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I want you to be fine, Zoe.

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Los ojos de Zoella miraban con atención como las gotas de lluvia caían a sobre la ciudad, le gustaba el clima frío, pero hoy en particular lo aborrecía. Cerró los ojos un momento dejando que el ruido de las gotas caer y la música de The 1975 de fondo la relajara, al menos un poco antes de que llegaran a su destino. Había tenido problemas para dormir y todo se debía a la pequeña caja que salió de su vida para siempre, sabía que la mujer que limpiaba se llevaba todo lo que encontrara fuera de las habitaciones de las chicas, ellas mismas acordaron en dejarle las cosas para donar o desechar a un lado de su puerta, en la mañana la mujer pasaría y se los llevaría.

Cuando ella despertó y salió de su habitación la caja ya no se encontraba ahí, un nudo se formó en su garganta, pero rápidamente se recompuso y caminó hacia la sala de su hogar olvidando por completo lo que sucedió. Ahora solo sentía como si todo se comenzara a destruir desde que el objeto se fue; su hermana tuvo un accidente de auto y estaba en un hospital en coma, su madre al parecer tenía cosas más importantes que hacer que cuidar de su hija, y su padre ni siquiera respondió las llamadas.

— Su majestad, hemos llegado. —escuchó a un lado de ella, sus ojos se abrieron y observaron a Kyle Martin, quien sonreía mientras le extendía una mano para que bajara del auto.

— Ni siquiera sabes si voy a ser reina del baile. —murmuró mientras tomaba de su mano y se colocaba debajo del paraguas para caminar hacia la entrada del edificio.

— Tampoco queremos a Harriet como reina, sería un feo recuerdo para las futuras generaciones. —comentó— Primero las damas.

Zoe sonrió y entró al recinto. La música se escuchaba desde la entrada, la fiesta de graduación era lo más importante para cada uno de los que conocía, pero ella no sentía mucha emoción sabiendo que su hermana estaba en una cama de hospital, de hecho, Kyle, quien podía ser el ser más despreciable a su corta edad; egocéntrico y narcisista, la convenció de venir al baile, asegurando que su madre cuidaría bien de su hermana.

— Si no quieres estar aquí puedo decirle al chofer que nos marchemos. —murmuró luego de verla detenerse a uno cuantos pasos de la entrada al salón.

— ¿En serio harías eso?

— Quiero que estés bien, Zoe. —respondió— Te traje hasta aquí para que pudieras despejarte un poco.

— ¿Quién diría que el gran Kyle Martin tiene sentimientos?

— Solo camina antes de que me arrepienta.

Ella rio y ambos caminaron por entre los adolescentes emocionados hasta llegar a su mesa donde sus otros amigos los esperaban, un chillido de emoción salió de una de las presentes al verla, se levantó de su asiento para abrazarla mientras alababa el vestido rojo que usaba, el cual fue regalo de su tía en su viaje por la ciudad del amor.

— ¿Lista para usar esa corona? —preguntó el rubio frente a ella con una sonrisa, la cabeza de ella decía que no, pero lo único que hizo fue sonreír.

— Voy a derrotarlas a todas.





Las manos de una pelirroja acomodaron la corona en la cabeza de Zoella mientras sonreía con emoción de que su amiga ganara, técnicamente todo su grupo de amigos comenzaron a gritar cuando el nombre de ella fue mencionado por el director, mientras que ella no estaba para nada feliz de lo que sucedía.

— ¿Puedes creer que es la primera vez que la corona no es simple plástico? —murmuró su amiga su lado.

— Deberíamos agradecerle a Austin por la generosa contribución de su familia.

— Solo la donó porque tiene un crush con Zoe. —exclamó la rubia con una sonrisa.

— A puesto que voto más de lo debido solo para verla ganar.

— Austin no tiene un crush conmigo, solo es amable. —corrigió Zoe a sus dos amigas quienes sonrieron con diversión.

— Sabemos que estas con Kyle, pero no intentes negar lo obvio.

— Él y yo no...

— ¿Me permitirían llevarme a Zoe? —preguntó Kyle apareciendo cuando la música cambio a una lenta.

— Si desacomodas su corona te golpeare. —amenazó la pelirroja.

El chico asintió ante la advertencia, alzó la mano hacia Zoe quien con una pequeña sonrisa aceptó la invitación, caminaron lentamente hacia la pista de baile hasta buscar el lugar perfecto. Las manos de él se posaron en su cintura mientras que las de ella se colocaron en sus hombros, comenzando así a bailar.

La chica Ross hubiese preferido escuchar alguna canción cliché como Thinking Out Loud en lugar de aquella que sonaba. Los ojos de Zoella comenzaron a llenarse de lágrimas mientras escuchaba la canción, a su cabeza llegaron varios recuerdos que no quería de regreso, colocó su cabeza cerca del pecho de su acompañante en un modo para evitar que la viera así, pero eso empeoró pues escuchar los latidos de su corazón solo le hicieron acordarse de Edmund aprendiendo miserablemente a bailar.

Zoe dejó bailar y se alejó de Kyle para salir corriendo del lugar bajo los gritos de su nombre, corrió por los pasillos del lugar hasta encerrarse en un cuarto cualquiera, lanzó la corona contra la pared y cayó de rodillas mientras lloraba y se maldecía por todavía tener aquella parte que creía que volvería a Narnia.

Sus lágrimas siguieron cayendo con más fuerza, recargó su cabeza en la pared y golpeo el suelo con sus manos un par de segundos antes de calmarse y cerrar sus ojos. Odiaba en lo que se convirtió, pero odiaba aún más todo lo que la llevó a ser la persona detestable que era actualmente, se levantó con cuidado y acomodó su cabello, daba las gracias que su maquillaje fuera a prueba de agua o de lo contrario ya estaría arruinado.

Alzó sus manos y limpio las lágrimas en su rostro antes de caminar hacia la salida de aquella habitación de servicio, arregló su vestido mientras caminaba, pero chocó contra algo, alzó la mirada y su corazón comenzó a latir al verse en un lugar que no conocía, el movimiento bajo sus pies la alertó, sus piernas se movieron con más rapidez hasta llegar a la siguiente puerta abriéndola con fuerza.

La luz la hizo pestañear varias veces hasta acostumbrarse, sus ojos escanearon el lugar encontrándose con varios hombres, criaturas y el mar, varios pares de ojos se posaron en ella, ninguno recordaba haberla visto subir al barco, fue extraño no solo para ellos, sino también para ella que no sabía dónde se encontraba exactamente, eso hasta que una cabellera azabache apareció entre los hombres.

— ¿Caspian? —murmuró y el nombrado sonrió logrando que ella corriera para abrazarlo.

— Bienvenida Zoe.

Tempo ➳ Edmund PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora