Cartas

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Habían pasado casi dos semanas desde que Bonnie, guitarrista y amigo de Los Animatrónicos, había dejado de asistir al instituto. Los chicos como era de suponerse estaban demasiado preocupados así que arreglaron de ese mismo domingo ir a la casa del chico pálido. 

Frente al lugar todos sintieron un escalofrío, la brisa fresca del invierno se hacía presente y la casa que solía ser un lugar divertido para reunirse ahora parecía un lugar abandonado de una película de terror. 

—Yo...mi mami dijo que debía volver a casa temprano— se excusó Freddy y todos volvieron a verlo con el ceño fruncido. Incluso lo había hecho Fred, que luego de una carcajada sarcástica le había llamado cobarde. 

—¡Freddy! ¡Este no es momento para ser un cobarde!— recriminó Chica y el nombrado trató de ignorar el gesto que hizo Fred, aunque claro, el azabache se había posicionado frente a la rubia y había comenzado a burlarse. 

—Chicos, ¿cómo creen que vamos a entrar?— preguntó finalmente Golden, Freddy y Chica se miraron pensativos y el más alto de todos, Foxy, caminó como si nada a la entrada. 

—Soy su mejor amigo, he venido aquí más veces que ustedes y sé donde tiene una llave....de....repuesto.....¡aquí! 

El pelirrojo alzó una llave dorada con orgullo, su mano ahora estaba algo sucia con el polvo y se limitó a limpiarla con su surda.

—¿Esa es la llave de entrada? ¡Esto fue muy fácil!— dijo Chica entusiasmada, sin más tomó la llave y abrió la puerta. Cuando entraron se encontraron con el lugar algo obscuro y polvoriento, usualmente cuando venían alguna canción de Rock o Pop estaba a todo volumen y Bonnie se movía por todo el lugar bailando. 

—¿Qué es eso?— preguntó Golden luego de varios balbuceos, todos miraron a donde el rubio señalaba y quedaron en silencio. Ahí, frente a ellos, había un camino de gotas carmesí que guiaba a las escaleras. Sin dudarlo, los cuatro -cinco contando a Fred- subieron a la segunda planta y se encontraron con que el camino daba hasta una puerta entreabierta; el cuarto de Bonnie. 

—Me da algo de miedo entrar—confesó Golden refugiándose tras el pelirrojo, este, completamente nervioso en su interior, fingió desinterés encogiéndose de hombros y abrió despacio la puerta. 

Luego de un largo chirrido que solo aumentaba el suspenso se adentraron al lugar, el camino de sangre daba hasta la cama y allí, en el suelo, estaba tirada la guitarra roja de Bonnie. La rubia se acercó con pasos rápidos hasta el instrumento, lo tomó en sus manos y la alzó a la vista de todos. Había una mancha roja en la parte superior del mástil y dos de las cuerdas estaban rotas. 

—¿Qué habrá pasado?— se preguntó en voz baja Freddy analizando la sangre, estaba casi seca y no parecía tan antigua. Fred, que flotaba a su lado, murmuró un "no lo sé" que sonaba lastimero. Para el azabache Bonnie era el más agradable de la banda; claro, exceptuando al dueño del cuerpo. 

—¡Ahí! ¡En los pies de Golden!— gritó Chica sobresaltando a todos, el nombrado del susto pateó uno de los objetos metálicos y lo mandó bajo la cama. El que había quedado junto a él fue tomado por Foxy quien, al ver de que se trataba, soltó pequeñas lágrimas. Era una pequeña pulsera plateada con dos dijes. El primero era la mitad de un corazón que debía incrustarse en otro y el segundo era una B de color rojo donde en la parte superior salían dos pequeñas orejas de conejo. 

—¿Qué pasa? ¿Qué es?— preguntó el rubio, Foxy, sin necesidad de más preguntas se remangó la manga derecha. En su muñeca había una igual, con la otra mitad del corazón y el otro dije era una F morada que en la parte superior salían como dos orejas que a simple vista parecían de gato, pero en realidad representaban las de un zorro. 

—Las compramos en San Valentín, las vimos y pensamos que era una buena forma de simbolizar nuestra amistad— explicó sin más, ignorado las miradas de sus compañeros y se agachó para tomar el otro objeto que había quedado debajo de la cama. Lo tomó aún más que sorprendido, era una navaja abierta que había quedado junto a una caja morada. 

—Nunca había visto esto antes— murmuró dejando la caja sobre la cama, luego alzó la navaja verde obscuro que tenía la hoja metálica rojiza por, seguramente, haber tenido contacto con la sangre.

—¿Creen que...— divagó Golden, los más bajos miraban atentos el objeto como si de un monstruo se tratase. 

—Esperemos que no— interrumpió Foxy, a ninguno le hacía bien pensar en estas cosas. 

—¿Deberíamos abrirla?— preguntó esta vez Freddy. 

Luego de casi un minuto que consistió en miradas Chica dio un paso al frente, sacó con cuidado la tapa de cartón y frunció el ceño al ver el interior. Eran sobres blancos, estaban de lado y parecían ser un montón. Tomó uno al azar, de un lado se cerraba con un sello gris y dorado y del otro estaba escrito un nombre.

Usagi Bon Smith 

Todos se miraron entre sí y Golden se atrevió a tomar otro, el sello era igual pero el nombre era otro. 

Mangle Renauge

—¿Porqué Bonnie tendría un sobre con el nombre de mi hermana?— cuestionó Foxy, pero nadie era capaz de darle una respuesta. 

Freddy fue el siguiente en sacar, pero con la ansiedad a tope sacaba uno, leía en voz alta el nombre y lo tiraba a la cama para sacar otro. 

Abigayl Rooi 

Owynn Stregone 

Eak Thompson 

Springtrap Leduc 

Deuz Karhu

Onnie Bush

Puppet Marionnatte 

...

—Freddy Fazbear...— leyó con lágrimas en los ojos y se aferró al sobre, Fred, que estaba sobre él, apoyó su mentón sobre las hebras contrarias en un silencioso consuelo. 

—Félix Pink...Maggie Gum...Bon James Smith...Towntrap Succo...Ben James Smith...¿Fred Fazbear? ¿Es algo tuyo Freddy?— preguntó finalmente Chica, todos los ojos se posaron en el castaño y este esbozó una leve sonrisa. 

—Él...¿sabe de mi?— preguntó Fred con algo extraño en su pecho, un calor que le hacía sonreír y llorar a la vez. 

 

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La despedidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora