prometió a Zoe que lo cuidaría hasta que pueda defenderse solo— ¿Entonces planeas devolver la paz a Narnia?
— Es lo menos que puedo hacer luego de lo que hemos causado.
— No es tu error, ni siquiera debías haber nacido cuando esto ocurrió. —mencionó Zoe tratando de aligerar el peso que llevaba Caspian sobre sus hombros— Todos cometen errores y vas a corregir eso.
— ¿Por qué cree en mí su alteza? —preguntó— Todos aquí aun dudan de la sinceridad en mis palabras.
—Eres un telmarino. —respondió ella con una sonrisa— ¿Confiarías en alguien que ya hizo daño una vez? —él negó— Solo dales un poco de tiempo, si ellos no creen en ti yo lo haré, pero si me fallas no dudes en que me vengaré por todo.
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— ¿En verdad confías en él? —preguntó Dylan. Zoe lo miró y asintió, luego del altercado los llevaron hacia una construcción de piedras, Dylan hizo referencia a las estructuras de las que hablaban en su clase de historia y sinceramente eso causo gracia en ambos, dado que una vez ellos dijeron que aquello era obra de seres de otro mundo y ahora parecía que eso si era cierto.
El lugar no era exactamente un palacio, pero era lo mejor que tenían para mantenerse seguros de lo que pasaba allá fuera, tenían algunas armas, algo de comida y un lugar para dormir, eso era suficiente para cualquiera en estas circunstancias y a pesar de que una ardilla mencionó que ese no era lugar para una reina, Zoe se sentía bien con ello.
— Si no lo dijera de verdad no se hubiese arriesgado a hablar con los minotauros.
— ¿Y si los traiciona?
— Entonces me convertiré en la reina de corazones y pediré su cabeza. —respondió en broma, aunque Dylan muy en el fondo lo sintió como una amenaza— Es extraño estar aquí después de todo.
