Fragmentos

El Rey Pescador - Parte Uno

El sol brillaba con intensidad, en medio de la música embriagadora del Caribe. Elle y Morgan estaban recostados en unas sillas de playa, disfrutando sus vacaciones como pocos.

-Qué me dices Greenawey? Acaso te mentí

- No, en lo absoluto, le responde la trigueña, mientras agradece una bebida al camarero. Morgan observa a un viejo conocido acercarse

- Mira quién está aquí... mi amigo, Gerald Dupree.

- Cómo estás?

- De maravilla... Te presento a mi compañera del FBI, Elle Greenaway.

-No me dijiste que era tan linda.

-Me habrías bajado el precio de la habitación?

-Quieres ver un broshure con las tarifas reales?

-No dije nada, no dije nada.

-Es un complejo hermoso, Gerald

- Gracias, Elle. Siempre quise saber cómo sería trabajar en el paraíso.y resulta que no está mal... Pero, no venían dos contigo.

-Si, mi amigo fue a visitar a su familia.

-Ya veo...

-... pero es probable que venga el fin de semana.

-Pues solo avísame entonces, aún tengo habitaciones disponibles... Si necesitan alguna cosa... Gerald calla, cuando una hermosa mujer pasa frente a ellos, sonriéndole a Morgan. Elle sonríe sin decir nada.

-Vaya... es linda... supongo que estarás ocupado allá Morgan, los dejo, saben dónde encontrarme.

-Claro, Gerald, gracias.

Después de que Gerald se va, Elle observa a la chica que sigue viendo con insistencia a Morgan

-Oye, Derek, realmente es linda.

-Cállate.

-Ja... te hace falta, no?

-Si... realmente deseaba que viniera con nosotros... después de lo que pasó estos últimos meses, hubiera sido un verdadero descanso para él.

-Bueno, quizás se nos una, no pierdas la fe...

Un platillo cae sobre los pies de Elle, quien se enmudece al ver a un hombre realmente atractivo acercándose a ella.

- Perdona.

- No pasa nada.

-Estás sola?

Derek abre los ojos y observa a su amiga, ella sonríe y vuelve a ver a su amigo.

-Ella está completamente sola.

-Estás seguro...

-Lárgate Elle, estaré bien.

-Entonces, Elle, quieres jugar?

- Claro que si.

En Quantico, Hotch sigue sacando cachivaches de las cajas en la cochera, cuando le llama la atención un viejo sombrero de pirata. Haley entra en el momento que su marido se lo pone.

-Cariño, se supone que tienes que tirar cosas, no examinarlas.

- Mírame, soy el cuarto pirata.

- Te ves divino... Pero Aaron de verdad quieres recordar tu única aparición en un escenario?

-No lo hice muy bien, pero me entregué a fondo.

-Pues yo lo tiraría.

-Es necesario?