❝Sometimes you make choices in life and sometimes choices make you.❞
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El cuerpo de Dylan se movió levemente provocando que despertara y observara todo a su alrededor levemente aturdido, había pasado lo que restaba de la noche fuera de la habitación donde Zoella estaba, Edmund y Lucy fueron los únicos en poder ingresar a la habitación, se sintió mal por esto, pero también lo comprendió, fue un pésimo amigo y comprendía que ella no quisiera verlo en toda su vida, era un precio justo después de cómo la trató.
Su espalda emitió un ligero sonido cuando se levantó ante la presencia de Caspian, tenía varios sentimientos que lo estaban atacando que al sentir la mirada del mayor sobre él no pudo hacer más que bajar la suya, sentía como si lo estuvieran regañando, y se merecía que lo hicieran. La culpabilidad no era lo único que lo estaba consumiendo, no sabía qué hacer, tenía miedo y cuando la puerta se abrió espero a que Edmund lo golpeara, pero solo se quedó en silencio observando a ambos.
— Encontramos tierra. —fueron las palabras que Caspian dijo al sentir la tensión entre Ed y Dylan— Vamos a ir a explorar, necesitamos provisiones.
— No voy a dejarla.
— Yo puedo quedarme. —murmuró recibiendo la mirada de ambos, sintiéndose pequeño ante ellas, pero él solo desvió la mirada hacia el suelo, la mano de Caspian fue lo único que lo saco del trance en que se metió en una inútil forma por evadir las miradas y el sentimiento.
Pero Edmund se rehusaba a irse, no porque no confiara en Dylan, simplemente era un sentimiento de culpa que también creció en él lo que se lo impedía. Ambos sentían el mismo estallido de emociones como para culparse el uno al otro, Caspian los observó unos segundos antes de irse, no sin antes informarles que en unos minutos estarían marchándose,
— ¿Cómo está?
— Se quedó dormida. —respondió— Deberías dejar de sentirte así.
— Lo mismo para ti. —murmuró— Dije que la cuidaría y la deje sola mientras todo la atacaba, ahora sí debe odiarme.
— No te odia, jamás lo haría. —mencionó— Deberías hablar con ella.
Dylan observó como Edmund se marchaba y lo dejaba solo, los nervios invadieron su cuerpo cuando su mano se acercó al pomo de la puerta, no sabía que hacer o que iba a decir y eso era lo que no dejaba que terminara el proceso de abrir la puerta, se sentía como un total cobarde. Recargó su frente en la madera y tomó varias bocanadas de aire antes de abrir la puerta y encontrarse con la figura de Zoella sentada en la cama, la mirada de ambos se encontró por varios segundos antes de que este la desviara con la excusa de cerrar la puerta detrás de él.
— Creí que estarías dormida.
— Lo estaba, pero no podía conciliar totalmente el sueño. —explicó en voz baja— Perdón.
