Fragmentos

Un nuevo comienzo

Reid quedó inmóvil por unos segundos. No sabía que contestar, ni siquiera sabía si había escuchado bien. 'Qué sientes por mí? Porqué Morgan pregunta eso?' En breves instantes, sintió los latidos de su corazón aumentar de ritmo.

R – Perdona, no entendí la pregunta?

Morgan encendió la lampara, mientras Reid se enderezaba en la cama. El joven se mordió el labio, esperando que tal vez no había escuchado bien.

M – Es una pregunta sencilla: qué sientes por mí?

R – Yo... bueno... eres mi amigo... creo que el mejor que he tenido hasta ahora. Porqué lo preguntas?

La respiración de Reid empezó a acelerarse, trataba de controlarse, pero le era difícil.

M – Pasó algo, hace unas semanas, y... no sé, no lo he sacado de mi mente...

R – Te refieres a la discusión que tuvimos por lo de mis pesadillas.

M – No, cuando te dispararon, me llamaste... dijiste que me querías

En ese momento, el genio quedó frío. 'Si había sucedido, si se lo había dicho, Dios, qué voy a hacer ahora?'

Morgan inmediatamente vio el cambio en la conducta de Reid. Su pecho subía y bajaba con rapidez, su tez había palidecido y empezó a jugar con la sábana. No era capaz de verlo directamente, más bien, buscaba qué responder.

M – Reid, escucha, si te incomoda, podemos dejarlo así...

R – No, creo que es mejor que lo hablemos ahora... Yo... no sé como decirlo... Creo que empecé a verte diferente, es decir, sabes, en realidad, es algo muy simple, el enamoramiento es una serie de reacciones químicas y procesos en los neurotransmisores cerebrales, no es un evento inesperado y espontáneo, de hecho, se han hecho resonancias magnéticas, y se ha comprobado que hay ciertas partes del cerebro que se activan únicamente con las personas que uno ama, y no amistades o con familiares... también se han registrado niveles bajo de serotonina...

M – Reid, Reid, espera...

Morgan miró fijamente al joven, quien tímidamente bajó la mirada...

R – Perdona, no quería... no quiero perder a mi amigo por esto, no es tan importante... en realidad, yo lo puedo controlar... nadie tiene porqué saberlo si no quieres, el problema es mío, no tuyo.

Morgan cerró los ojos y sonrió. Se levantó y se sentó en su cama, sujetando sus manos. Al ver que el genio aún no podía mirarlo, levantó su barbilla...

M – El problema no es solo tuyo, pretty boy...

R – Ah no...

Morgan se acercó lentamente y lo besó, Reid cerró sus ojos al sentir los labios de su amigo en los suyos, y poco a poco, fue respondiendo. Lentamente, Morgan y Reid fueron tocándose más, hasta que finalmente estaban abrazados en la cama. Las caricias fueron haciéndose cada vez más íntimas, Morgan, cuidando de no lastimar la herida del joven, iba recorriendo el cuerpo de su mejor amigo. En algún momento, Reid soltó sus labios, y Morgan recorrió su cuello con deseo. El joven gemía, con cada suspiro, sentía que su alma se iba derritiendo. La noche se fue haciendo cada vez más corta, pero a la vez, más placentera y única. No era un sueño, ni una ilusión, ahora, ya no eran SSA Derek Morgan y el Dr Spencer Reid, esa noche, sólo eran Derek y Spencer.

Eran las 4:50 a.m. Morgan dormía tranquilamente, mientras Reid velaba su sueño. No había podido cerrar sus ojos, temía dormir y al despertar, resultara ser otro sueño. La hermosa piel de Morgan brillaba con el reflejo de la lámpara. Verlo dormido, a su lado, era la escena más erótica que nunca había visto. En ese momento, su celular sonó...