❝As long as we're together, does it matter where we go?❞
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Miedo. Ese era el sentimiento que invadió en el cuerpo de Zoella, desde que Aslan se hizo presente, su mente se desconectó de lo que sucedía frente a ella, las preguntas invadieron por completo su cabeza, cada una era más irracional que la otra, pero solo hubo una que la dejó con el nudo en la garganta. Tomó una bocanada de aire y prestó atención a lo que sucedía frente a ella, las despedidas no eran su fuerte y cuando Reepicheep estuvo frente a ella se dio cuenta de lo sabio que podía ser un pequeño ser como él.
Debe vivir su vida, eso es lo que había murmurado el pequeño ratón antes de dejar una pequeña reverencia, Zoella se levantó para regresar a su lugar, Edmund pasó un brazo a su alrededor mientras observaban el bote de Reepicheep flotar hacia el país de Aslan. El vivir su vida jamás fue sido un problema tan grande para ella como lo fue en aquel momento.
Su corazón latió con fuerza cuando los ojos de Aslan se colocaron en ella, sabía que era momento, echarse a llorar era algo que no quería hacer, ya se sentía lo suficientemente débil como para dejarse ver a un más, pero no era como si ella pudiera retener el sentimiento que tenía, aclaró rápidamente su garganta y observó la enorme ola frente a ella.
— Es tiempo. —susurró. Edmund se colocó frente a ella y la hizo mirarlo.
— Zoe. —dijo Edmund con la voz temblorosa.
—Sabemos lo que pasa ahora.
— T-tal vez puedas venir con nosotros. —sugirió Edmund y Zoe sintió su corazón latir con rapidez— A Inglaterra.
— Yo... —susurró y luego guardó silencio. La mirada de ella se posó rápidamente en la de Dylan quien solo pudo sonreír mientras asentía con la cabeza, después de todo lo que había escuchado él solo quería que ella fuera feliz, aun cuando eso significaba dejarla de ver. Desvió la mirada y echó un vistazo a Aslan, quien la miró con una sonrisa triste porque sabía que ella elegiría la decisión correcta, aunque la lastimaría— No puedo.
— Z-Zoe.
— Ed. —interrumpió la nombrada colocando una mano su mejilla— Me encantaría, no dudaría en ningún momento en irme contigo, diablos, es que eso es lo que quiero hacer, pero no puedo dejar a mi hermana, soy la única familia que le queda, que sabe que estará para ella en cualquier momento y.... ella es lo único que queda de mi familia.
— Lo entiendo.
Zoella asintió levemente antes de lanzarse a sus brazos y dejar descansar su cabeza en su hombro, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mojando parte de la camisa que usaba Edmund. Lucy a su lado también sintió las lágrimas en sus ojos, la idea de tener a Zoe junta ella en Inglaterra le había encantado, la consideraba su hermana mayor, su amiga y ahora tenía que verla partir para siempre.
